La importancia del pensamiento crítico en la educación (I)

por Uvencio Blanco Hernández
31/05/2022 – La pandemia por Covid-19 y el conflicto armado entre Rusia y Ucrania han incrementado dramáticamente la incertidumbre en la mayoría de las áreas de la acción humana. Con base en esta nueva realidad, es necesario adaptarse a las nuevas circunstancias en campos vitales para el sostenimiento del tejido social, como el de la educación.

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  • El pensamiento crítico se define como el proceso intelectualmente disciplinado, de conceptualizar, aplicar, analizar, sintetizar y/o evaluar activa y hábilmente, la información obtenida o generada por la observación, la experiencia, la reflexión, el razonamiento o la comunicación, como guía para la creencia y la acción.
  • La mayoría de los especialistas estima que la principal ventaja de usar el ajedrez como herramienta educativa (formal o informal), es que todos estos beneficios se pueden obtener mientras el niño juega.
  • Desafortunadamente, no se le da atención suficiente al desarrollo de estas habilidades en los lugares de estudio.

El pensamiento crítico como estrategia ante la incertidumbre

La pandemia por Covid-19 y el conflicto armado entre Rusia y Ucrania han incrementado dramáticamente la incertidumbre en la mayoría de las áreas de la acción humana. Esta incertidumbre amenaza a la democracia, al desarrollo de las naciones, al sistema financiero mundial y a la paz misma.

Con base en esta nueva realidad, caracterizada por los desafíos planteados por el COVID y la acción humana, es necesario adaptarse a las nuevas circunstancias en campos vitales para el sostenimiento del tejido social, como el de la educación.

En este sentido, la percepción generalizada coincide en señalar que los programas de educación tradicionales -particularmente en Iberoamérica- no brindan suficientes oportunidades para el desarrollo individual, por lo que se están generando intentos para actualizar los programas existentes a través de la introducción de nuevas técnicas y herramientas educativas con el objeto de alcanzar un conocimiento de mayor calidad en la edad preescolar y escolar.

Una de tales técnicas es el uso del ajedrez, que ha demostrado ser una excelente herramienta educativa a través de sus factores beneficiosos. Estos aportes se pueden dividir en elementos cognitivos: concentración, memoria y pensamiento lógico, como habilidades esenciales para el desarrollo de cada individuo; factores de pensamiento crítico utilizados para mejorar la capacidad de evaluar fortalezas y debilidades, establecer juicios de valor y tomar decisiones; y mejorar la creatividad a través de la resolución de problemas.

Además, al lado de estos factores principales, existe una serie de conexiones causales con mejores resultados en el área matemática, en la actitud y el comportamiento general, así como en programas de alfabetización.

La mayoría de los especialistas estima que la principal ventaja de usar el ajedrez como herramienta educativa (formal o informal), es que todos estos beneficios se pueden obtener mientras el niño juega, lo cual es de un valor excepcional en edad preescolar y escolar.

Aquí es importante destacar que un programa de ajedrez en las escuelas, también permite a los maestros cierta libertad para su propia expresión creativa; en la implementación del programa con el fin de elevar la atención de los niños.

Un experimento revelador

A finales de 2017, Alejandra Alonso publicó el artículo “El pensamiento crítico es muy importante para tomar buenas decisiones”. En el mismo, su autora se planteaba las siguientes interrogantes: ¿Qué habilidades son más importantes para tomar buenas decisiones: la inteligencia o el pensamiento crítico?

Para intentar dar respuesta a tales preguntas, Alonso quien es licenciada en Psicología, con un Master en Análisis de Conducta Aplicada, editora y miembro fundador de Psyciencia.com, nos refiere a otro artículo pero de Alex Fradera, redactor del BPS Research Digest, que fuera publicado en el Journal Thinking Skills and Creativity (Revista de Habilidades del Pensamiento y la Creatividad) donde se examina la utilidad del Coeficiente Intelectual (CI) de los individuos y las habilidades del pensamiento crítico (PC), para tomar decisiones efectivas. Vale señalar que Thinking Skills and Creativity es una revista académica de edición trimestral revisada por pares que y cubre la investigación especializada sobre la enseñanza de las habilidades de pensamiento y la creatividad.

Alonso dice que, aunque el CI se considera una medida de nuestras capacidades cognitivas, algunos investigadores dicen que el “pensamiento crítico” es una habilidad separada de éste. Entonces, para averiguar si el pensamiento crítico podría ser importante para conseguir buenos resultados en la vida real, Heather Butler de la Universidad Estatal de California y sus colegas les pidieron a 244 individuos (estudiantes y adultos reclutados online) que completaran tests que pretendían medir su CI y sus habilidades de pensamiento crítico.

Reseña la autora que el test que medía CI era estándar y cubría las siguientes áreas: memoria, procesamiento visual y razonamiento cuantitativo. Por otro lado, la evaluación de habilidades de pensamiento crítico consistió en que los participantes

evaluaran cursos de acción en escenarios hipotéticos y consideraran además la relevancia de la información contextual que pudiera ayudarles a tomar las decisiones.

Una pregunta típica que evalúa el pensamiento crítico podría ser que el individuo explicara si quisiera que el preescolar fuera obligatorio para todos los niños considerando que las investigaciones han mostrado que los niños que asisten al preescolar son más propensos a sobresalir en la escuela. El uso exitoso del pensamiento crítico incluiría el reconocimiento de que la correlación no significa causalidad y la búsqueda de otras explicaciones posibles; además debería tomar en cuenta información posterior, como la diferencia entre los ingresos de padres que mandan a sus hijos al preescolar y los que no lo hacen.

Según esta investigación, el pensamiento crítico se correlacionó con el CI de forma moderada (.38), lo que sugiere alguna superposición, pero indicando también que cada prueba estaba midiendo algo distinto.

Los investigadores estaban muy interesados en saber cómo se correlacionaban estas medidas con los puntajes en un inventario de eventos de la vida, en el cual los participantes indicaban si habían experimentado eventos que iban desde medianamente malos, a severamente malos. La evitación de experiencias como estas nos da una medida indirecta de la capacidad de tomar de decisiones sabias y efectivas. La investigación mostró que a las personas con un CI mayor si les iba mejor en esto. Sin embargo, una mayor capacidad de pensamiento crítico estaba incluso más fuertemente asociada con estos resultados en los eventos de la vida. Ahora bien, el pensamiento crítico se puede trabajar. Dichas habilidades del pensamiento no son recursos mentales que poseemos, sino que son una forma de ver el mundo y herramientas para utilizar en momentos clave. Desafortunadamente no se le da atención suficiente al desarrollo de estas habilidades en los lugares de estudio, pero existen iniciativas como Filosofía para niños, basadas en investigaciones, que buscan desarrollarlas.

¿Qué entendemos por pensamiento crítico?

Después de millones de años de evolución de nuestro cerebro, una de sus funciones principales -el pensar- sigue siendo desordenado. Esto implica que aún somos incapaces para pensar de manera clara y concisa, sin una estructura organizada en términos lógicos. Nuestras ideas y focos de atención van y vienen, son poco estables y confiables a la hora de enfrentar la resolución de problemas y de la toma y ejecución de decisiones. Esto nos lleva a mostrar un comportamiento desorganizado.

Implica que parte importante de nuestro pensar es arbitrario, inestable, distorsionado, prejuiciado y desinformado. Sin embargo, la calidad de nuestra vida y de aquello que producimos o construimos, depende de la calidad de nuestro pensamiento.

Debido a esta realidad y la impostergable necesidad de organizar tan importante habilidad, resulta importante trabajar aquellas estrategias que permitan desarrollar el pensamiento crítico de los niños y jóvenes en el aula, ámbito familiar y. posteriormente, profesional.

En 2021, publicamos una nota en ChessBase en la que definíamos pensamiento crítico en los siguientes términos:

Proceso intelectualmente disciplinado, de conceptualizar, aplicar, analizar, sintetizar y/o evaluar activa y hábilmente la información obtenida o generada por la observación, la experiencia, la reflexión, el razonamiento o la comunicación, como guía para la creencia y la acción.

El pensamiento crítico es la habilidad expresada por los humanos en relación con el análisis y evaluación de la información existente respecto a un contenido determinado; intentando verificar la autenticidad de dicha información con el objeto de alcanzar una idea argumentada al respecto, ignorando posibles sesgos externos.

Según opinión de la doctora Ann M. Sharp (1989). "El pensamiento crítico es la habilidad para pensar correctamente, para pensar creativa y autónomamente dentro de, y acerca de las miradas de disciplinas, entonces ciertamente es un objetivo educacional de extrema importancia".

Por su parte, Robert Ennis (1985) concibe esta facultad como el pensamiento racional y reflexivo interesado en decidir qué hacer o creer. Por un lado, constituye un proceso cognitivo complejo de pensamiento que reconoce el predominio de la razón sobre las otras dimensiones del pensamiento. “Su finalidad es reconocer aquello que es justo y aquello que es verdadero, es decir, el pensamiento de un ser humano racional”.

Pero este constructo, también debe ser comprendido en términos de procesos. En este sentido, Scriven y Paul (1992) opinan que:

El pensamiento crítico es un proceso intelectual, disciplinado y activo que desarrolla habilidades como: conceptuar, aplicar, analizar, sintetizar, y/o evaluar información, experiencia, reflexión, razonamiento o comunicación, como una guía hacia la creencia y la acción.

De tal manera que en nuestro diario accionar, aplicamos el pensamiento crítico, deliberadamente o no, con el fin de intentar comprender la realidad de lo que nos dicen y percibir a partir del análisis de los razonamientos empleados para explicarla. De tal manera que no aceptamos –a ojos cerrados y acrítica- todo lo que nos llega del ambiente.

Según Paul, R. y Elder L. (2003), la expresión del pensamiento crítico está compuesta por 8 elementos:

  • Propósito del pensamiento: meta u objetivo
  • Problema o asunto a resolver
  • Supuestos de los que se parte
  • Punto de vista o perspectiva de la que se parte.
  • Información recogida para realizar el análisis: datos, hechos, observaciones, experiencias, etc.
  • Conceptos e ideas que dan forma a la información recogida Inferencias e interpretaciones concluidas.
  • Implicaciones y consecuencias que tienen dichas conclusiones.
  • Los pensadores críticos son personas que de manera rutinaria aplican a estos elementos del proceso de pensamiento los siguientes estándares intelectuales: claridad, exactitud, relevancia, lógica, amplitud, precisión, importancia, completitud, imparcialidad y profundidad.

Estos autores consideran que un pensador crítico y ejercitado muestra las siguientes habilidades:

  • Formula problemas y preguntas vitales, con claridad y precisión. •
  • Acumula y evalúa información relevante y usa ideas abstractas para interpretar esa información efectivamente.
  • Llega a conclusiones y soluciones, probándolas con criterios y estándares relevantes.
  • Piensa con una mente abierta dentro de los sistemas alternos de pensamiento; reconoce y evalúa, según es necesario, los supuestos, implicaciones y consecuencias prácticas
  • Al idear soluciones a problemas complejos, se comunica efectivamente.

En resumen, el pensamiento crítico es auto-dirigido, auto-disciplinado, autoregulado y auto-corregido. Supone someterse a rigurosos estándares de excelencia y dominio consciente de su uso. Implica comunicación efectiva y habilidades de solución de problemas y un compromiso de superar el egocentrismo y socio centrismo natural del ser humano.

Fuentes


Uvencio Blanco Hernández, Venezuela. Comisión Ajedrez y Educación FIDE. Escritor, Investigador, Conferencista, Árbitro Internacional, Organizador Internacional, Entrenador, Profesor de Ajedrez ECU y Lead School Instructor FIDE.