“Un don de clase superior”
Genna Sosonko escribió: “El mundo de la literatura, música y teatro tiene su valoración interna propia. En este mundo hay nombres que son apenas conocidos por la mayoría del público, pero estimados altamente por sus colegas profesionales. En el ajedrez también hay nombres así. Uno de ellos es Ratmir Kholmov”.
Kholmov nació el 13 de mayo de 1925 en Shenkursk, al norte de Rusia, y falleció a los 80 años, en Moscú, el 18 de febrero de 2006, tras un segundo infarto cerebral.
El triunfo de Kholmov sobre Keres, en Tiflis, en el Campeonato de la URSS de 1959, fue considerada por él como la mejor de su carrera, junto con su triunfo sobre Bronstein, del Campeonato de la URSS en Kiev 1965, que es la que comentamos en este artículo.
“Poseía un talento natural fuera de lo común, un don de clase superior”, comentó Viktor Korchnoi sobre él, según se relata en el magnífico libro de entrevistas Smart Chip from St. Petersburg de Genna Sosonko. Korchnoi añadió: “Era una clase de talento que tenía Capablanca. Kholmov sabía cosas sin haberlas estudiado en absoluto”.
Aprendizaje tardío y rápido progreso
Aprendió a jugar a una edad tardía para los estándares actuales, a los 12 años, pero progresó con gran rapidez. Tuvo una infancia difícil, y una adolescencia problemática. Él mismo se consideraba un “hooligan”, se puede decir que el ajedrez fue su salvación.
Destacó rápidamente. Al terminar la Segunda Guerra Mundial (en la que participó), en 1946, se mudó a Grodno, en Bielorrusia. En 1947 salió primero en los Cuartos de Final del 16º Campeonato de la URSS en Yaroslavl, delante de Nezhmetdinov y Tarasov, entre otros, y ganó el título de Candidato a Maestro. En ese mismo 1947, compartió el 3º/4º lugar de la Semifinal en Moscú, delante de Petrosian, y clasificó a su primera final del Campeonato Soviético, el de 1948, logrando a la vez el valioso título de Maestro.
Por sus logros fue invitado al Memorial Chigorin a fines de 1947. Allí se enfrentó a maestros destacados, como Keres, Smyslov, Boleslavsky, Kotov, Gligoric y a Botvinnik. Sobre este encuentro, Kholmov comentó: “Tenía la sensación de estar jugando con Dios. Me esforcé al máximo, pero no hubo nada que hacer, perdí, por supuesto, Botvinnik era entonces de una clase diferente, y yo no sabía nada de teoría”.
Por sus muy buenos resultados, en 1947 pasó a tener un sueldo del estado. Se convirtió en ajedrecista profesional, aunque prácticamente no estudiaba ajedrez, salvo cuando competía. Leía mucho, pero muy poco sobre ajedrez: a Lion Feuchtwanger, Theodore Dreiser, O’Henry, los rusos clásicos, y todo lo que caía en su mano.
“El defensor central”
Master Class Vol.10: Mikhail Botvinnik
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Sus colegas soviéticos lo apodaron "El Defensor Central" por lo extremadamente difícil que resultaba derrotarlo: esa era su virtud principal.
Kholmov se especializaba en las defensas pasivas, algo que la mayoría de los maestros detestan, pues buscan contrajuego a cualquier costo, incluso sacrificando material. Kholmov no. Se defendía pacientemente esperando su oportunidad, y con su gran habilidad táctica esa oportunidad llegaba con frecuencia. Es una clase de talento muy original.
En un artículo de 1965 para Shakhmaty v SSSR, Baranov y Mikenas escribieron: “Kholmov no está entre los ‘eruditos’ de la apertura. No obstante, con tenacidad, bordeando quizás la terquedad, se metía, con valentía, en las continuaciones teóricas. Lo hacía porque confiaba en encontrar el camino correcto incluso en las posiciones más peligrosas”.
Esta es otra muestra no solo de la inmensa confianza en sí mismo, sino también la de su extraordinario talento. La lucha está presente en todas las fases del ajedrez, y eso fue lo que más le atrajo a Ratmir. Su nombre significa “guerrero valiente”.
Kholmov le comentó a Sosonko que no se preparaba para las partidas: “Nunca seguí ninguna moda. Todo el mundo dice que soy un defensor congénito... ¡Claro que debes ser un defensor si no sabes teoría y quedas inferior tras la apertura! Deberás encontrar, especialmente al jugar con negras, tus propios recursos”.
Naturalmente, para llegar a ser tan bueno no basta con defenderse muy bien. Kholmov tiene también partidas de ataque brillantes. “Kholmov era también un maestro del ataque, la clase de ataque en el cual la improvisación y la fantasía son la parte más importante”, comentó Sosonko.
Un fuerte Gran Maestro
Kholmov jugó torneos en todos los rincones de la URSS, como destacó Douglas Griffin. En su lista de participaciones encontramos ciudades como Achkabad, Tiráspol, Sujumi, Borjomi, Grozni, Barnaúl, Norilsk, etc., además de las ciudades más célebres.
Se radicó en Moscú, aunque a fines de los años 40 y principios de los 60 residió en Lituania. En esa etapa ganó o compartió el primer lugar en el Campeonato de Lituania nada menos que 10 veces. Disputó la final de 17 campeonatos soviéticos; su mayor logro fue empatar el primer lugar del 17º Campeonato de la URSS en 1963, con Boris Spassky y Leonid Stein.
Kholmov ganó muchos torneos, como el Memorial Asztalos 1962, delante de Szabo y Portisch; Bucarest 1962, delante del número 1 rumano Gheorghiu; Belgrado 1967; el Memorial Capablanca de 1968, delante de Leonid Stein, etc.
En 2000 Kholmov empató el primer lugar en el Campeonato Mundial de Veteranos en Rowy, Polonia, con 8 puntos sobre 11, con Mark Taimanov, Janis Klovans, y Alexander Chernikov.
Kholmov jugó prácticamente hasta el final de sus días: según chessmetrics.com, Kholmov estuvo entre los 25 mejores del mundo desde 1956 hasta 1970. Su lugar más destacado fue el 8º en los años 1960–61. Su Elo más alto se estima en 2.736 puntos.
En la nota completa, el GM Franco presenta más detalles de la ilustre carrera de Kholmov, incluida su memorable victoria sobre Bobby Fischer en 1965.
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El reto del Gran Maestro
La solución a este problema será presentada en la siguiente columna del GM Zenón Franco.
Partida analizada: Kholmov vs. Bronstein, Kiev 1965
+ la solución al problema del número anterior (ver partidas en la lista desplegable)
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