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Herman Pilnik (Stuttgart, 8 de enero de 1914 - Caracas, 12 de noviembre de 1981) nació y aprendió a jugar el ajedrez en Alemania, pero su carrera se inició y desarrolló en Argentina, país al que representó toda su vida.
Cómo jugar la Najdorf (Vol. 1-3)
Un gran momento: el ex campeón del mundo Garry Kasparov, experto absoluto en la Variante Najdorf nos explica los secretos de dicha apertura.
Aprendió a jugar a los 12 años, una edad que ahora sería tardía. En 1930, cuando tenía 16 años, su familia se trasladó a Buenos Aires. Como se señala en la Revista Jaque de julio de 1933, “viéndose obligado a dejar de jugar por razones de fuerza mayor”, luego progresó con rapidez. En Buenos Aires, coloquialmente, al adolescente Pilnik se lo llamaba “El alemancito”.
Miguel Najdorf lo definió así: “Trotamundos, bohemio, eternamente optimista, inteligente y culto, con dominio de varios idiomas — francés, inglés, alemán, holandés —, Herman llevó una novelesca vida entregado por completo a su gran pasión: el ajedrez. A su lado no pasaba el tiempo. Su humor desbordaba en mil anécdotas. Quiso ser Gran Maestro y cumplió su sueño. Siempre se lo consideró un talento, pero como hasta un talento necesita disciplina y estudio, no mantuvo regularidad pese a sobresalir y ganar varios torneos… Estaba radicado últimamente en Caracas, con contrato como entrenador, profesor y periodista. Siempre se lo ve elegante y alegre. ¿Su estilo? Un romántico, un combinador formidable y en profundidad”.
Con respecto a su falta de dedicación al ajedrez, el maestro checo-alemán Ludek Pachman, escribió en su libro Ahora puedo hablar, traducido al español como Ajedrez y comunismo: “Nadie ha podido, hasta ahora, sorprender al gran maestro argentino Herman Pilnik sentado en su casa ante un tablero de ajedrez. Pasaba su tiempo libre en tertulias de casinos o en compañía de hermosas mujeres”.
En una entrevista a la revista Qué sucedió en 7 días, del 28 de enero de 1947, Pilnik opinó, bastante objetivamente, sobre su juego. La entrevista también demuestra su alta estima por el duelo intelectual que es el ajedrez.
Contra un gran maestro me siento a mis anchas. Yo no soy un ajedrecista de profundos conocimientos ni tampoco de depurado estilo estratégico, mi fuerza radica en la visión mental de las jugadas. Veo (es como si las tuviera delante de mis ojos) una inmensa cantidad de combinaciones posibles a cada jugada; pero en los grandes planes, en los que se llama concepto de la posición, en la técnica, soy sin duda inferior a los maestros internacionales. Alternando con ellos, me entusiasma ir comprendiendo, a cada uno de los movimientos de sus piezas, su sentido lógico y científico del ajedrez, y al beber con ansias sus lecciones en plena lucha, ese estado de exaltación intelectual redobla mi eficacia.
En esa misma entrevista confesó: “Temo terriblemente a los chambones”, dado que no lograba concentrarse lo suficiente contra los jugadores de poca fuerza.
En la nota completa, el GM Franco presenta los logros más importantes de la carrera de Pilnik, incluidas anécdotas de primera mano, pues llegó a conocerlo personalmente.
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La solución a este problema será presentada en la siguiente columna del GM Zenón Franco.
Master Class Vol.2: Mihail Tal
Tal, el mago de Riga, fue poco tiempo campeón mundial, pero su talento y creatividad lo mantuvieron durante mucho tiempo en primer plano en el mundo del ajedrez, idolatrado por los aficionados. Rogozenco, Marin, Reeh y Müller se lo presentan como nunca an
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