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El deterioro cognitivo es una enfermedad que se produce cuando observamos una disminución o declive en las funciones cognitivas de un individuo. Entre sus causas podemos citar al proceso normal del envejecimiento y la incidencia de otros factores.
Ocurre que a medida que pasan los años, la habilidad memoria tiende a experimentar algunos cambios respecto a cuándo se tiene una edad adulta joven. Entonces, esta patología puede asociarse con el envejecimiento cognitivo; esto implica que la pérdida de la memoria y de otras habilidades cognitivas son un factor
claro de que existe deterioro cognitivo. Por eso es muy importante trabajar a través de la estimulación cognitiva, intentando que los síntomas aparezcan lo más tarde posible.
Para ver en qué grado de esta patología se encuentra la persona, se recomienda realizar una serie de test que determinen cómo están de afectadas las funciones cognitivas; para posteriormente, poder clasificar en que estadio de la enfermedad se encuentra la persona y así adaptar la rehabilitación a sus necesidades. Básicamente se reconocen el deterioro cognitivo leve, la demencia leve, demencia moderada y demencia grave.
En esta oportunidad nos aproximaremos al deterioro cognitivo leve.
El deterioro cognitivo leve (o ligero), es una condición en la que una persona tiene más problemas de memoria u otros problemas con las habilidades mentales que lo normal para su edad, pero aún puede realizar sus actividades diarias sin dificultad.
El deterioro cognitivo leve es una fase de envejecimiento que se demuestra con fallos de memoria y un deterioro objetivo de la memoria. Este deterioro cognitivo no afecta a la realización de actividades diarias, ni cumple criterios de la demencia. Es una patología que se asocia a la edad, ya que se presenta en una de cada diez personas con más de 65 años. La enfermedad también se caracteriza por tener un alcance diferente entre hombres y mujeres, así como por ser más frecuente a medida que avanza la edad. (Topdoctors, 2012)
Algunas de las principales características del deterioro cognitivo leve incluyen:
- Perder objetos con frecuencia
- Olvidarse de ir a citas o eventos programados
- Tener más dificultad para encontrar las palabras adecuadas que otras personas de su edad
El deterioro cognitivo leve puede ser un indicio temprano de la enfermedad de Alzheimer u otros trastornos cerebrales, pero no todas las personas con deterioro cognitivo leve desarrollarán demencia.
Algunos factores de riesgo incluyen la edad avanzada, tener el gen APOE e4, diabetes, presión arterial alta, depresión y falta de actividad física.
Los síntomas del deterioro cognitivo leve incluyen dificultad para adquirir nuevos recuerdos sin perder los conocimientos previos, olvidar compromisos recientes, incapacidad para recordar eventos de hace unos días, y problemas para encontrar las palabras adecuadas en ciertos momentos. Además, puede haber dificultades para planificar y ejecutar tareas complejas, seguir indicaciones, y recordar eventos recientes. Estos síntomas, aunque sutiles, pueden afectar las actividades cotidianas más complejas de la persona afectada
Si bien no hay un tratamiento efectivo para el deterioro cognitivo leve, los médicos pueden monitorear los cambios en la memoria y las habilidades mentales con el tiempo.
Algunas estrategias que pueden ayudar incluyen aprender cosas nuevas, mantener una rutina diaria, hacer ejercicio y llevar una dieta saludable.
Actividades que pueden ayudar a las personas con deterioro cognitivo leve
Las actividades que pueden ayudar a las personas con deterioro cognitivo leve incluyen:
- Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVDs)
- Educación ambiental
- Juegos de mesa, etc.
- Participación social en grupo
- Actividades lúdicas como "Pirámide de cartas" y "Sopa de letras"
- Actividades para integrar conceptos nuevos en la vida diaria, como la actividad "Recoge tu equipaje"
-Actividades más teóricas como "Relacionar conceptos" y "Reconocimiento facial" cómo se diagnostica el deterioro cognitivo leve
El diagnóstico del deterioro cognitivo leve se realiza a través de una evaluación integral que incluye los siguientes elementos:
- Pruebas de cribado, como el Mini Examen del Estado Mental (MMSE) y el Test de los 7 Minutos, para detectar el deterioro cognitivo.
- Evaluación detallada de las diferentes áreas cognitivas, como memoria, lenguaje, cálculo, orientación y juicio.
- Valoración de las actividades de la vida diaria para determinar si se ven afectadas.
- Exploración de posibles síntomas neurológicos y psiquiátricos.
- Realización de pruebas complementarias para descartar otras causas reversibles de deterioro cognitivo.
No existe una prueba única que confirme el diagnóstico de deterioro cognitivo leve. Este se basa en la información proporcionada por el paciente, los resultados de las diversas pruebas y la evaluación global realizada por el profesional de la salud.
La práctica continuada del ajedrez parece beneficiar el desarrollo y fortalecimiento de procesos cognitivos clave como la memoria, las funciones ejecutivas, la atención y el pensamiento estratégico. Según algunos estudios, los principales procesos cognitivos que se activan al jugar al ajedrez son:
- Memoria de trabajo. El ajedrez requiere mantener múltiples jugadas y posibilidades en la mente, lo que ejercita y fortalece la memoria de trabajo.
- Funciones ejecutivas. Jugar al ajedrez implica habilidades como organización, planificación, establecimiento de prioridades y toma de decisiones, que son parte de las funciones ejecutivas.
- Atención y concentración. El ajedrez exige una atención sostenida y selectiva durante el juego, lo que estimula y mejora estas capacidades.
- Percepción y reconocimiento de patrones. Los jugadores deben reconocer rápidamente las piezas y los patrones de juego, activando procesos perceptivos.
- Pensamiento crítico y resolución de problemas. El ajedrez requiere analizar múltiples opciones, evaluar consecuencias y tomar decisiones, ejercitando el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
Medición del impacto del ajedrez en el desarrollo cognitivo
Para medir el impacto del ajedrez en el desarrollo cognitivo, se pueden utilizar diversas estrategias y herramientas, como se menciona en los resultados de búsqueda:
- Evaluaciones neuropsicológicas. Aplicar pruebas estandarizadas que evalúen funciones cognitivas como la memoria, la atención, el razonamiento lógico y la resolución de problemas antes y después de la práctica del ajedrez.
- Pruebas específicas de habilidades cognitivas. Realizar pruebas diseñadas para medir habilidades cognitivas clave como la atención, la memoria, el razonamiento lógico y la toma de decisiones, para observar posibles mejoras asociadas con la práctica del ajedrez.
- Observación del rendimiento en partidas de ajedrez. Analizar el desempeño de los jugadores en partidas de ajedrez para evaluar su capacidad de análisis, planificación estratégica, toma de decisiones y resolución de problemas en tiempo real.
- Estudios longitudinales. Realizar seguimientos a lo largo del tiempo para observar la evolución de las habilidades cognitivas en relación con la práctica continuada del ajedrez, permitiendo identificar cambios a largo plazo.
- Neuroimagen. Emplear técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética funcional (fMRI) para estudiar la actividad cerebral durante la práctica del ajedrez y su relación con el desarrollo cognitivo.
Según esto y, desde el punto de vista experimental, la combinación de pruebas neuropsicológicas, escalas de valoración, mediciones de actividad cerebral y evaluación funcional permitiría medir de manera integral el impacto del ajedrez en el deterioro cognitivo.
Estas estrategias permiten evaluar de manera objetiva el posible impacto del ajedrez en el desarrollo cognitivo, proporcionando información valiosa sobre cómo esta actividad influye en las habilidades mentales y cognitivas de los individuos.
La evidencia sugiere que el ajedrez puede ser una herramienta útil para prevenir o retrasar el deterioro cognitivo, al estimular y mejorar diversas funciones cognitivas clave. De tal manera que entre el deterioro cognitivo y la práctica del ajedrez podemos establecer las siguientes relaciones:
- El ajedrez puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo o reducir su impacto en personas mayores.
- La práctica continuada del ajedrez presenta diversos beneficios intelectuales, como mejorar la percepción, atención, memoria y funciones ejecutivas.
- Jugar al ajedrez implica ejercitar la memoria de trabajo, ya que los jugadores deben mantener en mente múltiples jugadas y posibilidades.
- El ajedrez también ayuda a desarrollar y fortalecer las funciones ejecutivas, como la capacidad de organización, planificación y toma de decisiones.
- Dado que el deterioro cognitivo leve se caracteriza por problemas en la memoria, atención y habilidades mentales, la práctica del ajedrez puede ayudar a mitigar estos síntomas.
Continuará…
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