Una experiencia pionera

por ChessBase
03/05/2015 – Remontémonos 22 años atrás y pensemos en un colegio que acaba de inaugurarse y que decide incorporar al ajedrez a su currículo. ¿Les parece una apuesta arriesgada? Pues hubo quien la hizo y la mantuvo. Se trata del colegio Albert Sabin en São Paulo. Si Brasil pone ritmo a todo, el ajedrez no iba a quedar indiferente. Les ofrecemos una interesante entrevista con un maestro que aprende de los alumnos...

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Ajedrez en el colegio Albert Sabin

Entrevista con el MI Antonio Carlos de Resende

El colegio Albert Sabin data de 1993 y recibe su nombre del creador de la vacuna contra la poliomielitis, fallecido en ese mismo año.

Su lema es “Ensinar é criar oportunidades” y se desarrolla en su propuesta pedagógica:

  • Criar oportunidades de avançar, na escola, na universidade e na vida.
  • Criar oportunidades de comunicação fluente e de acesso à informação num contexto global.
  • Criar oportunidades de experimentar e escolher diferentes caminhos.
  • Criar oportunidades de evoluirmos juntos.

En ese marco de referencia, no sorprende enterarse de que desde su fundación el ajedrez es asignatura básica obligatoria del segundo al quinto año de estudio, es decir, para alumnos entre 7 y 10 años de edad. Se aprende llevados por los aspectos lúdicos y placenteros del juego. A los alumnos que muestran especial habilidad e interés, se les facilita un entrenamiento especial y avanzado, que les permite tomar parte en competiciones de relevancia.  Los conocimos en un festival de ajedrez de chocolate y por sus instalaciones han pasado Garry Kasparov o Rafael Leitão.

Se hace la boca agua con solo pensar en capturar esas piezas...

Con motivo del 20 cumpleaños de la actividad en el colegio, se elaboró un vídeo en el que el MI Antonio Carlos de Resende repasa lo mucho realizado, lo conseguido y lo que le sigue emocionando ser testigo del primer jaque mate en la vida de un niño.

Con él tenemos ahora el gusto de mantener esta entrevista, para que nos traslade algo más de su experiencia y compartirla con todos los lectores de la web de ChessBase en español.

¡Buenos días! ¿Antonio Carlos? ¿Antonio? ¿Carlos? ¿Cómo le suelen llamar habitualmente?

Los ajedrecistas son conocidos por el apellido. Entonces todos me dicen Resende.

Crear oportunidades. Aprender a escoger caminos… ¡Parece que el ajedrez y el Sabin estaban predestinados el uno para el otro! ¿Cómo entró usted a formar parte de ese binomio?

Mi historia empieza antes mismo del nacimiento del colegio. En los 90, desarrollaba un trabajo de gran repercusión en este área en una escuela pública. Como ya lo conocían, los directores del Colegio me propusieron el desafío de implantar el ajedrez como asignatura en el Colegio Albert Sabin. Al inicio, las clases ocurrían solamente para los alumnos del 3er al 5º año del Fundamental I. Después, incluimos el 2º año, lo que significó trabajar el ajedrez con niños de 7 a 10 años de edad. En esta época, todavía participaba en las competencias y, a causa de las clases que asumí en el Colegio, mi desempeño como jugador bajó, debido a la disminución de los entrenamientos, pero no di importancia, porque ya me había enamorado de la misión de enseñar a los niños a jugar al ajedrez.

Daniela Miwa Fujita, campeona brasileira escolar, conduciendo las blancas

En los últimos tiempos el papel del ajedrez en la enseñanza y en diversas terapias tanto médicas como de resocialización ha cobrado mucha relevancia. Con todo, hay padres que siguen pensando que mejor se dedicaba ese tiempo a las ciencias o a los idiomas. Me imagino que hace 22 años iniciar e impulsar el ajedrez escolar era casi un acto heroico. ¿Recuerda algún momento especialmente complicado?

Pocas escuelas trabajaban con el ajedrez cuando Sabin ha empezado. El ajedrez en el currículo, aún menos. Había gente que pensaba que se trataba de un juego de mala suerte. El trabajo de convencimiento sobre la importancia de la práctica del juego para alumnos en edad de formación incluía no solo a los padres, sino a los profesores, a los coordinadores y, finalmente, a los propios alumnos. Con el paso del tiempo, los padres se dieron cuenta de que el ajedrez no solo divierte, sino también ayuda en el desarrollo de todas las áreas y, como consecuencia, el desarrollo global del estudiante mejora. Si el ajedrez mejora la memoria, ayuda también en el aprendizaje de lenguas extranjeras. La curiosidad y la observación que llevan al jugador de ajedrez a descubrir el lance que llevará al jaque mate, pueden ser la misma curiosidad y observación que llevan al científico a innovar, y por ahí va. 

La parte competitiva del ajedrez a veces saca a la luz los aspectos negativos de la competición: la presión sobre los niños, la ansiedad de las familias y los monitores… ¿Cómo equilibran eso?

Este es un desafío que exige atención. En el caso del ajedrez para competición debe haber una buena preparación, incluyendo la posibilidad de derrota y fracaso. Los profesores deben preparar a los padres también, pues, algunas veces, pueden exigir demasiado. Ya hubo casos de niños de mucho talento y que, presionados por los padres no alcanzaban su rendimiento máximo en las competencias. En esos casos, tuve que conversar con los padres y pedirles que dejaran de inscribir a sus hijos en ellas. Les pido siempre a los padres que cobren empeño, pero que no exijan resultados. Venciendo o perdiendo, el niño debe ser abrazado y elogiado, y no debe perder el placer en participar.

Vista general del XX Torneio Interescolar del Colegio Albert Sabin con 250 participantes

Ajedrez y ordenadores parecen hoy en día inseparables, para aprender, para mejorar, para entrenar, para jugar… Y, desgraciadamente, también para hacer trampas. ¿Captan bien los niños cuando es lícito ayudarse del ordenador y cuando no? La tentación es muy grande…

Comentamos algunas noticias que nos llegan sobre la utilización incorrecta de los programas y aparatos tecnológicos con los alumnos que participan en torneos. Un alumno ya me ha preguntado: si un día implantan un chip en el cerebro, ¿cómo se queda el ajedrez? Dejo la respuesta para los expertos.

¿Tienden los niños a confiar excesivamente en el ordenador y en los análisis de los módulos? ¿Puede eso quitarles confianza en sus decisiones? ¿Cómo desarrollan la confianza en uno mismo?

Usamos los programas como herramienta para analizar posiciones de partidos y, en casa, algunos juegan para entrenar. La confianza, el jugador la adquiere con la práctica, o sea, jugando muchos partidos. Muchas veces, pensamos en un lance que puede ser vencedor, pero no lo jugamos. Cuando  vemos en un programa que aquel lance era mismo vencedor, llegamos a la conclusión de que podríamos haber confiado más en nuestro propio análisis.

Dando la bienvenida a un nuevo entrenador y compañero: Komodo 8

¿Qué opinan los profesores de las asignaturas llamemos “convencionales” sobre el ajedrez? ¿Ha encontrado alguna reticencia?

Aún hay resistencia, o falta de información, pero creo que eso viene disminuyendo mucho.

El colegio lleva cosechados 7 campeonatos escolares de Brasil y muchos títulos individuales. ¿Tardaron mucho en empezar a recoger los frutos en las competiciones o no llevan una programación especialmente orientada hacia ese objetivo?

Tardaron unos 2 años para que ocurriera la primera conquista, pero el Colegio nunca ha exigido la conquista misma de los títulos. Al inicio del trabajo, participamos en muchos torneos sin conquistar resultados relevantes. El Colegio Albert Sabin estimula la participación en Olimpiadas Académicas como Matemáticas, Física, Química e Historia, así como el ajedrez.

XX Torneo Interescolar de ajedrez del Colegio Albert Sabin

¿Cómo está el tema de la incorporación del ajedrez a la escuela en Brasil? ¿Depende de la normativa federal, de la de cada estado o de ambas?

Desafortunadamente, aquí en Brasil no hay una política nacional, como vemos en algunos países. Hay algunos casos aislados de éxito, tanto en escuelas privadas como en públicas, en muchas regiones de Brasil, y hay muchas leyes sobre la implantación del ajedrez en escuelas, aprobadas en muchas ciudades, pero que todavía no se volvieron efectivas. Los planes de implantación del ajedrez en las escuelas del país se ven muy perjudicados por la política partidaria. Hay un caso de una ciudad en la Provincia de San Pablo que desarrollaba un buen trabajo en este área, contando ya con muchos profesores capacitados. Cuando el alcalde dejó el poder, su sucesor, por ser de otro partido, paralizó lo que ya había sido hecho. Para no continuar el proyecto de su adversario político, cambió el ajedrez por Lego. Nada en contra el Lego, que también tiene sus beneficios, pero cuento este caso para que los lectores tengan una idea del tipo de dificultades que el ajedrez enfrenta para crecer en Brasil.

¿Tienen algún tipo de apoyo institucional las iniciativas como la suya en Brasil?

Muy raramente y, cuando ocurren, son iniciativas puntuales y sin continuidad.

¿Y de patrocinadores privados?

Esto también ocurre de forma puntual. La mayoría de las personas que mueven el ajedrez en Brasil lo hacen por amor al juego. Hay muchos clubes de ajedrez esparcidos por el país, y casi todos se mantienen gracias a los abnegados.

Las reglas del ajedrez y la práctica del juego pueden resultar algo pesadas para los niños de hoy en día, habituados a videojuegos y consolas, con mucha acción. ¿Ha notado en este sentido alguna evolución durante los últimos 20 años, con respecto a la actitud de los niños hacia el aprendizaje del ajedrez?

Siento que esa realidad no dificulta el interés de los alumnos por el ajedrez. La cuestión es el interés en profundizarse en la práctica, debido al tiempo que uno necesita dedicar para entrenar para perfeccionarse. Los jóvenes prefieren gastar el tiempo con los juegos que, de hecho, son más impactantes. Muchos de mis alumnos dejan de entrenar un poco más el ajedrez para dedicarse a los videojuegos. El resultado es que no progresan en el deporte.

Como aliados, el ajedrez también cuenta con juegos bien producidos, como el “Ajedrez con el Pequeño Fritz”, por ejemplo, que atrae mucho a los niños. Los clubes de ajedrez en línea, como el playchess.com, y sitios interesantes también ayudan a mantener el interés.

El maestro Resende usando "El pequeño Fritz"

Los niños aprenden jugando al ajedrez. Los profesores ¿se divierten enseñándolo? Me refiero a que con el tiempo siempre corre uno el riesgo de caer en la rutina y si el que enseña no está apasionado por lo que hace, es más complicado transmitir la ilusión. ¿Cómo recarga las pilas un profesor de ajedrez? ¿Cómo se reinventa cada año el juego para los nuevos alumnos?

Me divierto mucho con las clases de ajedrez. Busco siempre mantener el buen humor. Para no caer en la rutina, siempre tengo que añadir algo nuevo, que agrade a todos los alumnos. He trabajado mucho con videos y películas sobre ajedrez. Los juegos variantes del ajedrez también divierten mucho e introducen alegría en las clases. Mis clases de hace veinte años son totalmente distintas de las de hoy. He creado muchas expresiones para situaciones de partidos que a los alumnos les encantan. Y he aprendido mucho con ellos también.

¿Hay alguna cosa que quiera trasmitir a nuestros lectores sobre la que no le hayamos preguntado?

Quiero darles mi testigo de cómo cada vez más es importante la inserción del ajedrez en todas las áreas de la sociedad, y para todas las edades. Estoy seguro de que la base sólida para el crecimiento de nuestro arte pasa por la enseñanza en las escuelas. El niño, a lo largo de su formación, debe tener el derecho a aprender el ajedrez, pues ¡él enseña a pensar!

Tudo vai bem

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