Otoño de 1978. La Olimpiada de ajedrez va a celebrarse en Buenos Aires. Se trata de la número veintitrés para los ajedrecistas, la octava para ellas, en la sección femenina. El capitán del equipo olímpico sueco, Bengt Hammar, ha seleccionado a Pia Cramling, una chica de solo 15 años. Pia tiene un talento único pero aún no ha jugado ninguna competición importante, por eso acudirá a la cita como reserva. Siv Bengtsson, su mejor amiga del colegio, jugará como tercer tablero. Los padres de Pia, Inge y Anna-Liisa, han dado su aprobación para que su hija viva la experiencia. Y allá va ella, en el avión, sin saber que su actuación supondrá el comienzo de una de las aventuras más hermosas de la historia del ajedrez.
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