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Una razón más profunda para dudar de que los potenciadores cognitivos farmacológicos sean tan significativos en los deportes mentales es el engañoso paralelismo con la mejora física. Vamos a argumentar que el rendimiento cognitivo es menos mecánico en naturaleza que el rendimiento físico. Sacamos lecciones de este caso de ajedrez para la regulación de la mejora cognitiva en general en la educación y las profesiones. La regulación prematura corre el riesgo de crear una cultura de sospecha perjudicial que atribuye una culpa injustificada a dichos potenciadores”.
¿Habilidades relacionadas con el rendimiento deportivo pueden ser mejoradas aplicando tecnología en áreas específicas del cerebro?
Algunos autores como Davis (2013), han sugerido que los avances en neurociencia supondrán “que las habilidades y capacidades subyacentes al rendimiento deportivo pueden ser mejoradas usando tecnologías que cambian la actividad del cerebro. Estos factores pueden incluir el aprendizaje motor, la mejora de la fuerza muscular o la reducción de la fatiga o incluso cambios en el estado mental o la concentración.
¿En qué consiste la Estimulación Eléctrica Transcraneal (EET)?
La estimulación transcraneal con corriente directa, llamada por sus siglas en inglés 'tDCS', es conocida formalmente desde comienzos del siglo XIX. El tratamiento consiste en exponer el cerebro a un efecto eléctrico constante y no invasivo de 1,5 a 2 miliamperios, que estimula diferentes grupos neuronales para obtener una acelerada formación de vías axonales asociadas con diferentes tipos de actividad física o mental. En otras palabras; se hace pasar una débil corriente continua entre un cátodo y un ánodo. La corriente anodal hace que la zona bajo el electrodo se despolarice (se haga más excitable). La catodal, justo lo contrario (hiperpolarización)
¿Desde cuándo se conoce esta técnica?
La estimulación eléctrica transcraneal directa es una muy vieja técnica -200 años- que en los últimos 10 años ha sido resucitada como una muy prometedora herramienta para la rehabilitación neuropsicológica. Desde hace unos años ha empezado aplicarse en trastornos tales como el Parkinson, la fibromialgia, los problemas de aprendizaje y, sobre todo en la mejora de las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo. En este último caso, la zona de interés es la corteza `prefrontal dorsolateral, un área crucial para estas funciones.
¿Qué mejoras deportivas promete esta técnica?
Aproximadamente desde 2013 se sabe que una las principales diferencias entre deportistas de equipo de élite y los amateurs están en la llamada capacidad de memoria de trabajo y de sus funciones ejecutivas, probablemente por encima de cualquier otra característica física. Sin embargo, también en los deportes individuales, sus ´practicantes pueden mejorar características como la fuerza muscular o la tolerancia a la fatiga, ya que una parte de la variabilidad en estas características se debe a las neuronas supraespinales, principalmente las situadas en M1 (área motora primaria o AB4). En 2007, Cogiamanian y su equipo mostraron que podían aumentar un 15 % la resistencia a la fatiga con estimulación anodal de las zonas pertinentes de M1.
¿Durante cuánto tiempo se prolonga el efecto de esta técnica?
Aunque aún no se cuenta con estadísticas precisas sobre este tema, el efecto de una estimulación eléctrica transcraneal directa tiende a permanecer durante bastantes minutos; en ocasiones, más de 40 minutos e incluso cerca de una hora. Además, estimulaciones repetidas suelen hacer efecto estructural, aumentando la densidad de las conexiones sinápticas en las zonas estimuladas, con lo que el grosor cortical de esas zonas se incrementa.
¿Qué es la Estimulación Magnética Transcraneana?
La Estimulación Magnética Transcraneana o Transcraneal (EMT) o Transcraneal Magnetic Stimulation (TMS), es una técnica no invasiva de estimulación del tejido nervioso (corteza cerebral, médula espinal, vías motoras centrales y nervios periféricos), sin dolor ni necesidad de sedación; que permite interferir de forma controlada la actividad normal del cerebro humano. Se trata de una herramienta novedosa en el estudio e investigación en el ámbito de las neurociencias; así como en el tratamiento de diversos padecimientos y trastornos neuropsiquiátricos como la depresión, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo-compulsivo y en otras patologías no psiquiátricas como la esclerosis múltiple, Parkinson, migraña y la esquizofrenia.
De forma simple ¿cuál es el mecanismo de acción de este procedimiento?
La EMT genera una corriente eléctrica en regiones específicas del cerebro que, en función del tipo de campo aplicado, producirá aumento o disminución de la excitabilidad neuronal y, además, cambios en el metabolismo de algunos neurotransmisores como triptófano y serotonina en algunas áreas cerebrales.
¿Dónde y cuándo se aplicó por vez primera esta técnica?
El doctor Anthony Barker del Departamento de Medicina Física de la Universidad de Sheffield en los EE.UU. describió y utilizó por primera vez esta técnica en el año 1985 con el objeto de evaluar, de una forma no invasiva e indolora la integridad de las vías motoras centrales a través de la estimulación de la corteza cerebral en un ser humano. Dos años después, en 1987, lo aplicó en pacientes con esclerosis múltiple demostrando el enlentecimiento de las vías motoras, así como las ventajas de estimulación magnética, frente a la estimulación eléctrica transuraniana.
¿En qué áreas del conocimiento se está haciendo investigación con la EMT?
Fundamentalmente en tres campos prioritarios:
-Funcionamiento del cerebro, función ejecutiva.
-Áreas funcionales, corteza cerebral, memoria, etc.
-Neurología, neurociencias, neurociencia cognitiva.
¿Podría la estimulación transcraneal mejorar el rendimiento en el ajedrez?
Aunque carecemos de estudio concluyentes sobre el tema, es probable que haya un efecto positivo. Por ejemplo, Mihailov & Savulescu (2018), consideran que otro potencial potenciador cognitivo en el ajedrez es la estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS). La TDCS estimula el cerebro pasando una corriente de baja intensidad a través de dos electrodos colocados sobre la cabeza que modulan la actividad neuronal. Un reciente meta-análisis reveló un pequeño pero significativo efecto en los participantes sanos de la estimulación de la corteza prefrontal dorsolateral izquierda junto con el entrenamiento de la memoria de trabajo. Estos dispositivos se utilizan ampliamente en los juegos de computadora y no están prohibidos.
En el caso de deportes de la mente como el ajedrez, ¿es factible la asimilación de un modelo mecánico como el del rendimiento de resistencia física?
La evidencia científica nos sugiere una respuesta negativa a esta interrogante. Por lo tanto, no debemos pensar en la mejora de las actividades cognitivas exigentes y especializadas en términos de un modelo mecánico como lo ilustra el rendimiento de resistencia física. Podría darse el caso de que las intervenciones tuvieran que trabajar de forma más holística en el funcionamiento cognitivo para demostrar su utilidad, o en dominios específicos más complejos, aunque comprendidos. La exploración futura podría arrojar luz al respecto comparando, por ejemplo, los efectos de las sustancias farmacológicas y la estimulación cerebral por campos magnéticos (TMS) o corrientes eléctricas (tDCS), ya que estas últimas podrían influir en las zonas cerebrales y en la neuroplasticidad del cerebro en su conjunto.
Fuente: “La irresponsabilidad a jugar a ser dioses” (Blanco, U. 2020), Mihailov, E., Savulescu, J. Social Policy and Cognitive Enhancement: Lessons from Chess. Neuroethics 11, 115–127 (2018).
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