Karl Friedrich Hieronymus fue un militar alemán del siglo XVIII. Cuando regresaba del campo de batalla, Karl contaba que había cabalgado sobre una bala de cañón, o viajado en globo hasta la luna. A partir de estas fantásticas narraciones, Erich Raspe escribió 'Las aventuras del barón Munchausen', un relato que más tarde transcendió como mito literario del antihéroe. La historia del ajedrez también tuvo su barón de Munchausen, un jugador de memoria portentosa, tan extraordinario dentro del tablero como embustero fuera de él. Les hablo de Johannes Zukertort, un entrañable fanfarrón, un cuentista que a punto estuvo de convertirse en el primer campeón del mundo de ajedrez. La vida de Zukertort es leyenda y terreno fronterizo, una bella fábula escrita sobre un espejo esmerilado, a camino entre lo real y lo urdido.
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