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Tenemos la suerte de tener como socio y amigo a Carlos Martínez Piqueras, Licenciado en Psicología, formado en Terapia Gestalt y Coordinador del Área de Psicología de la Federación Valenciana de Ajedrez. Carlos es un experto en su campo y trabaja con métodos muy innovadores en la preparación psicológica del jugador de ajedrez, con independencia de su nivel de juego. Prueba de ello fue su excelente labor en el Campeonato de Europa de Jóvenes celebrado en Budva (Montenegro) en septiembre de 2013, donde se consiguió una plata (Miguel Santos) y un bronce (Irene Nicolás); o el papel fundamental que tuvo en el Campeonato del Mundo de Jóvenes de Al-Ain (Emiratos Árabes), campeonato que aún muchos recordaréis porque el combinado español consiguió dos platas históricas con David Antón (sub-18)y de nuevo Irene Nicolás (sub-16). La federación valenciana, con buen criterio, le ha encomendado a Carlos Martínez la coordinación y atención psicológica de las jóvenes promesas del tablero.
Carlos Martínez, psicólogo deportivo
El pasado lunes 28 de julio, en Salobreña, el maestro Azuaga tuvo ocasión de estar con él. De hecho, fue gracias a su colaboración y compañía que pudo ver in situ cómo se desarrollaba la 1ª jornada de los Campeonatos de España de Jóvenes Sub-18 (ver clasificación final). Y no solo eso, sino que Carlos Martínez le permitió asistir a una sesión de psicología aplicada, una dinámica de grupo común y preparatoria, entre la primera y la segunda ronda, que llevó a cabo con los chicos y chicas de la delegación valenciana. Transcribimos literalmente las manifestaciones del maestro en su calidad de testigo de excepción: “he quedado realmente impresionado por lo que he visto”.
Carlos Martínez junto a la delegación valenciana sub-18
Con los permisos razonados que corresponden en estos casos, contamos con la aprobación personal de Carlos Martínez para poder publicar y dar a conocer, por vez primera, algunas de sus recomendaciones como profesional de la psicología deportiva aplicada al ajedrez. Agradecemos a Carlos su plena disposición y la amabilidad mostrada.
Acompáñenme por este apasionante recorrido:
Un aspecto fundamental durante las partidas consiste en captar las tendencias del juego. Durante la partida estamos constantemente evaluando nuestra situación con respecto a lo que está sucediendo. Como remarcaba Jonhatan Rowson en su libro Los siete pecados capitales del ajedrez (Ed. La Casa del Ajedrez), en las partidas existe una tendencia que puede ser positiva o negativa y que debemos ser capaces de captar, puesto que nos llevará a realizar evaluaciones más “reales” sobre lo que está sucediendo en el tablero.
Por ejemplo, puede suceder que en una posición determinada que consideramos ventajosa realicemos una serie de jugadas que nos parecen naturales y que sentimos están en consonancia con el espíritu de la posición. Pasadas esas jugadas y llegados a otra “nueva” posición, puede resultar que la evaluación ahora no sea la misma que realizamos cuando decidimos meternos en la variante. Ahora, aunque sabemos que seguimos estando un poco mejor, tenemos la sensación de estar “menos bien” que anteriormente. Y puede pasar que sigamos sin tener claro cómo mejorar nuestra posición, a pesar de que nos siga pareciendo buena o ventajosa. Este sería un claro ejemplo de tendencia negativa durante la partida. Lo mismo podría suceder, pero de forma positiva, si vemos que nuestra posición parece que está siendo “menos mala” o, incluso, “mejor” que anteriormente.
En opinión de Carlos Martínez es vital saber captar estas tendencias durante la partida para evaluar y medir de forma más fiable nuestras próximas decisiones. En el primer ejemplo deberemos luchar por consolidar y mantener nuestra posición buscando las mejores opciones para que nuestro rival no siga mejorando su posición. Es decir, para que la tendencia no siga siendo negativa para nosotros.
En muchas ocasiones, decidimos embarcarnos en situaciones oscuras en el tablero pensando que estamos mejor o con ventaja sin tener en cuenta las tendencias de la partida. Estas decisiones nos pueden llevar a la derrota. Si sentimos que la tendencia de la partida es negativa, la idea de hacer tablas podría ser una solución. O, por lo menos, podríamos jugar de forma más tranquila mejorando nuestra posición y poniendo más énfasis en los planes del rival. Si, por el contrario, la tendencia es positiva, podemos seguir jugando buscando el modo de “apretar” la posición y creando problemas a nuestro rival, que debe seguir jugando en una posición que parece que no pasa nada, pero que puede sentir que cada vez es peor para él.
En un torneo a muchas rondas, la primera ronda es importante, sobre todo para jugadores que parten como favoritos o que están en la parte medio-alta de posibles aspirantes al pódium. Se crean unas expectativas (lógicas, por otra parte) que a menudo, en función del resultado de esta primera partida, nos juegan una mala pasada. En estos casos puede suceder que hayamos hecho tablas siendo el nº 3, por ejemplo, del ranking inicial y que sintamos que no hemos empezado bien el torneo.
En el ejemplo que narramos, y desde un enfoque psicológico que trabaje la motivación, debemos poner el acento en que “el torneo lo hemos empezado sumando”. Y empezar sumando es muy bueno, sin lugar a dudas. Son muchas rondas y la que acaba de terminar no ha sido mala porque, efectivamente, hemos sumado. Ahora hay que pensar en la siguiente y sentirse bien con uno mismo porque, repetimos, ya hemos empezado y hemos sumado.
Muy relacionado con el punto anterior. Es importante saber evaluar los riegos de “lanzarse” a por la victoria en una partida que, en principio, son tablas. Si lo mejor que tenemos son las tablas, adelante, firmemos las tablas y empecemos sumando.
Martínez hace en este sentido una salvedad que parece obvia pero que hay que recordar: “a no ser, claro, que te estés jugando el torneo y sea la última ronda”.
Es este un punto muy, pero que muy interesante.
Suele ser habitual que durante una partida un jugador pueda sentir miedo o sufra un estado de ansiedad provocado por lo que está pasando en el tablero. Debemos ser conscientes de cuándo estamos en uno de esos momentos. Carlos Martínez recomienda trabajar este aspecto mediante una correcta respiración diafragmática. La respiración diafragmática o abdominal es aquella que hacemos desde la zona baja de los pulmones, donde se encuentra el diafragma. Dicho en romano paladín, debemos tomar aire como si “llenáramos” primero la barriga. Lo que sucede es que, al respirar “desde abajo”, el diafragma mueve nuestro abdomen, que realmente no interviene como músculo en la respiración, y es por esto que se nos hincha la barriga. Después, seguiremos inspirando pero haciendo uso de la zona muscular media-alta de los pulmones, que es lo hacemos de forma natural, sin apenas pensarlo, en nuestro día a día. Con este tipo de respiración abdominal, más completa, conseguimos llevar una gran cantidad de oxígeno a nuestros pulmones, oxigenando por tanto la sangre, lo que mejora nuestra circulación y nos activa el corazón. Además, eliminamos toxinas mediante las exhalaciones y nos permite relajarnos.
Esquema de respiración abdominal
Existen técnicas muy sencillas para dominar este modo de respiración y Carlos las trabaja como una parte fundamental del entrenamiento. Es importante, eso sí, que practiquemos la respiración diafragmática desde que empezamos la partida y no solo “cuando nos interesa hacerlo”, como si rogáramos a Santa Bárbara en tiempos de tormenta. Si, de repente, llegamos a una posición que nos provoca cierta ansiedad y comenzamos a respirar desde el abdomen es probable que rebajemos algo la tensión, pero no será tan eficaz. El consejo del experto es hacerlo cada 2 o 3 jugadas del rival, tengamos o no una posición tranquila. Así, cuando lleguen situaciones de estrés, el cuerpo tendrá una “reserva” y estará preparado para esa situación mucho mejor.
Por otro lado, Carlos hace una observación muy inteligente y sutil. Hay jugadores que están continuamente levantándose de la silla para dar paseos por la sala de juego o mirar otras partidas. En apariencia están haciendo uso de un buen recurso, el de levantarse, que también tiene sus beneficios, si sabemos utilizarlo. Sin embargo, ocurre con una altísima frecuencia que este tipo de jugadores lo que realmente están haciendo es huir del tablero. No pueden (o no saben) dominar, bien el miedo, bien la ansiedad, que le provoca lo que está sucediendo en las 64 casillas. Lo están pasando verdaderamente mal, están tensos y, sencillamente, huyen para darle una falsa solución a su estado emocional. Si no lo veo, dejo de sufrir. Es por eso que hay quienes se levantan de su silla una y otra vez.
Caso contrario al anterior: relajarse tanto que no consideremos los planes del rival. Carlos Martínez siempre lleva consigo el ya famoso libro de Mark Dvoretsky Nunca olvides que…¡tienes un rival enfrente! (Ed. Chessy, 2013). Este asunto tiene un desarrollo grueso y con interesantes perspectivas desde el punto de visto de la psicología aplicada al deporte, pero como consejo general podríamos afirmar que “cuando en una posición parece que ganan todas las jugadas…¡cuidado!“.
¿Quién no ha oído o incluso experimentado aquello de “…está perdido, haga la que haga, palma: si muevo el caballo a f6, mate en 2; si defiende, alfil por h7 y mate también en 2; incluso si hago dama por, le viene un mate artístico en 3…” Pues… CUIDADO, a lo mejor te acabas de relajar demasiado.
Carlos Martínez recuerda lo que dejó escrito el otrora Campeón del Mundo Mikhail Botvinnik en relación con el buen uso del tiempo, tanto el nuestro como el del rival. Para un genio como él el principio era claro: en el turno del rival deberíamos evaluar los planes generales, detectar la estrategia a elegir por los dos bandos, valorar las estructuras de peones…En cambio, en nuestro turno, cuando el reloj avanza en nuestra contra, deberíamos pensar de un modo más táctico, más al corto (amenaza, jaque, captura) y enfocado a la táctica.
De esta forma, con el interruptor táctica-estrategia bien entrenado, conseguiremos dar luz a nuestras ideas sobre el tablero de un modo más eficaz. Al mismo tiempo, daremos descanso a zonas muy concretas de nuestro cerebro (las que trabajan cálculo, atención y concentración, principalmente) y alternaremos con otras áreas intelectivas.
Para un experto como Carlos Martínez existe un momento temporal crítico durante la partida. A partir de los 20 minutos los errores psicológicos aparecen de un modo exponencial. Parece obvio que deberíamos estar muy atentos a este paso fronterizo que nos marca nuestra mente.
Y hasta aquí nuestra primera sesión. ¿Qué os parece? A nosotros este tema nos apasiona. Además, si lo pensamos un poco, las orientaciones psicológicas que tan bien nos describe Carlos Martínez bien que pueden aplicarse a muchas situaciones de nuestras vidas, ¿no creéis?
Lo que hoy hemos mostrado es tan solo una pequeñísima parte de la psicología aplicada al ajedrez. En www.ajedrezsocial.org entendemos que el mundo de la psicología deportiva, en especial la que se aplica a través del ajedrez, es un mundo aún poco conocido pero que tiene un recorrido y un potencial enorme. Desde la asociación queremos impulsar esta área de conocimiento profesional, así que en próximas fechas tendréis novedades al respecto.
Volvemos a agradecer a Carlos Martínez Piqueras su generosidad para compartir una información de tanta calidad. Además, no solo ha compartido parte de su trabajo sino que ha colaborado personalmente en la redacción y mejora de lo publicado en estas líneas. Todo un profesional.
Para contactar con el autor tenéis dispobible el siguiente email: carlosmartinezpsi@gmail.com
Cortesía de Ajedrez Social.org