El ajedrez como dominio estratégico de la ciencia cognitiva

por Uvencio Blanco Hernández
26/10/2020 – Al hablar de las áreas del conocimiento humano de mayor crecimiento e impacto de los últimos 50 años de civilización, nos referimos –casi indefectiblemente- a una o varias de las disciplinas que constituyen esa mega estructura interdisciplinar denominada Ciencia Cognitiva. Nuevo artículo por Dr. Uvencio Blanco. | Imagen (del archivo de ChessBase)

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La ciencia cognitiva o ciencia de la mente

  • El gran número de disciplinas que conforman la ciencia cognitiva ha favorecido a esta ciencia, aportando importantes estrategias de investigación.
  • Probablemente sea el ajedrez el dominio más estudiado por la ciencia cognitiva, en la investigación sobre transferencias y experiencias en otros campos del conocimiento.
  • Los expertos estiman que jugar ajedrez implica ciertos niveles de habilidad aritmética y geométrica, de inteligencia viso-espacial y lógico-matemática.
  • Los resultados recopilados de un conjunto de más de 700 estudios, mostraron que la habilidad de ajedrez sí se correlaciona significativamente con todas las medidas de la habilidad cognitiva.

De tal manera que, en dicha arquitectura existe un núcleo duro que está configurado por la psicología cognitiva y la inteligencia artificial. Igualmente, allí son participantes importantes, disciplinas tales como la neurociencia, la lingüística, la antropología y la filosofía, así como otras ramas de la psicología.

En general, ciencia cognitiva es definida como “un conjunto de estudios sobre la mente y sus procesos”. También, al “campo interdisciplinario cuyo objeto es el estudio científico de la mente humana”. Una tercera aproximación a lo que actualmente denominamos como ciencia cognitiva, es al “conjunto o complejo de disciplinas científicas y tecnológicas, cuyo objeto se centra en el estudio de la actividad inteligente; ya sea perteneciente a organismos vivos (especialmente los seres humanos) o a máquinas”.

Esto implica que, al cognitivista le interesa describir y entender los mecanismos existentes detrás de lo que conocemos como cognición y los diferentes fenómenos e interacciones asociados a la misma. En este caso, entonces se habla de habilidades, capacidades o talentos como la percepción, la atención, la memoria, las emociones y el lenguaje, entre otras muchas.

Aquí debemos puntualizar que el interés por los fenómenos cognitivos ha desempeñado históricamente un papel central en las diversas disciplinas que contribuyen a la ciencia cognitiva. La misma surgió en la década de 1950 a partir de disciplinas anteriormente autónomas como la filosofía del espíritu, la lingüística, la psicología cognitiva y la inteligencia artificial. De hecho, el término sólo se aplica con propiedad a la actividad interdisciplinar que emerge a lo largo de la década de los 70s del pasado siglo.

Algunos autores estiman que, durante las dos décadas anteriores, cada una de las disciplinas que posteriormente se incorporaron como parte activa de la ciencia cognitiva, se liberaron progresivamente de las fórmulas de origen positivista y conductista. Pero más adelante y en relación con la naturaleza de las investigaciones cognitivas, la misma se hace tras-disciplinaria; esto es, tanto inter como multidisciplinaria.

El gran número de disciplinas que conforman periféricamente la ciencia cognitiva ha favorecido a esta ciencia, aportando importantes estrategias de investigación. De tal manera que, para el desarrollo de su trabajo, el cognitivista o científico cognitivo utiliza técnicas de modelización por ordenador; con el objeto de generar programas para simular determinadas actividades cognitivas humanas.

El ajedrez como dominio estratégico de la ciencia cognitiva

Ya es opinión generalizada que, probablemente sea el ajedrez el dominio más estudiado en la investigación sobre transferencias y experiencias en otros campos del conocimiento. Herbert Simon (1988), Premio Nobel de Economía (1978), señaló que el impacto del ajedrez en la ciencia cognitiva es solo comparable al de la Drosophila melanogaster (mosca de la fruta) utilizada como “caballito de batalla” en el campo de la genética.

Más adelante, en 2018, en artículo publicado en la revista “Science” Garry Kasparov, excampeón mundial de ajedrez expuso la misma opinión, que por su importancia el ajedrez es la Drosophila de la investigación cognitiva.

Esto se debe a que el ajedrez es uno de los pocos campos del conocimiento humano que tiene una medida cuantitativa y confiable de habilidad: el sistema de clasificación Elo. Además, es de considerar la ausencia de azar (componente aleatorio nulo), la necesidad de pensamiento heurístico, similitudes con el dominio matemático (dominios isométricos).

Esta caracterización convierte al ajedrez, en un ambiente ideal para estudiar el desempeño de los expertos y la adquisición de habilidades. En este sentido, Sala y Gobet afirman que “de hecho, el estudio de la memoria y percepción de los ajedrecistas ha contribuido significativamente a nuestra comprensión de la experiencia en muchos otros campos, como la música y la programación de ordenadores”.

Algunas interacciones de la ciencia cognitiva con el ajedrez

La evidencia experimental sugiere que las habilidades aprendidas por el entrenamiento no se transfieren –necesariamente- a través de diferentes dominios.

Por otra parte, si consideramos que la inteligencia es un repertorio de funciones cognitivas universales, capaces de operar sobre todos los contenidos; entonces algunas de tales funciones son indispensables durante el desarrollo de una partida de ajedrez.

Nos referimos a la precisión y exactitud en la recolección de datos, la capacidad de entender la existencia de un problema, la capacidad de distinguir entre datos relevantes y no relevantes y la planificación, entre otras.

De tal forma que existe una relación entre la habilidad cognitiva general y la habilidad para jugar ajedrez porque la capacidad cognitiva está relacionada con el desempeño calificado. En este sentido, algunos estudios señalan la existencia de una relación entre la capacidad cognitiva general y la habilidad de ajedrez.

Además, la inteligencia juega un papel importante en este campo; los jugadores de ajedrez exhiben, en promedio, una capacidad cognitiva superior en comparación con aquellos que no juegan ajedrez. Y también se ha demostrado que las habilidades necesarias para jugar al ajedrez se correlacionan con varias medidas de inteligencia, como el razonamiento fluido, la memoria y la velocidad de procesamiento.

Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Michigan (2016), encontró que la inteligencia estaba vinculada a la habilidad de ajedrez para la muestra general; pero particularmente entre los jugadores de ajedrez jóvenes y aquellos con niveles más bajos de habilidad ajedrecística. 

Fuente: Blanco, U. (2020). “Ajedrez, ciencia cognitiva y Educación”


Uvencio Blanco Hernández, Venezuela. Comisión Ajedrez y Educación FIDE. Escritor, Investigador, Conferencista, Árbitro Internacional, Organizador Internacional, Entrenador, Profesor de Ajedrez ECU y Lead School Instructor FIDE.

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