Para ganar, primero debes aprender
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La 3ª edición de la Copa Universitaria anual de la Fundación Kasparov de Ajedrez tuvo lugar como torneo cibernético disputado en Lichess, los días 4 y 5 de febrero de 2023. En total participaron 120 equipos de todos los continentes y más de 500 jugadores de 30 países participaron en este torneo universitario.
Personalmente, este evento fue uno de los más emocionantes en los que he participado. Debido a la regla del tope de puntuación (2400 UIR), al menos ocho universidades tuvieron la oportunidad de ganar el premio general. Este factor introdujo un componente estratégico en la formación de los equipos: una universidad podía decidir colocar a tres grandes maestros en los tres primeros tableros y a un jugador sin título en el cuarto; o tal vez podía decidir colocar a jugadores con título en todos los tableros, debilitando ligeramente los dos primeros. Las posibilidades eran infinitas.
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Hace un par de años, conocí el programa de ajedrez de Texas Tech en el campus. El entrenador de ajedrez de la TTU, Alex Onischuk, jugó unas partidas conmigo y me invitó a unirme al programa. Tuve la suerte de continuar con mi antigua afición en mi nueva universidad. He entrenado duro y este año tuve la oportunidad de jugar junto a los mejores jugadores de Texas Tech. El equipo de ajedrez A de la TTU estaba formado por el GM Aleksey Sorokin (2551), el MI Semen Khanin (2582), el GM Viktor Matviishen (2523) y Francesco Bortolussi (1715) y tenía una puntuación media combinada de 2343, lo que nos situaba entre los favoritos para ganar este torneo. La partida comenzó.
Los chicos del equipo de ajedrez de la uni,Texas Tech University | Foto: Alexander Onischuk
Armados con nuestros ordenadores portátiles, nos reunimos en la oficina del Programa de Ajedrez de la TTU, el sábado 4 de febrero. Las tres primeras rondas transcurrieron con relativa normalidad, logrando tres victorias contra equipos de menor categoría. A partir de la cuarta ronda, empezamos a ser emparejados contra los favoritos del torneo. A partir de ese momento, todos los partidos nos ponían los nervios de punta, ya que podían decantarse a nuestro favor o en contra. En la cuarta ronda nos emparejaron con el equipo mejor clasificado del torneo: la Universidad de Texas en Rio Gran Valley (2398 puntos de media). Estaba jugando una partida equilibrada contra el MI Dante Beukes hasta que unas cuantas imprecisiones me llevaron a un final perdedor que me hizo tirar la toalla. En los tableros 1 y 2, respectivamente, Aleksey Sorokin y Sam Khanin hicieron tablas. Perdíamos por 2-1, pero Viktor Matviishen igualó el marcador al ganar una importante partida contra Tamas Petenyi en el tablero 3. Conseguimos empatar con uno de los equipos más duros, lo que nos hizo ser optimistas sobre nuestras perspectivas.
En la ronda 7, conseguimos ganar 2½-1½ a la Universidad de Saint Louis en un duelo muy reñido y angustioso. La octava ronda también fue extremadamente difícil, en la que nos libramos con un empate contra el fortísimo equipo de la Universidad de Estudios Económicos de Bucarest: Fui capaz de encontrar el camino a través de una partida muy aguda contra Cristian David (clasificado 2010) y hacer tablas, mientras que Viktor Matviishen consiguió una victoria clave contra el FM Andrei-Theodor Dolana. Personalmente, para mí esa fue la partida más estresante del torneo hasta aquel momento. Tuvimos que concentrarnos y estar listos para la última ronda.
En ese momento, éramos líderes en solitario, con 7 puntos de 8 posibles. Nos emparejaron contra el equipo A de la Universidad de Texas en Dallas. Una victoria era la única forma de ganar el torneo sin necesidad de repesca. Sobre el papel tenían una puntuación ligeramente superior a la nuestra, con la mayor diferencia en el tablero 4: mi oponente, la WIM Tarini Goyal, me superaba en más de 500 puntos (con una puntuación de 2221). Sin embargo, yo estaba dispuesta a plantar cara. La tensión en la sala era palpable: había mucho en juego. Aleksey Sorokin y Viktor Matviishen empataron dos partidas muy complicadas y agudas, mientras que Sam Khanin y yo seguíamos luchando en nuestros tableros. La conclusión de nuestras partidas se produjo casi al mismo tiempo: Sam Khanin ganó un final de torres muy convincente contra el GM David Brodsky, y yo pude liquidar una posición peor en un final igualado y hacer tablas.
La última ronda fue la más dura. Vencimos al equipo A de la Universidad de Texas en Dallas por 2½/1½ y terminamos primeros. El hecho de que pudiéramos ganar 4 de los 6 encuentros por la mínima y empatar los dos restantes demuestra lo igualado que estuvo el torneo. Me sentí muy orgulloso de mis compañeros y me alegro de que, como jugador de 1700, pudiera contribuir al resultado final.
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MI Semen Khanin sumó 7/9 puntos en el segundo tablero del equipo de la TTU | Foto: Jason Yu / Corporate Esports Association
El primer premio por ganar el torneo era una sesión de entrenamiento a través de Zoom con la Leyenda del Ajedrez y Campeón del Mundo, Garry Kasparov.
Con todo el mundo en Estados Unidos, el Presidente de la Fundación de Ajedrez Kasparov, Michael Khodarkovsky, y el Entrenador de Ajedrez de TTU discutieron un plan para conocerse en persona. Unas semanas más tarde, el equipo voló a Nueva York para conocer a la leyenda del ajedrez en persona. Era la primera vez que todos los miembros del equipo visitaban la Gran Manzana, lo que fue especialmente emocionante para todos nosotros.
Nos reunimos en la sede de la KCF (Federación Kasparov de Ajedrez), en la planta 49 de un edificio de Manhattan, y ahí comenzó la sesión de entrenamiento. A nuestro equipo se unió el antiguo alumno de la TTU y ex campeón del mundo sub-20 Eugeny Shtembuliak. En las dos horas con Garry, analizamos algunas partidas muy complejas que había jugado nuestro equipo en torneos anteriores. Kasaprov tenía una habilidad increíble para echar un vistazo a una posición y descubrir el mejor plan en el tablero de una forma que parecía sin esfuerzo. No sólo era capaz de detectar ideas tácticas profundas con gran rapidez, sino que también presentaba planes estratégicos complejos de forma muy intuitiva. Siempre me asombra cuando un supergran maestro puede reducir una posición complicada a unos pocos elementos clave, detectando las características más importantes de la posición en cuestión de segundos. Kasparov era capaz de hacerlo de una forma que nunca antes había visto.
Tras analizar las partidas, mantuvimos conversaciones sobre diversos temas, como los pros y los contras de utilizar módulos de ajedrez a la hora de entrenarse; la preparación de torneos y la psicología ajedrecística sobre el tablero. Kasparov escuchó nuestras ideas y comentarios, y - siempre muy atentamente - nos dio su punto de vista. La sesión de entrenamiento me dejó muy inspirado y entusiasmado con mi futuro en el ajedrez.
El equipo junto a la leyenda en vida, Garry Kasparov, en Nueva York | Foto: Alexander Onischuk
Para mí, participar en el torneo y poder disfrutar de una sesión de entrenamiento con Garry Kasparov, fueron oportunidades únicas en la vida. Estar rodeado de todos estos grandes maestros fue una experiencia de aprendizaje increíble. Me siento muy afortunado por haber podido aprender de todos ellos y jugar a su lado. También estoy muy orgulloso de haber podido contribuir de forma significativa al resultado de nuestro torneo.
Al final de nuestra sesión, intercambiamos regalos: el equipo de ajedrez de Texas Tech recibió el trofeo por el primer puesto en el torneo y Garry recibió la mascota de Texas Tech, Raider Red, en honor a este gran encuentro.
Por esta maravillosa oportunidad, doy las gracias a la Universidad de Texas Tech y a su administración por patrocinar nuestro viaje. Nunca habría podido participar en un acontecimiento así sin su apoyo. Doy las gracias, además, a Aleksey Sorokin, Sam Khanin y Viktor Matviishen por ser unos compañeros de equipo increíbles. Asímismo doy las gracias a la Fundación Kasparov de Ajedrez y a Garry Kasparov: todos estamos muy agradecidos por el tiempo que nos dedicó.
Traducción: Nadja Wittmann (ChessBase)
