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Reportaje por Txema Iriberri
El pasado día 25 de enero, festejando la décima edición del Torneo Eire-Bankoa de ajedrez, preparamos una gran sorpresa, una estrella del ajedrez, Ruslan Ponomariov, el Campeón del Mundo más joven de la historia, vino a Urretxu.
Urretxu es un bonito pueblo del interior de Gipuzkoa, en la comarca del Goierri. Está rodeado de montes. Cualquiera que venga por primera vez pensará que Urretxu y Zumárraga son un único pueblo. La separación de los pueblos la marca el trazado del río Urola. Una orilla es Zumárraga y la otra, Urretxu. Zumárraga es muy conocido en todo el mundo por la ermita de La Antigua, ejemplo de auténtico románico vasco. En Urretxu, un lugar de encanto es el palacio de Ipiñarrieta, a los pies del monte Irimo (896 metros). Para tomar un buen café o un pelotazo bien hecho, un sitio muy recomendable es Eire-Taberna. Más aún si te gusta el ajedrez.
Ya cuando supimos que iba a venir, puestos a soñar, se le tanteó con un reto complicado, casi imposible, jugar a la ciega contra los ocho mejores de la edición 2008. Supo que Mario Gómez, Campeón de España, hace unos años había ganado a cinco. Él, en un principio, se mostró reacio. No es su especialidad jugar a la ciega y menos simultáneas, que nunca lo había hecho. Sin embargo, siempre hay una primera vez y el día 25 de enero de 2009, fue esa fecha mágica, que ni él ni nosotros olvidaremos.
La taberna Eire
Se iba a celebrar en una carpa gigante, en frente de Eire Taberna, en Gernikako Arbola, 5; pero el ciclón que atravesó Euskadi impidió su instalación. La carpa era en realidad cuatro acopladas. Tras izar la segunda, el fuerte viento la desmanteló. No podía ser.
Era para llorar. Todo el esfuerzo, tantas horas llamando por teléfono, hablando con unos y con otros, mandando correos, para nada. El Ayuntamiento de Zumarraga había cedido unas mesas muy apropiadas para el acto. Se habían conseguido setas de calefacción. Se iba a vallar el espacio de los jugadores… Tuvimos que improvisar y cerramos con toldos la acera del bar.
Ponomariov llegó media hora antes de las 12:00. Bebió agua. Decidió celebrar la exhibición en el interior de Eire, tras comprobar que hacía frío en la calle. Iriberri resopló: “Tuve grandes dudas sobre si Ponomariov aplazaría la exhibición”. Eso sí, puso una condición: no fumar, porque el humo le desconcentra. Se pegaron carteles advirtiéndolo.
Faltaban diez minutos para la prueba y Ponomariov salió solo al exterior, y anduvo de un lado para otro, pensando en lo que le venía. Txema Iriberri, organizador del evento, pudo ver por sus ojos la tremenda concentración del ucraniano, tras llamarle para que acudiera a ver a los hermanos Mendiaraz, Aitor e Iñaki, que iban a empezar a tocar la txalaparta, para darle la bienvenida. Iriberri dijo “No es que no me oyera. Estoy seguro de que tampoco me veía”.
Gorka Azkarate bailó un aurresku, al son del txistu y tamboril de los hermanos Kerejeta, Iñaki y Juan Manuel.
El alcalde Iñaki Zabala entregó un ramo de flores a Inés Goñi, novia
de Ruslan, y a él,
una figura de José María Iparagirre, compositor del célebre Gernikako Arbola.
La hija de Txema Iriberri, el autor de este artículo, regaló al Campeón un dibujo
Luego, presentaron la prueba Txema y Jesús Mari Rodríguez. Este último se encargaría luego de verificar los movimientos. Se leyeron breves apuntes de su brillante palmarés:
“Tiene 2726 puntos Elo. Me gustaría que supierais que con tan sólo 10 años quedó tercero en el campeonato del mundo sub-12, y al año siguiente ganó ese mismo título. Con 12 años ganó el Campeonato de Europa sub-18, y con 13 el del mundo sub-18. Con 14 años ganó el título de Gran Maestro, logrando ser el jugador más joven que lo había conseguido hasta entonces. En el año 2002 derrotó a su compatriota Ivanchuk en la Final del Campeonato del Mundo. Entonces tenía 18 años. Hoy, sus adversarios son más asequibles, pero son 8: Mikel León, Iñaki Osés, José Ramón Goñi, Carlos Erostarbe, Ketxus Amenabar, Aitor Gallastegi, Hurko Mendiguren y Pedro Castro”.
Ruslan saldría en todas partidas de blancas y tras mover las piezas sus adversarios tendrían 10 segundos para mover las
suyas, para acotar el tiempo
Con palabras de agradecimiento a los patrocinadores del evento (Federación Vasca de Ajedrez, Ayuntamiento de Urretxu, Bankoa y Cervezas Amstel), Iriberri terminó deseando suerte en ucraniano: “udáchi”.
En Eire todos estábamos apretados, casi sin aire. Se fueron juntando clientes, curiosos y muchos, muchos seguidores del deporte-ciencia. No era el sitio idóneo para este espectáculo. Hubiera sido mejor la carpa. Era todo lo contrario a una jaula de cristal acondicionada. Iriberri estaba muy nervioso. Sabía que si Ponomariov había aceptado el reto era porque lo ganaría. Pero en estas condiciones no lo tenía tan claro
Se sentó en una silla alta, con un botellín de agua en las manos, y allí estuvo sufriendo mucho. Anduvo muy perdido sobre todo las cuatro primeras rondas; pero pasó un ángel y ni el ruido del bar a pleno funcionamiento, ni los niños, ni los flashes pudieron con la concentración del genio. Ya no volvió a pedir en ninguna jugada ayuda para saber dónde estaban las 256 piezas. Seguro que veía en su cabeza los tableros al igual que sus adversarios.
Iriberri pronosticó que tal vez perdería alguna. Pensó que las aperturas no las jugarían de libro, para liarle aún más. Además, había jugadores muy buenos a nivel comarcal. Por ejemplo, Gallastegi, de Elorrio, que en unas simultáneas convencionales, logró hacer tablas con el mismo Mozart del ajedrez, el sueco Carlsen. También jugó Erostarbe, que derrotó a Mario Gómez en una simultánea a la ciega, en un intento anterior que le ocultamos a Ruslan. O Pedro Castro, creador del primer programa informático de Euskadi, el Danasah.
Ruslan ya únicamente oía la voz de Inés Goñi
Los movimientos que hacían sus adversarios eran transmitidos en inglés. Una nueva dificultad: su lengua materna es el ruso y el tenía que traducir y volver a dar las nuevas combinaciones a la perfección; claro está, sin ningún error. Por cierto, hubo un lance en el que Inés se confundió y el Gran Maestro Internacional la corrigió: “esa casilla está sin ocupar”. Y así era.
Jugó muy agresivo, saliendo todas las partidas de peón de rey. Era increíble. El comentario más común fue “Algo asombroso. De no verlo, no se puede creer”.
Fue buena idea quitar las cortinas del establecimiento. Se quedó muy pequeño. La gente arremolinada siguió con inusitado interés las partidas, aguantando estoicamente la corriente de aire frío en la calle.
La gente se extrañaba de que se siguiesen jugando partidas perdidas. No se daban cuenta de que era muy importante psicológicamente para los otros participantes. De esa manera tenían más tiempo para pensar y era más duro para el Campeón tener más fichas en la cabeza.
Hay que decir, que pese al barullo propio del negocio, la gente fue muy respetuosa. Poco a poco terminaron las partidas. Todos fueron abandonando, porque era irremediable. La partida de Pedro Castro acabó en jaque mate. La más dura según Ruslan fue la de Osés. El último en abandonar fue Mendiguren.
Cinco minutos de cerrada ovación, dejándonos las manos, se ganó el prodigioso Ruslan Ponomariov por su proeza. Fueron aplausos de total entrega. Excepcional jornada la que vivimos esa inolvidable mañana del 25. Saludó a los perdedores y, sin más demora, corrió al baño. ¡Había estado dos horas y media clavado en la silla!
En la comida, siempre sonriente, el tímido Ruslan, pensaba en la siesta. Estaba realmente cansado. Inés confesó que cuatro días antes Ruslan estaba enfadado consigo mismo por aceptar el reto. Fue cuando se le ocurrió entrenar con dos jugadores de Getxo, a la ciega. Él dudaba de si mismo. Sabía que era una empresa durísima.
Inés siguió sincerándose y comentó que cuando vio a Ruslan tan perdido en las primeras rondas, temió que el ajedrecista vomitase, que huyese del Eire, o que sufriera una crisis de ansiedad.
Pero no, Ruslan Ponomariov hizo una gesta insólita: ganó las 8 partidas, en condiciones imposibles. Después de esta exhibición, ¿Qué somos? ¿Qué podemos ver que nos impresione?
Para esta cuestión Eire Taberna, anima a cualquier persona que tenga propuestas inteligentes o insólitas sobre ajedrez, para que se ponga en contacto con Txema Iriberri. Su página es www.eiretaberna.com . Eire es el lugar idóneo para puestas en escena sobre ajedrez.
¡Gran fiesta la ofrecida en Eire Taberna! Todos salimos extasiados. Ha sido gran noticia en el mundo del ajedrez y en todos los medios de comunicación. Con esta prueba de fuego, Ruslan salió muy fortalecido, pese a que tenía poco que ganar y mucho que perder.
Resumiendo: inolvidable jornada de ajedrez con mayúsculas. Eire Taberna, el pub del ajedrez nos vuelve a sorprender y Ruslan es Dios. Por lo menos, en Eire Taberna.
Tiempo al tiempo, Ruslan volverá a ser Campeón del Mundo. En Urretxu fue el número uno.
Las partidas de la simultánea a la ciega de Ponomariov en Eire 2009 |
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