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1920 es el año en que José Raúl Capablanca es reconocido como Campeón Mundial de Ajedrez; título que validaría meses después ante el propio Lasker.
“My chess career” es una obra autobiográfica; en la cual Capablanca muestra una sinceridad y franqueza pocas veces expresadas por los maestros del tablero de su época. Aunque no es fácil determinar muchos de sus movimientos, su juego irradia gran luminosidad y generalmente es fácil de comprender.
Master Class Vol.4: José Raúl Capablanca
El ajedrecista cubano marcó un hito en su época y en todas, en una época en la que el ajedrez romántico daba sus últimos estertores, pasando al ajedrez psicológico y empezando a vislumbrarse el ajedrez científico. Para aprender, entender y apreciar.
Hace un siglo algunas perspectivas del mundo no eran muy diferentes a las de ahora: conflictos, agitación social, desempleo, pestes, hambrunas, terremotos, etc. Efectivamente, el comienzo de la tercera década del S. XX estuvo signado por una serie de acontecimientos que marcaron una época y aun hoy, mantienen influencia sobre algunos aspectos de nuestra civilización.
Me refiero a que por ejemplo, en ese año 1920, entró en vigencia el Tratado de Versalles; hecho que puso fin a la Primera Guerra Mundial; en México finalizó la Revolución Mexicana; en los EE.UU. entró en vigor la ley seca; en Alemania, un cabo del ejército, devenido en político: Hitler cambia el nombre del Partido Obrero Alemán a Partido Nazi (Nacionalsocialista Obrero Alemán); en Francia es firmado el Tratado de Sèvres entre el Imperio otomano y el Triple Entente; lo que finalmente derivó en la disolución del Imperio otomano; y en la India, Mahatma Gandhi inicia, en el marco del principio de la no violencia, una campaña de desobediencia civil contra el Imperio británico.
Por su parte, en el ombligo cultural del mundo: Paris, precisamente en el Teatro Nacional de la Ópera de París, se estrena una obra de Ígor Stravinsky “El canto del ruiseñor” y luego, El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla, con decorados de Pablo Picasso. Mientras que Paul Valéry publica “El cementerio marino” y en Salzburgo, se inaugura el primer festival de música.
Mientras que, en el ajedrez, 1920 registra el Campeonato de Ajedrez de la URSS ganado por Alexander Alekhine en calidad de invicto. con 12 puntos en 16 partidas; así mismo, el Torneo de Berlín, uno de los más duros de su historia, es ganado por Gyula Breyer con 6.5/ 9 con un punto por encima de Bogoljubov, Tartakower, Reti, Maroczy, Mieses, Tarrasch, Saemisch, Leonhardt y Spielmann; el ya reconocido como “niño prodigio” Samuel “Sammy” Reschevsky, jugó en Nueva York contra Marcel Duchamp, artista plástico de renombre internacional quien, para la época, se había “convertido” al ajedrez; además, se desarrolla el Congreso Internacional de Ajedrez de Hastings.
Es el mismo año en que José Raúl Capablanca es reconocido como Campeón Mundial de Ajedrez; título que validaría meses después ante el propio Lasker.
Igualmente, publica con The Macmillan Company de New York y en idioma inglés, su famoso libro “My chess career” (Mi carrera ajedrecística), del cual ahora se cumple su primer centenario.
Capablanca, gran maestro internacional y tercer campeón mundial ha sido apreciado por los expertos y la crítica, como el mayor talento natural que haya constatado la historia del ajedrez. Pero más allá de sus producciones sobre el tablero, su vocación por la pedagogia y la divulgación del juego, lo llevo a crear –por vez primera- programas radiales y conferencias en los más diversos auditorios de América y Europa; donde con elegancia y pulcritud, describía minuciosamente y con las palabras más sencillas, los enredados vericuetos y laberintos de muchas de sus partidas. Hasta en esas conferencias, el maestro a La Habana, mostraba su sobrio estilo, orientado a la simplificación y la transparencia.
De hecho, muchas de estas experiencias, fueron incorporadas a sus libros; entre los que destacan: A primer of chess, My chess career y Chess fundamentals.
Volviendo a “My Chess Career”, obra prologada por el maestro ajedrecista y escritor ruso Irving Chernev, nos encontramos con un contenido autobiográfica; en el cual Capablanca muestra una sinceridad y franqueza pocas veces expresadas por los maestros del tablero de su época. Ciertamente y aunque no es fácil determinar muchos de sus movimientos, su juego irradia gran luminosidad y generalmente es fácil de comprender.
Vale señalar como, en pocas páginas, describe la evolución de su juego; hasta los 32, cuando triunfa ante Lasker, luego de una espera de 10 años.
Una característica importante de este libro es, que antes de cada "período" habla de cómo ha crecido su comprensión y fuerza de juego. Por ejemplo, allí menciona que no conocía mucho sobre aperturas, pero que era bueno en el medio juego y muy fuerte en el final, desde su juventud. Y recordemos que para el momento de esta primera edición, Capablanca ya tenía 18 años sobre los trebejos. Más tarde, habla de cómo su estilo madura y se convierte en un jugador más completo.
Sin embargo, en la revisión de la mayoría de las partidas escogidas, Capablanca realiza análisis poco profundos con pocas variantes y notas breves y muy sintéticas; dando la sensación al lector, de que podía desarrollar mucho más sobre el tema.
En “My Chess Career”, Capablanca describió su juego en torneos como el de San Sebastián 1911, en el que obtuvo el primer puesto con 9,5/15 posibles y por encima de Rubinstein (con quien perdió su única partida del evento), Vidmar, Marshall, Tarrasch, Schlechter, Nimzowitsch, Bernstein. Spielmann, Teichmann. Maróczy, Janowski, Burn, Duras y Leonhardt, respectivamente.
Como jugador, Capablanca -único iberoamericano que ha logrado la hazaña de ser campeón mundial de ajedrez, era un fino estratega; con una sutil técnica para simplificar la posición y así alcanzar finales ventajosos, por pequeña fue fuera la misma. Para este talento del ajedrez, su sentido posicional era una habilidad innata que le aseguraba finales favorables.
En muchos casos, utilizando el análisis de partidas propias, se puede observar en esta y otra de sus obras “Fundamentos del ajedrez”, que Capablanca describe sus principios estratégicos; particularmente aplicables en las fases del final y en el medio juego; criterios que aún hoy mantienen plena vigencia. Pero también era muy sincero cuando repetía que “De pocas partidas he aprendido tanto como de la mayoría de mis derrotas".
Alekhine, quien 7 años más tarde le arrebataría el máximo título, al referirse a Capablanca, declaró en una oportunidad:
“Sus dones reales e incomparables comenzaron a darse a conocer en la época de San Petersburgo, 1914, cuando yo también llegué a conocerlo personalmente. Ni antes ni después he visto —y no puedo imaginarlo— una rapidez de comprensión ajedrecística tan asombrosa como la que poseía el Capablanca de aquella época”.
Aquí hay que destacar que estos dones naturales, estaban acompañados por una atractiva, presencia física, gran simpatía, humildad y gran respeto en el trato. Inclusive, parte de su espontaneidad al evaluar su juego, está plasmada en las siguientes expresiones aparecidas en “My chess career”.
Por ejemplo, respecto a las aperturas y el medio juego, afirmaba:
“También debo adquirir el autocontrol y serenidad que sólo se consiguen con una larga serie de continuas victorias”.
En cuanto a su superioridad sobre sus contemporáneos, llegó a considerar que:
“Ha habido momentos en mi vida en los que estuve muy cerca de pensar que no podía perder ni una sola partida. Entonces resultaba vencido, y la derrota me obligaba a descender a la tierra, desde el mundo de los sueños”.
Haciendo un recuento de su vida, pienso que –probablemente- los enemigos más importantes de Capablanca, estaban encerrados en el mismo: la excesiva confianza en su talento y comprensión del juego, la carencia de un entrenamiento sistemático y la tensión alta que, desde sus 40 años de vida comenzó a minarle la salud.
Finalmente, “My chess career” (1920), es una obra básica para el inicio del estudio del ajedrez en las nuevas generaciones. Así ha sido reconocido por los críticos, especialistas y público en general.
Fuente: Blanco, U. (2020) “Capablanca y su método” Sánchez, M.A. (2020) “Capablanca, leyenda y realidad” Tomo I