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¿Cuál es tu opinión sobre Ludek Pachman? Incluso hoy en día me hacen muchas veces esta pregunta. En un comentario del 17 de febrero de 2018, un lector de ChessBase, el Sr. Anandymous, me pidió que escribiera un artículo sobre Pachman:
"Sr. Hort, espero leer un reportaje múltiple sobre Pachman".
Bueno, Sr. Anandymous. ¡Ahora lo haré!
El joven Ludek Pachman, dibujado por Otokar Masek
Probablemente yo sea el último testigo vivo del mundo del ajedrez que puede reportar de forma auténtica sobre los andares de Ludek Pachman. Nuestros caminos se cruzaron más de una vez. La objetividad es un ideal de la filosofía y de la ciencia, pero yo sólo puedo tratar de presentar los eventos con honestidad desde mi perspectiva.
Pachman fue una personalidad extremadamente complicada. ¿Existió o existe alguien que realmente conocía a exactitud al activo marxista que luego se convertiría en un católico profeso? Se me hace difícil imaginarlo. Tal vez su esposa Eugenie. Compartieron un feliz matrimonio sin hijos, y hasta su muerte (la de él), se mantuvieron juntos.
No podría decir que nos agradábamos mucho el uno al otro. Pero nos respetábamos; se notaba en todos nuestros encuentros ajedrecísticos. Al igual que su gran comunidad de seguidores, yo me alegré cuando finalmente encaminó su destino y renunció a las ideas utópicas del comunismo. ¡De una vez por todas! Nuestras opiniones y nuestras perspectivas de la vida y el ajedrez se mantuvieron siempre distantes. Como defensor moderado de encontrar compromisos saludables, he apoyado y apoyo la búsqueda de soluciones que favorezcan a ambas partes; para Ludek Pachman esta no era la forma de proceder. Hasta sus últimos días, fue inflexible con sus puntos de vista. De cualquier manera, ambos éramos emigrantes en búsqueda de contento y armonía en nuestros nuevos hogares.
Escuché la siguiente historia de la boca de Ctibor Kende, un periodista y organizador de torneos de ajedrez, un domingo caluroso de otoño en septiembre de 1959, en Kladno. Todavía estaba enamorado de la escena ajedrecística y de sus protagonistas como durante sus años en activo, cuando le dio nueva vida a los campeonatos de Bohemia y Moravia (1940) y a dos fuertes eventos en Praga (1942 y 1943).
Me había invitado a su casa. Nos sentamos en su apartamento en Kladno-Krocehlavy y yo, que solo tenía 15 años de edad, agucé el oído y lo escuché atentamente. Sus historias abrieron dimensiones totalmente nuevas del ajedrez para mí.
"Vlastimil, el dinero siempre ha llegado a mí, nunca lo he buscado. Sin embargo, siempre supe qué puerta tocar y cuándo tocar para que algo sucediera. En 1943, jugamos un torneo de Pascuas en el Hotel Palace. Era el evento cultural en Praga. Yo era el director del torneo, lo había organizado. Pero, dios mío, terminada la ceremonia de apertura, me di cuenta de que me faltaba un jugador". Tras la introducción, Kende tomó un buen trago de su botella de Hennessy.
"En el Hotel Palace, que sigue estando en su primera dirección hasta el día de hoy, incluso tenía una oficina propia. Al igual que hoy, sólo tomaba el mejor coñac y fumaba los cigarros cubanos más caros de la época".
Al decir esto, apuntó al rebosante cenicero colocado sobre una pequeña mesa junto a él.
"Justo cuando estaba a punto de prender mi Corona con un billete de mil marcos (marcos imperiales), alguien tocó a la puerta de mi oficina. Afuera seguía haciendo mucho frío, la temperatura justa para sentarse junto a la chimenea y jugar ajedrez".
Kende volvió a sorber de su vaso de coñac, tal vez para aclarar su garganta o tal vez para aumentar la tensión.
"Frente a mí se encontraba un niño que no conocía, empapado de pies a cabeza, temblando de frío. Este niño no tiene zapatos apropiados para esta temperatura, pensé. Para verme, obviamente había caminado veinte kilómetros desde su pequeño pueblo hasta Praga. Le ofrecí que tomara asiento y los restos de galletas que seguían sobre la alacena. En poquísimo tiempo, se había deshecho de todos los restos. Se ofreció a realizar todo tipo de trabajos de poca importancia, como acomodar las piezas, limpiar los tableros y la sala de juego, vaciar los ceniceros, sólo para poder participar en el torneo. Chico de mandados, no le importaba nada, dijo. Todo lo que necesitaba era un lugar modesto donde dormir".
Kende volvió a tomarse una pequeña pausa y sacó el siguiente Corona de su preciada caja de cigarros. Yo estaba literalmente perplejo, expectante por saber cómo continuaba la historia.
"Ese día, Vlastimil, yo estaba de muy buen humor y cuando vi al niño ¡de repente tuve una gran idea! 'Bueno, jovencito, estás de suerte, pues me falta un jugador en el torneo. Ahora jugaremos cuatro partidas de blitz y si, contra todo pronóstico, ganas ese match te presentaré como un nuevo gran talento ante el público mañana'. Dicho y hecho. Nunca hubiera esperado ese resultado, ¡perdí las cuatro partidas! ¡Había nacido una estrella! ¿Quién era este jugador, Vlastimil?"
Comparto gustosamente esta pregunta con mis lectores. ¿Lo adivinaron? Ludek Pachman (1924 – 2003), gran maestro internacional, siete veces campeón de la República Socialista de Checoslovaquia, famoso editor, teórico y político ¡entró en escena por primera vez en ese preciso momento!
Ludek Pachman, 1943
El torneo de 1943 en Praga fue un golpe de buena suerte para el joven Pachman. Él consiguió superar a dos de los maestros checos más fuertes de la época, Opocensky y Foltys. Pachman luego escribiría:
Estas victorias me ganaron el aprecio del campeón del mundo Alekhine, y desde ese momento, al terminar cada ronda, casi siempre era invitado a su habitación para analizar. Desafortunadamente, el gato siamés del señor Alekhine no gustaba mucho de mi presencia. Unos cuantos duros rasguños fueron el resultado. Es más, Alekhine no aguantaba que lo contradijeran, por lo que, además de sufrir por mis heridas, sólo podía, atentamente, casi con devoción, concentrarme en escuchar.
Rg. | Title | Name | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | Pts. |
1 | GM | Alexander Alekhine | ½ | ½ | 1 | ½ | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | ½ | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 17.0 / 19 | |
2 | GM | Paul Keres | ½ | ½ | ½ | 1 | ½ | 1 | ½ | ½ | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | ½ | 1 | 1 | 1 | 0 | 1 | 14.5 / 19 | |
3 | IM | Miroslav Katetov | ½ | ½ | ½ | ½ | ½ | ½ | 1 | ½ | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | ½ | 0 | ½ | ½ | 1 | 1 | 13.0 / 19 | |
4 | Jaroslav Sajtar | 0 | ½ | ½ | ½ | 1 | ½ | ½ | 1 | 1 | 1 | 1 | ½ | 0 | 1 | 0 | ½ | 1 | 1 | 1 | 12.5 / 19 | ||
5 | IM | Jan Foltys | ½ | 0 | ½ | ½ | 1 | ½ | ½ | 1 | 0 | ½ | ½ | ½ | 1 | 1 | ½ | 1 | 1 | 1 | 1 | 12.5 / 19 | |
6 | Bedrich Thelen | 0 | ½ | ½ | 0 | 0 | ½ | ½ | ½ | 1 | 0 | 1 | 1 | 1 | ½ | 1 | ½ | ½ | 1 | 1 | 11.0 / 19 | ||
7 | IM | Josef Lokvenc | 0 | 0 | ½ | ½ | ½ | ½ | ½ | ½ | 1 | ½ | ½ | ½ | ½ | 1 | ½ | 1 | ½ | 1 | 1 | 11.0 / 19 | |
8 | GM | Friedrich Saemisch | 0 | ½ | 0 | ½ | ½ | ½ | ½ | ½ | ½ | ½ | 1 | ½ | 0 | 1 | 1 | ½ | 1 | 1 | 1 | 11.0 / 19 | |
9 | Karel Urbanec | 0 | ½ | ½ | 0 | 0 | ½ | ½ | ½ | 1 | 1 | ½ | ½ | ½ | ½ | ½ | 1 | 1 | 1 | 1 | 11.0 / 19 | ||
10 | GM | Ludek Pachman | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 0 | ½ | 0 | 1 | 1 | 1 | ½ | 0 | 1 | 1 | ½ | 1 | 1 | 9.5 / 19 | |
11 | IM | Karel Opocensky | 0 | 0 | 0 | 0 | ½ | 1 | ½ | ½ | 0 | 0 | 1 | ½ | ½ | 0 | 1 | 1 | ½ | 1 | 1 | 9.0 / 19 | |
12 | IM | Jiri Fichtl | ½ | 0 | 0 | 0 | ½ | 0 | ½ | 0 | ½ | 0 | 0 | 1 | 1 | 0 | 1 | 1 | 1 | 1 | ½ | 8.5 / 19 | |
13 | Milan Bartosek | 0 | 0 | 0 | ½ | ½ | 0 | ½ | ½ | ½ | 0 | ½ | 0 | ½ | ½ | 1 | ½ | 1 | 1 | 1 | 8.5 / 19 | ||
14 | Oldrich Novotny | 0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 0 | ½ | 1 | ½ | ½ | ½ | 0 | ½ | ½ | 0 | ½ | 1 | 1 | 1 | 8.5 / 19 | ||
15 | Karel Prucha | 0 | ½ | ½ | 0 | 0 | ½ | 0 | 0 | ½ | 1 | 1 | 1 | ½ | ½ | 0 | 1 | 0 | ½ | 1 | 8.5 / 19 | ||
16 | Jaromir Florian | 0 | 0 | 1 | 1 | ½ | 0 | ½ | 0 | ½ | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 0 | 1 | 0 | 1 | 7.5 / 19 | ||
17 | Jiri Podgorny | 0 | 0 | ½ | ½ | 0 | ½ | 0 | ½ | 0 | 0 | 0 | 0 | ½ | ½ | 0 | 1 | 0 | 1 | 1 | 6.0 / 19 | ||
18 | Max Dietze | 0 | 0 | ½ | 0 | 0 | ½ | ½ | 0 | 0 | ½ | ½ | 0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 1 | ½ | ½ | 5.5 / 19 | ||
19 | Jindrich Kubanek | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | ½ | 1 | 0 | ½ | ½ | 3.5 / 19 | ||
20 | Ruzena Sucha | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | ½ | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | ½ | ½ | 1.5 / 19 |
¡Nada mal! Terminado el torneo, Pachman fue inmediatamente bienvenido por la escena ajedrecística de Praga como un interesante comentarista y teórico. Equipado con nuevos zapatos, nada se interpuso en su camino hacia una destacada carrera en el ajedrez. Su otra carrera, la "roja", comenzó tras el golpe comunista de febrero de 1948.
A pesar de haberlo conocido por más de cuarenta años, su visión del mundo y su filosofía se mantuvieron como grandes misterios sin resolver para mí. Pero lo que me llamó la atención cuando todavía era un joven aprendiz del ajedrez fue su incontenible necesidad de encontrar la "única jugada correcta" a toda costa. ¿Qué quería transmitir a la siguiente generación con eso? Ya no más romanticismo. En el ajedrez, no hay opción. Con una preparación y un análisis sistemáticos, ¿todo se podía anticipar?
Su creencia dogmática en la "única jugada correcta" se fortaleció con los años y, desafortunadamente, afectó severamente su estilo de juego.
Campeonato Europeo en Oberhausen, Alemania, 1961: Hort-Keres. Según recuerdo, mi oponente parecía sacado de la portada de una revista de moda. Rasurado inmaculadamente, perfumado, vestido con un fino traje con corbata y alfiler en la solapa. Su alemán era perfecto. Con mano firme, escribía sus jugadas en notación descriptiva con su mejor letra. No dejaba de mostrarse caballeroso durante mi apuro de tiempo; no golpeaba el reloj ni siquiera en ese momento.
Tras mi regreso de Oberhausen, mis amigos me esperaban en Praga con sonrisas traviesas. ¿Por qué? El gran maestro Ludek Pachman había anotado la partida en una revista deportiva checoslovaca y había escrito: "...tras el sacrificio de dama de Keres, el talentoso Hort cayó de su silla..." Esta declaración se esparció por toda la escena ajedrecística de Praga. Así de exitosas llegaron a ser las anécdotas sobre el ajedrez en esa época.
¿Pero qué había sucedido realmente? Keres sacrificó su dama en la jugada 35. Tras la jugada 40, la partida fue —como era la costumbre— pospuesta. Mientras pensaba qué jugada dejar anotada antes de la pausa, durante 45 minutos, estaba balanceándome en mi silla, ajeno al tiempo y al espacio. De repente perdí el equilibrio y caí de espaldas. Resultó que mi jugada 41 perdía. Keres recibió el premio de belleza por esa partida.
Los clásicos son algo más que historia para recordar. De sus partidas se siguen sacando enseñanzas prácticas para el día a día. Sagar Shah le indica cómo.
Gligoric vs Pachman, Oberhausen 1961
Durante la Olimpiada de 1964 en Tel Aviv, tuve la oportunidad de conocer mejor a Pachman mientras compartíamos una habitación en el Hotel Hilton. Yo tenía la costumbre de dormir antes de las partidas. Pacham, por su parte, se movía de un extremo al otro de la habitación como una fiera mientras se preparaba para su partida. Cuando le tocó enfrentar a Portisch con blancas, pasó muchas horas preparándose. Pero, poco antes de la partida, mientras trataba de explicarle que las partidas solían decidirse en el medio juego, tuve la sensación de que él ya había perdido el hilo de su preparación.
Salo Flohr fue el verdadero fundador y padre espiritual de la "Escuela checa de ajedrez". Al principio, Flohr copió el estilo de juego de Capablanca al pie de la letra. Su orientación priorizaba la seguridad y se enfocaba en la excelente técnica del cubano.
Master Class Vol.4: José Raúl Capablanca
El ajedrecista cubano marcó un hito en su época y en todas, en una época en la que el ajedrez romántico daba sus últimos estertores, pasando al ajedrez psicológico y empezando a vislumbrarse el ajedrez científico. Para aprender, entender y apreciar.
Atacar no era una opción. Era preferible capturar un peón en vez de sacrificarlo. Luego, Filip y Pachman en particular pondrían su confianza en la teoría. Daba la impresión de que sus aperturas tenían la intención de alcanzar posiciones agudas. ¡Pero no!
Filip, Pachman
Durante mi cuarto semestre de estudio en la VSE (Facultad de Economía) en 1964, me parecía que aprobar un examen estatal sobre el Marxismo-Leninismo que era parte inevitable del curso estaba muy lejos de mi alcance. La Camarada Rakova, mi docente, me había reprobado dos veces. Sólo me quedaba un intento final en septiembre, tras las vacaciones.
El "demonio rengo", como la llamábamos en secreto, tenía una nariz particularmente aguda para identificar a los enemigos que estaban en clase. En mi caso, no estaba nada equivocada. Hace tiempo ya había tanteado el terreno en Occidente. Todavía me avergüenza no haber tenido la valentía para dejar la universidad.
El clima estaba espléndido, yo estaba recostado en la piscina, disfrutando del sol radiante. Desperdigados a mi alrededor estaban mis materiales de estudio: apuntes, presentaciones y, por supuesto, el libro de Lenin "Un paso adelante, dos pasos atrás". En la noche me esperaba una cita prometedora, por lo tanto, las ideas de Lenin me parecían extrañas, molestas e indiferentes.
Pero no podía quitarme un chiste de la cabeza. "¡Karl Marx y Friedrich Engels no fueron científicos!" "¿Por qué?" "Si hubieran sido científicos, ¡hubieran usado perros para probar sus ideas primero!"
Vladimir Pachman, el hermano seis años mayor de Ludek, era un buen compositor de problemas de ajedrez y, además, un poderoso decano en la facultad de Marxismo-Leninismo de mi universidad. En ese momento, ambos hermanos eran oficiales de alto rango del partido y tenían la reputación de ser comunistas leales y confiables. Ludek, mi colega en el equipo nacional de ajedrez, siempre amenazaba a estadounidenses en sus artículos e incluso se había ofrecido para prestar apoyo activo y personal a Fidel Castro en Playa Girón con su "vieja" arma. Los conciudadanos le temían, pues como director de algunas comisiones del ejército, su voz tenía peso. Según él, "la hoz y el martillo" eran la mejor opción para nuestro planeta; al menos eso era lo que escribía en sus artículos publicados en los periódicos más populares de Checoslovaquia.
No, Vlasimil, nada de buenas conexiones ni protección para ti. Deja que el destino decida por ti. Con tu memoria fenomenal, también podrías ser un excelente mesero y ganar dinero de esa manera.
El día del examen llegó muy rápidamente. "Un paso adelante, dos pasos atrás" se volvió una pesadilla para mí. Nosotros, los candidatos a ser relegados, estábamos esperando en la oficina fuera del aula. Para acortar el tiempo de espera, traté de resolver un problema compuesto por Vladimir Pachman.
Descubrí la solución, 1.Ab6+, tras pocos minutos.
"Hort, Hort", llamaron mi nombre dos veces. ¿Debería hacerlo o no? Las últimas dudas se hicieron presente. Finalmente, entré al aula de examinación. ¡Qué pena!
Pachman y Fidel Castro en Cuba
Entre 1946 y 1966, el siete veces campeón de Checoslovaquia fue uno de los mejores jugadores del mundo. En diciembre de 1959, alcanzó su mejor rating histórico de 2695. Jugó seis torneos interzonales; en Portoroz (1958), incluso estuvo a un puesto (quedó séptimo) de alcanzar la clasificación al Torneo de Candidatos. Además, es uno de los pocos jugadores que tiene una puntuación histórica igualada con Fischer (+2=4-2).
Master Class Vol.1: Bobby Fischer
Fischer al descubierto: aperturas, táctica, estrategia, finales... ¡Descubra de la mano de grandes maestros los secretos de su sensacional habilidad, que le permitieron lanzarse al ataque (y ganar) en solitario a la Escuela Soviética de Ajedrez!
Fischer-Pachmann, Leipzig 1960
En todos los torneos que participaba estaba entre los ganadores o al menos alcanzaba una puntuación positiva. Y no debemos olvidar su trabajo como instructor de ajedrez en la escuela de gramática de Altensteig. Entre 1985 y 1989 enseñó ajedrez a los estudiantes que estaban interesados. Incluso en sus últimos años jugó ajedrez apasionadamente. En 1999, tres años antes de su muerte, participó en el Campeonato Mundial Senior en Gladenbach. Como uno de los más importantes teóricos del ajedrez, como Max Euwe, mantendrá su estatus de autoridad en la teoría de aperturas.
Continuará en la Parte 2...
Traducción del inglés: Antonio Pereira