Tomas Eloy Martínez (1934-2010), el extraordinario periodista y escritor argentino, fue un apasionado del ajedrez. Gracias a Sol Ana, la menor de entre sus siete hijos, sabemos que su práctica se la inculcó a ella siendo una niña, cosa que hizo en un momento muy particular, ya que acababa de perder a su madre. Por lo que podemos especular que, al hacerlo, el escritor estuviera pensando en cierto sentido redentor del milenario juego.
También es sabido, en este caso a partir de su propio testimonio que, cuando adolescente, en su San Miguel de Tucumán natal, llegó a jugar una partida en simultáneas contra el excampeón argentino Carlos Guimard (1913-1998), con quien logró entablar.
De todos modos, nada condescendiente con sí mismo, se definió Martínez como “jugador mediocre-o menos que eso’”. Ese día, por los avatares del juego comprobó, en todo caso, “cuánto se parece el ajedrez a la vida”.