Conversando con el AI José Martínez García

por Uvencio Blanco Hernández
03/06/2025 – Reconocido por su compromiso, trayectoria y conocimiento, el Árbitro Internacional José «Pepe» Martínez García es una figura clave en el ajedrez mexicano. En esta entrevista, repasa su camino desde sus inicios como jugador aficionado hasta su consolidación como árbitro de prestigio internacional. Su experiencia, tanto en el arbitraje como en la organización y enseñanza, ofrece una visión integral del ajedrez contemporáneo y de los retos que enfrenta esta disciplina en constante evolución.

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Uno de los personajes más destacados del mundo ajedrecístico mexicano está encarnado en el árbitro José Martínez García, conocido en el ambiente como «Pepe». Nacido el 5 de mayo de 1962 en Sonora, México, es Árbitro Internacional de Ajedrez (categoría A) y Lecturer Arbiter de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Por su destacada trayectoria en el arbitraje y organización del ajedrez, en 2024 ha sido reconocido como Arbitro de la III Edición del Salón de la Fama del Ajedrez de México.

En esta oportunidad le hemos entrevistado para Conversando con…


Uvencio Blanco Hernández: Estimado Pepe, bienvenido a nuestra sección de ChessBase.

¿Podría compartirnos cómo se desarrolló su niñez en su natal Ciudad Obregón, Sonora, junto a su grupo familiar?

José Martínez García: Tuve una niñez muy normal, sencilla y feliz al lado de mi familia, fuimos 4 hermanos, todos varones, yo fui el segundo. En la misma ciudad vivían algunos tíos con sus familias y primos de nuestra edad, por lo que eran frecuentes las convivencias familiares. Fue hasta los 10 años que mi padre me enseñó a jugar ajedrez, el movimiento básico de las piezas únicamente, nada de reglas o notaciones, que yo sepa nunca hubo un ajedrecista competitivo en la familia. Jugábamos ajedrez como cualquier otro juego de mesa, como una más de las convivencias familiares. En ese momento aún no representaba para mí una actividad que me apasionara. Cuando terminé la educación primaria (a los 12 años), con nuestra familia nos mudamos a la Ciudad de México con la intención de poder tener más diversidad de opciones de estudio cuando creciéramos.

Ya en la capital del país cursé la educación secundaria, tres años. Fue en mi último año que uno de mis compañeros me regaló mi primer libro de ajedrez al notar que me gustaba jugar, pero no tenía la técnica adecuada que marcan los libros de teoría. Se trataba de un libro que relataba el match por el Campeonato Mundial de 1972 entre Spassky y Fischer. Me llevó varias semanas deducir cómo leer la notación descriptiva para poder leer el libro.

Al ver mi interés en el tema, mi padre me regaló un libro básico del GM Harry Golombeck. Oh, sorpresa, al inicio del libro enseñaba cómo leer la notación descriptiva, la misma que me costó tanto esfuerzo deducir.

Su título de pregrado es en el campo de la Biología y no en el deporte. ¿Podría compartirnos algo sobre sus años de estudios en la UNAM?

Terminada la secundaria llegó el momento de presentar el examen de admisión al siguiente nivel, el Bachillerato. Decidí hacerlo en el Sistema UNAM, lo cual conseguí aprobarlo y a fines de 1979 inicié mis estudios en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Plantel Naucalpan. Terminé esta etapa en los 3 años reglamentarios, nunca se me dificultó la actividad académica; al contrario, me parecía muy fácil tener un alto promedio. Al estar dentro de la estructura UNAM ya no fue necesario presentar examen de admisión al siguiente nivel, la licenciatura. A fines de 1980 ingresé a la Facultad de Ciencias en Ciudad Universitaria, donde cursé la carrera de Biología.

¿Puede decirnos qué le inspiró a adentrarse en el mundo del arbitraje ajedrecístico y describir el camino que recorrió hasta obtener la distinción de Árbitro Internacional?

En mi primer año de bachillerato se organizó un torneo de ajedrez en mi plantel. Participé como jugador. Allí entendí que aún no sabía jugar bien técnicamente: muy mal resultado competitivo. De inmediato me puse a estudiar el libro de Golombeck obsesivamente y busqué a los profesores que organizaron el torneo con la solicitud de que hicieran otro. Tal fue mi insistencia que me dijeron que hasta el siguiente año organizarían otro y que, si tanto interés tenía, que lo organizara yo mismo. Respondí que no sabía cómo hacerlo y me ofrecieron enseñarme. Así conocí las Leyes del Ajedrez de la FIDE y lo básico de cómo funciona el sistema suizo. Los dos años siguientes organicé esos torneos con asistencia superior a los 100 jugadores en cada uno.

Ya en la Facultad de Ciencias me concentré en avanzar en mis estudios, más intensos que los niveles previos, y por varios años me alejé del ajedrez. Casi al término de mi segundo semestre de licenciatura falleció mi padre, lo cual me obligó a trabajar y estudiar. No había tiempo para el ajedrez. Ya avanzado en mis estudios empecé a jugar en torneos universitarios con mejores resultados; ya había estudiado varios libros de teoría. Fue hasta mayo de 1992 cuando fui invitado como muralista en la Copa Ciudad de México. Allí conocí al AI Jorge Vega Fernández, que era el Chief Arbiter del evento. Llegados los apuros de tiempo para llegar al control de la jugada 40, me preguntó si sabía cómo llevar esos apuros. Dije que sí y me asignó una partida. La llevé bien. Me puso en otra, y en otra, y en otra. No tuve ningún problema en controlar esa tarea. Luego me preguntó dónde había aprendido y le conté mi historia en el CCH. Me nombró auxiliar de árbitro en ese momento y puso a otra persona a llevar los murales que tenía bajo mi cargo. Al terminar el torneo me invitó a tomar un curso de titulación de árbitros oficiales, mismo que aprobé con la nota más alta del grupo. De allí nació una gran amistad que perduraría hasta el fallecimiento de mi mentor en 2023.

En 1994 me titulé de Árbitro Nacional y en 1996 de Árbitro Internacional (en ese tiempo no existía el título de Árbitro FIDE). Siempre al lado del AI Vega desempeñé cargos en la Dirección Técnica de la federación y, posteriormente, tuve oportunidad de trabajar en eventos centroamericanos y del Caribe, después en panamericanos. Luego, en 2010, mi primera Olimpiada Mundial en Siberia Occidental como Match Arbiter; 2016 en Bakú como Sector Arbiter; 2018 en Batumi repetí como Sector; y 2022, Match Arbiter en Chennai. También me he desempeñado como Deputy Chief Arbiter en los mundiales juveniles de Uruguay 2017 y Sector Arbiter en los mundiales infantiles y juveniles Perú 2024, así como Sector Arbiter en los mundiales de cadetes Italia 2024.

En su experiencia arbitrando torneos, tanto en México como en el exterior, ¿cuáles fueron los obstáculos más significativos que tuvo que superar?

En todas las actividades de la vida hay política. El ajedrez organizado no escapa a esto. Ha habido dirigentes federativos con los que no he tenido buenas relaciones y, por tanto, mi participación en eventos nacionales ha disminuido en algunas etapas, pero sigo permanentemente trabajando en eventos privados y otros para la FIDE en el extranjero. Afortunadamente, en la actualidad mi relación con la FENAMAC (Federación Nacional de Ajedrez de México) está en buenos términos.

Como ajedrecista con rating internacional, ¿cómo cree que su experiencia como jugador ha influido en su perspectiva y desempeño como árbitro?

En mi país, la gran mayoría de los árbitros no tienen un gran nivel competitivo. Creo que esto es un grave defecto. Si bien no es obligatorio tener un alto rating para ser árbitro, sí ayuda mucho saber qué se siente estar allí sentado compitiendo. Ayuda a tener tacto sobre cómo y cuándo actuar, en el tono con que se dirige el árbitro a los jugadores. Si hay que tomar decisiones, juzgar situaciones de torneo, es muy importante saber del tema que se juzga. Para mí representa un «plus» para cualquier árbitro ser un jugador competitivo.

Desde su perspectiva, ¿qué cambios notables percibe en la normativa y estructuración de los torneos de ajedrez actuales en comparación con los que se realizaban en la década de los 90?

La aplicación de la tecnología en el campo del ajedrez ha revolucionado grandemente las competencias. La aparición de relojes digitales, los ritmos de juego con incremento, la aplicación de la computación en forma de programas de emparejamiento, la transmisión de partidas en vivo por internet, etc., han obligado a la evolución de las leyes y reglamentos de la FIDE. Desafortunadamente, no todo es positivo: con la aparición de los módulos de análisis han llegado las situaciones de trampas. Aun la FIDE busca los mecanismos de cómo erradicar este mal.

Usted es Árbitro Internacional, Organizador Internacional y Entrenador FIDE. Esto le permite una visión más amplia acerca de la actividad ajedrecística a nivel internacional. ¿Cómo percibe usted la dinámica actual del ajedrez bajo la bandera de la Federación Internacional de Ajedrez?

Me parece que la actual administración FIDE, encabezada por Arkady Dvorkovich, está cumpliendo bien con la dirección del ajedrez mundial. Todo es mejorable, pero en general me parece que es aprobatoria la nota de este equipo.

¿Qué habilidades o estrategias emplea para gestionar situaciones de alta tensión o desacuerdos entre los competidores durante el transcurso de las partidas?

Hay que mantener la calma desde el inicio, ubicar con precisión la causa del conflicto, expresar lo más claramente posible a los jugadores las decisiones que tomamos y siempre fundamentar nuestras acciones con la reglamentación aplicable.

En su trayectoria, ¿cuál ha sido el caso más desafiante que ha tenido que arbitrar y cómo logró llegar a una resolución?

Han existido múltiples situaciones complicadas en mi carrera, situaciones extremas en las que hay que decidir entre «ser justo» o «ser legal». Al final, nuestro trabajo es aplicar los reglamentos y, por tanto, eso trato de hacer lo más objetivamente e imparcialmente posible. Trato de evitar la discrecionalidad o la imposición de mi criterio en la medida de lo posible.

Desde su punto de vista, ¿cuáles son las cualidades o habilidades fundamentales que debe poseer un árbitro de ajedrez para destacar en su labor?

La principal característica de un buen árbitro debe ser la honestidad e imparcialidad. Tener un amplio conocimiento de las leyes y reglamentos de la FIDE y haber desarrollado objetividad en la aplicación de nuestro criterio en situaciones en que sea indispensable hacerlo.

¿De qué manera la evolución tecnológica, desde los antiguos relojes analógicos hasta los modernos sistemas digitales, ha impactado y transformado su desempeño como árbitro?

Creo que con la tecnología se ha hecho más cómodo para todos —jugadores, organizadores y árbitros— controlar los eventos.

Con más de 30 años de experiencia como árbitro, ¿cuál considera que ha sido el cambio más significativo en el arbitraje de ajedrez desde que comenzó su carrera?

La estructura de las Leyes del Ajedrez de la FIDE a principios de los 90 me parece que fue toda una revolución positiva. La aparición de los ritmos de juego con incremento también ha sido muy benéfica para las competencias.

José Martínez García

Considerando su participación en diversos campeonatos juveniles, ¿cómo se adapta su enfoque de arbitraje cuando trabaja con jugadores jóvenes en comparación con torneos de adultos?

En las competencias con jóvenes hay que tener especial cuidado con los entrenadores y los padres de familia. Creo que, si se hace un diseño de sala de juego adecuado, se pueden evitar muchos conflictos. Por lo demás, es muy parecido el trabajo del árbitro con adultos y jóvenes.

Usted ha sido árbitro en múltiples Olimpiadas Mundiales de Ajedrez. ¿Podría compartir alguna anécdota memorable o desafío particular que haya enfrentado en estos eventos de alto nivel?

Más allá de anécdotas, creo que las grandes enseñanzas de las Olimpiadas Mundiales son las formas en las que se trabaja en equipo, desde la jerarquización de los cargos de árbitros: Chief, Deputy, Sector, Match, TAP, Comisión Antitrampas. Las metodologías de control como «el protocolo» cada hora, los formatos de reportes de resultados, etc. Todas esas experiencias las podemos llevar a nuestros países y ponerlas en práctica en la medida de las posibilidades específicas de cada federación.

Como miembro de la Comisión de Árbitros de la FIDE durante una década, ¿qué iniciativas o cambios impulsó para mejorar el arbitraje a nivel internacional?

Básicamente, en lo relacionado a los niveles de los árbitros: las condiciones para ser Categoría A, B, C o D, así como los paneles de colores amarillo, rojo, azul y verde. Considero que los árbitros de Europa y Asia tienen muchas más posibilidades de ascender comparativamente con los que estamos en otros continentes. Allá tienen muchos más mundiales y eventos de alto nivel. Para nosotros es mucho más complicado participar en esos eventos por los costos de viaje y las enormes distancias que recorrer. No hay soluciones fáciles.

En su experiencia como «Lecturer Arbiter» de la FIDE, ¿cuáles son los aspectos más importantes que enfatiza al formar nuevos árbitros?

Los temas a desarrollar están ya muy claramente definidos, así como los tiempos de exposición. La forma de explicarlos es fundamental. Creo que una buena formación de nuevos árbitros debe ser presencial, y solo utilizar los cursos en línea como un refuerzo o preparación previa a los seminarios.

Habiendo arbitrado en diversos países, ¿ha notado diferencias significativas en la cultura ajedrecística o en la forma de abordar el arbitraje entre distintas regiones del mundo?

Creo que se ha alcanzado un buen nivel de uniformidad en la labor de los árbitros. Sin importar en qué país se trabaje o de qué nacionalidad sea cada árbitro, el trabajo técnico es muy parecido en todo el mundo, desde mi punto de vista.

En su opinión, ¿cuáles son los mayores desafíos que enfrenta actualmente el arbitraje en el ajedrez a nivel global? Por ejemplo, las trampas y el Free Style.

Creo que el mayor desafío para las competencias de ajedrez es el llamado «dopaje electrónico», la utilización de módulos de análisis para hacer trampas. La FIDE ya implementa medidas como detectores de metales, prohibiciones de celulares y relojes inteligentes, así como la aparición de la Comisión Antitrampas en los eventos importantes. El Free Style creo que es un juego diferente al ajedrez.

Con la creciente importancia del ajedrez en línea, especialmente después de la pandemia de 2020, ¿cómo ve el futuro del arbitraje en este formato y qué habilidades adicionales cree que necesitarán los árbitros?

Por cuestiones de salud fue necesario el ajedrez en línea. Evitar trampas es mucho más complicado, incluso en el ajedrez híbrido. Los árbitros deberán auxiliarse de toda la tecnología disponible y, por tanto, capacitarse tecnológicamente. La pandemia ya pasó; mi postura es que las competiciones deben ser presenciales. La lucha psicológica es parte de nuestro deporte: no es lo mismo tener al adversario enfrente que jugar frente a una pantalla.

Para usted, ¿cuáles son los más importantes referentes del arbitraje y la organización del ajedrez mexicano e internacional? ¿Con cuáles de ellos ha tenido la oportunidad de trabajar?

En México tuvimos la gran fortuna de contar por varios años con el AI Jorge Vega Fernández, un gran desarrollador de árbitros y de enorme nivel técnico. A nivel mundial hay gente muy valiosa de la cual se aprende mucho. En mis cuatro Olimpiadas Mundiales y múltiples participaciones en campeonatos internacionales he tenido la suerte de aprender de los más grandes del mundo trabajando en sus equipos.

En tanto veterano del arbitraje y la organización ajedrecística, ¿qué consejo le daría a un joven árbitro que está comenzando su carrera en el mundo del ajedrez? Y, ¿qué libro o lectura le recomendaría para una mejor formación?

Hay muchas versiones y libros sobre arbitraje en diferentes idiomas, pero yo recomiendo siempre ir a la fuente original: estudiar (no solo leer) el FIDE Handbook hasta alcanzar un dominio del tema. Nunca quedarse con dudas, preguntar a los árbitros experimentados.

Después de una carrera tan distinguida y habiendo sido exaltado al «Salón de la Fama del Ajedrez de México», si tuviera que expresar su relación con el ajedrez, ¿en qué términos la definiría?

En mi trayectoria he tenido varios reconocimientos y homenajes. Ser incluido en el Salón de la Fama del Ajedrez de México me resulta enormemente satisfactorio y estoy muy agradecido con quienes han hecho posible tan alta distinción. Mi gratitud por siempre para todos ellos.

Finalmente, agradecemos al AI José García Martínez su amable atención a la presente entrevista, no sin antes felicitarle por su incorporación al Salón de la Fama del Ajedrez de México.


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Uvencio Blanco Hernández, Venezuela. Comisión Ajedrez y Educación FIDE. Escritor, Investigador, Conferencista, Árbitro Internacional, Organizador Internacional, Entrenador, Profesor de Ajedrez ECU y Lead School Instructor FIDE.
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