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Quiero hacer una comparación: La que considero la mejor forma de progresar en el ajedrez –y se puede extrapolar a la vida- es darse cuenta de las ventajas y desventajas que tiene tu juego y de por qué cometes tales errores y tales aciertos. Y luego tratar de solucionar esos inconvenientes, pidiendo la ayuda necesaria.
Manteniendo la motivación. Algo que es esencial en cualquier enfermedad es "no venirse abajo". Si no puedes realizar una actividad de determinada forma, quizá puedas buscar otra manera de hacerlo. Realmente, la clave no es el término "actividad", sino "interés": si puedes revitalizar tu interés por las cosas, puedes ver llamativos patrones aunque estés atrapado en la tela de una araña. Nada mejor que mantener la motivación.
Para empezar, donde quiera que juegues puedes conocer gente que comparte tu afición. Habla con ellos, comenta ideas, queda para tomar algo. Si tienes fobia social puedes dar el primer paso por internet. Contacta con alguien, aprende a jugar si no sabes. Apúntate a un foro. Sigue gente en Twitter. Por sí mismo, el ajedrez siempre es un reto: descubrir qué hacer en una posición, comprender la idea de una jugada o conocer detalles de la historia de los campeones mundiales puede ser apasionante.
Personalmente, aunque no podía jugar torneos de ajedrez a un nivel aceptable, sí podía entrenar a otras personas. Dado que mi fobia social sólo ocurre en situaciones sociales con adultos, dar clases a niños no sería un problema. Y, dado que tampoco tengo tantos problemas con adultos cuando soy la figura de autoridad podía entrenar a cualquier tipo de gente. Naturalmente, nada mejor para mantener la motivación que entrenar a un futuro campeón de España sub-18 de ajedrez, ¿no? Pero eso no lo sabía nadie.
Funcionamiento del cerebro en la fobia social y cómo el ajedrez puede ayudar. Veamos qué ocurre en el cerebro en una situación de fobia social: Cuando uno padece esta ansiedad, no importa el grado, en cierto modo “la cabeza se te va”, y literalmente esto parece ser así. Buceando en el cerebro, de abajo hacia arriba, por una parte tenemos nuestro cerebro inferior –llamado reptiliano, órgano supuestamente heredado de nuestros lejanos antepasados evolutivos– y, en concreto, la llamada amígdala –muy vinculada a emociones intensas e instintos: a veces se la denomina el “circuito del miedo”-. Por otro lado tenemos el cerebro superior que, dicho de forma muy general, nos hace actuar como “personas inteligentes”. Nos permite, por ejemplo, emplear la lógica y el lenguaje.
Pues bien, en situaciones de ansiedad o estrés, el cerebro inferior puede "secuestrar"– parcial o totalmente - a la otra parte. Tal y como yo lo siento, en situaciones de fobia social este secuestro adopta la forma de “sal de este lugar y entonces te soltaré”. Como el cuerpo en realidad se está preparando para huir, con menos sangre llegando al cerebro y más a las extremidades, la forma óptima de liberación de la tensión sería algo así como echar a correr. El ajedrez de torneo "serio" para personas con fobia social, en un principio no podría recomendarse: Estar sentado, en silencio, pensando y en una sala con mucha gente alrededor, es la peor de las pesadillas para alguien con esta fobia.
Agravando el asunto, tampoco es fácil conseguir una buena oxigenación -jugar de pie, por ejemplo, ya sería un alivio en este aspecto-. Si damos rienda suelta a nuestros impulsos, sólo nos quedaría levantarnos a menudo, salir de la sala y andar todo lo que podamos. Pero encontré soluciones en el ajedrez. Nosotros procesamos pensamientos del tipo "muevo aquí con idea de", "parece mejor activar esa pieza porque…".
Bueno, aunque suene divertido, empleo este método en esas situaciones fóbicas y con buen grado de éxito. La idea básica es que el cerebro superior se reactive a través del lenguaje y se vaya liberando del secuestro. Algo así como decirse: "Tranquilo, me voy a quedar aquí porque no pasa nada. Todo va a salir bien".
Con permiso, voy a cederle el control a los lóbulos frontales, ya que me gustaría enterarme de cómo acaba esto”. Es sorprendente, ¡pero puede funcionar! El cerebro es increíble...
Adicionalmente, es muy recomendable la meditación, algo creo que sencillo para el ajedrecista. Si tuviera que recomendar algo bueno y desafi ante para el cerebro yo diría meditación y ajedrez. Y por último, aunque sea dependiente del nivel de juego, el ajedrez puede fomentar la empatía: ponerse en la piel del otro. ¿Por qué juega esto? ¿Qué quiere hacer? Si se piensa conscientemente podemos encontrar detalles muy interesantes en el comportamiento de la otra persona, y en el nuestro.
También quienes padecen fobia social suelen quedarse anclados en una pregunta: ¿por qué habrá puesto esa cara el otro?, y la continuación lógica, "estará preguntándose por qué estoy nervioso". Antes yo también me quedaba ahí, ¡y no fue fácil romper ese bucle! Resumiendo: quizá una interesante forma de emplear el ajedrez en la fobia social sea precisamente utilizar su misma forma de pensar lógica: Utilizarla en un cuerpo a cuerpo mental para recuperar la amígdala y devolver el control al cerebro superior en situaciones de ansiedad aguda.