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Muy pocas veces paso de largo la publicación de un libro de ajedrez llamativo, como el escrito sobre mi colega y compañero de equipo Tony Miles. Sin embargo, me tomó mucho tiempo finalmente tener el libro de Miles entre manos.
También me tomó mucho tiempo darme cuenta de que el título del libro es un anagrama, pues el título "It's only me" esconde en sí el nombre de Tony Miles. No sé si lo habrá usado en otra ocasión en el pasado o si el editor lo habrá elegido deliberadamente.
El libro fue publicado por Batsford Chess en 2003, dos años después de la muerte de Tony (1955 – 2001).
En este libro, Geoff Lawton cuidadosamente compiló artículos escritos por Miles: sus columnas, notas y unas cuantas partidas comentadas. Leonard Barden escribió el prefacio.
Desafortunadamente, no conseguí una copia cuando el libro fue lanzado. Luego, cuando intenté hacerme de un ejemplar, ya estaba fuera de circulación. La tienda alemana Niggemann me dijo que la última copia había sido vendida en 2009. Me sigo preguntando por qué Batsford Chess sólo publicó una edición de esta obra.
Lamentablemente, Tony no alcanzó a ver la resonancia que tuvo su libro por todo el mundo. Siento que ahora es mi turno de hacerle un tributo a este ajedrecista autodidacta y creativo.
Pero ¿cuándo fue que nos conocimos? ¿Fue en 1975, cuando nos enfrentamos por primera vez frente a un tablero? ¿O después de eso? Cuando Robert Hübner dejó el club Cologne-Proz en 1981 para representar a su contraparte de Hamburgo, Wilfried Hilgert, el patrocinador y director del Porz, prometió encontrar un reemplazante competente. De repente, con su larga y rubia cabellera, Tony Miles se presentó en la escena ajedrecística de Colonia.
Vlastimil Hort (izq.) y Tony Miles (der.) en 1981 durante una simultánea compartida en Pulheim | Foto: Pulheimer SC
La cabellera de Miles inspiró a Karel Popp a realizar una pintoresca caricatura que publiqué hace mucho tiempo en mi libro Schwarz-Weiße Erzählungen (Cuentos en blanco y negro).
Todos saben cuán importante es el triángulo de las Bermudas para los navegantes. Los triángulos ajedrecísticos, en cambio, son menos conocidos. El jugador A gana casi todas sus partidas contra B, B tiene su propia víctima C, pero C casi siempre termina venciendo a A, a pesar de que cada uno de los tres tienen ratings similares. Un triángulo de esta naturaleza estaba formado por Hort (A), Miles (B) y Ljubojević (C). Las astronómicas diferencias en los resultados de las partidas que jugábamos entre nosotros son realmente difíciles de explicar.
Luego, cuando Tony me contó la gran cantidad de problemas que había tenido con los servicios de impuestos en Inglaterra, me di cuenta de lo placentero que fue para él trasladarse a Alemania. ¡La oferta llegó en el momento justo!
A los 15 años, Tony ya iba de un lugar a otro de Inglaterra con su pequeña maleta jugando en un torneo abierto tras otro. Era autodidacta y continuamente mejoraba su juego. Estaba muy motivado en convertirse en el primer gran maestro de Inglaterra. Un premio de 5 mil libras había sido dotado por Jim Slater —quien también aportó una dotación para el match entre Fischer y Spassky—para el primer jugador inglés que consiguiera el título. El talento de Tony y sus maravillosas habilidades analíticas le dieron buen resultado: en un torneo jugado en Dubná (Rusia) en 1976 consiguió el título de gran maestro. ¡Una nueva estrella del ajedrez había nacido en Inglaterra!
Con frecuencia coincidíamos en Olimpiadas y en varios torneos abiertos. En 1983, la Federación Británica de Ajedrez me hizo una oferta lucrativa. Mientras Korchnoi y Kasparov estaban jugando la final del torneo de candidatos para ganarse el derecho a retar a Karpov por el título, tenían planeado un evento paralelo para los días de descanso. ¡Un match a ocho partidas entre Hort y Miles!
Tras cuatro partidas, el marcador estaba igualado a dos. Desafortunadamente, en la noche de la cuarta partida viví el incidente más desagradable de mi vida...
Con toda la inocencia del mundo, caminaba con mi "pago adelantado de Vinkovci 1969" y un abrigo de piel hecho a medida por las calles de Londres. En medio de la bulla citadina, disfrutaba del fresco viento otoñal y estaba de muy buen humor. Mis manos estaban metidas en los bolsillos mientras me dirigía al subterráneo. Quería retornar rápidamente a mi hotel y tomar una taza de té mientras reflexionaba tranquilamente sobre las partidas.
Pero las cosas pueden cambiar repentinamente y tus sueños se pueden volver pesadillas, algo que descubrí mucho antes de lo que me hubiera gustado en las escaleras de la estación. Un movimiento sorpresivo, un brinco y de repente alguien estaba parado frente a mí. Cara a cara. Poco después sentí la presión de un objeto punzante en mi estómago. ¿Qué pensar, qué sentir, qué hacer en una situación así? La presión sobre mi estómago aumentaba.
"¡Sí, te daré todo mi dinero, pero por favor no me lastimes!" Una inusual respuesta siguió: "¡No estoy en busca de dinero!" Mi traductor interno iba a mil por hora... No quería dinero, pero entonces ¿qué quería? Para evitar provocar a mi inoportuno compañero en la escalera, dejé mis manos en los bolsillos. Y luego vi finalmente lo que llevaba en la mano y me presionaba: ¡una bayoneta! Dios mío...
Continuará...
Traducción del inglés: Carlos Colodro
