Amber: octava jornada

"Una razonable partida, para variar", dijo Peter Svidler al entrar en el Jockey Club tras su victoria en la partida a ciegas contra Vasily Ivanchuk. Y es cierto: fue una bonita partida. Ivanchuk se defendió con una Caro-Kann y entró en apuros cuando no respondió a tiempo al ataque de las blancas con el peón g. La ventaja de las blancas quedó muy clara tras la fuerte jugada 24.h6 y las negras pasaron por alto. Cuando las blancas habían cambiado algunas piezas, todavía necesitaron un tiempo para cumplir su tarea táctica pero al final hubo una clara victoria.

Svidler en la partida a ciegas contra Ivanchuk

Tras la partida rápida svidler suspiró: "¡Vaya suerte que he tenido!" Cometió una inexactitud en la apertura y varios errores más. Sin embargo, ya con la espalda contra la pared, Svidler aprovechó una una excelente oportunidad táctica y, aunque no le dio tiempo para calcular si incluso podría ser ganadora la posición, al menos logró tablas a duras penas.

En la partida a ciegas, Alexander Morozevich quería crear algo especial y se arriesgó con la valiente jugada 16.Axa4. Su valor fue recompensado cuando Veselin Topalov cometió un error con 18…Ta8 cuando mejor habría capturado en d5 con el alfil, 18…Axd5. El error decisivo de Topalov fue 35…Tb8 lo cual le llevó a un final con un peón de desvantaja. Morozevich se tomó su tiempo para evitar riesgos inecesarios y se apuntó la victoria.

En la partida rápida, Morozevich sacrificó un peón en la apertura para crear complicaciones. A Morozevich le pareció que la jugada 18.Ag5 de las blancas no fue ningún buen plan. Pero luego se dio cuenta de que su 25…e4 fue un error porque permitió a las blancas comerse su caballo en f4. Topalov logró un magnífico ataque y parecía ganar la partida, pero en los apuros de tiempo Morozevich logró confundirle y alcanzó un importe empate.

Levon Aronian sigue planteando ideas muy originales. En su partida a ciegas contra Alexander Grischuk, el armenio intentó 1.e4 g6 2.d4 Cf6 (seguido por 3.f3 c6) con piezas negras. Esta vez, sin embargo, no logró demostrar la viabilidad de su apertura. Grischuk alcanzó una buena posición y el espectador Ljubomir Ljubojevic volvió a repetir una y otra vez que se trataba de una posición muy desagradable. Y tuvo razón. Pero Grischuk vaciló en darle un pronto fin a la partida. Por ejemplo, en vez de 18.Dc2, podría haber jugado la mucho más fuerte 18.Ce4, para continuar o con Cg5 o bien con Cc5. Y también 18.Cb5 tenía buena pinta. Aronian demostró sus capacidades para sobrevivir e incluso volvió a estar a salvo. Pero luego cometió otro error 29…Ag5 que fue respondido por 30.Ce4 y las blancas alcanzaron una posición ganadora. Aronian debería haber jugado mejor 29…Cd5 cuando 30.Cxd5 puede ser contrastado con 30…exd5. Esta fue la última oportunidad que tuvo y luego Grischuk se fue imponiendo.

En la partida rápida, Grischuk levantó la ceja y le costó trabajo suprimir la risa cuando Aronian continuó después de 1.e4 c5 2.Cf3 d6, con 3.Ad3. Tras la partida, Aronian reveló que esta había sido la segunda vez que jugó eso. La primera fue en 1996. "Si las negras no juegan …c4 pronto, las blancas consiguen una confortable partida. Y las negras no jugaron …c4 rápidamente". La iniciativa de las blancas fue difícil de defender para las negras, sobre todo porque Aronian realizó las jugadas a mucha velocidad e iba ganando cada vez más tiempo en el reloj. Sacrificó una pieza por tres peones y cuando logró muchas oportunidades diferentes para atacar, las negras se rindieron tras 45 movimientos.