Pensando a lo grande
Jan Henric Buettner, un empresario de Hamburgo, es una especie de deus ex machina para el ajedrez alemán. Aparte de un pequeño declive producido por la tensa situación financiera de la Federación Alemana de Ajedrez, el ajedrez alemán va en realidad bastante bien. El programa Prinzengruppe iniciado hace unos 15 años está dando sus frutos con un grupo bastante numeroso de jóvenes jugadores que juegan a nivel internacional por encima del nivel 2600. También está Vincent Keymer. Sin haber cumplido los 20 años, Keymer es el primer gran maestro alemán desde Hübner que juega a nivel mundial. El equipo nacional alemán ganó la medalla de plata en el Campeonato de Europa por Equipos (con Keymer) y la de oro en la Copa Mitropa (sin Keymer). Keymer es lo que la gente del ajedrez alemán siempre ha deseado, un "Boris Becker del ajedrez". Pero, de hecho, los nuevos talentos ya han demostrado su fuerza. Sólo hay que animarlos.
The Keymer Variation - 1.Nf3 d5 2.e3
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Las ideas y el empuje de Jan Henric Buettner están aportando un soplo de aire fresco a la escena. Buettner ama la música y el ajedrez, dos cosas que hacen juego. Nacido en Hamburgo, piensa a lo grande y dispone de los medios económicos para hacer realidad sus visiones. Ha renovado una maltrecha casa solariega (castillo) junto al mar Báltico y ha transformado algunos de los edificios circundantes en un pueblo de vacaciones. El Private Luxury Nature Resort Weissenhaus ofrece todo lo que su nombre indica: tranquilidad, lujo y naturaleza. También es el lugar ideal para un exclusivo torneo de ajedrez, naturalmente del más alto calibre. Lo dicho, Jan Henric Buettner piensa a lo grande. El modelo para la puesta en escena fue el visto en la Fórmula Uno: "Allí, el 95% de la cobertura es sobre los protagonistas y sólo el 5% es sobre la carrera. Podemos presentar el ajedrez de la misma manera".
Buettner colocó a Magnus Carlsen en la pole position. Fue Carlsen quien nombró a sus rivales favoritos. Y así se organizó un torneo exclusivo con Carlsen y siete contrincantes, todos los cuales Carlsen creía que podían suponer una amenaza para él. Pero Carlsen quería jugar al Ajedrez960, o Ajedrez Estilo Libre, como lo llamaban en la Weissenhaus. "Nadie entiende lo del Ajedrez960", dijo Buettner. "El 'estilo libre' es al ajedrez clásico lo que el voley playa es al voley sala".
Fue un torneo de primera categoría el de Weissenhaus. Todo había sido preparado a la perfección tanto de cara al bienestar de los jugadores como el propio torneo, con mesas y sillas con las que incluso Bobby Fischer habría estado contento sin rechistar. Además, cada jugador tenía su propio "palco", una habitación tranquila para descansar. En una cabina, el "confesionario", los jugadores podían compartir sus sentimientos y pensamientos con los espectadores de Internet.
Todo a su alrededor estaba bellamente decorado, con gran atención al detalle. Los jugadores recompensaron el esfuerzo con partidas emocionantes. Tanto hubo hazañas como errores groseros en posiciones desconocidas.
Magnus Carlsen lo tenía especialmente difícil al principio, pero al final de nuevo resultó ser el ganador del torneo. ¿Cómo lo consigue? El noruego estaba contento con su victoria. Tanto el torneo como su resultado habían sido un éxito. Un torneo de ajedrez al estilo libre con un control de tiempo clásico había sido idea suya.
Jan Henric Buettner también estaba encantado. Si las cosas hubieran ido mal, el torneo podría haber sido algo aislado. Pero ahora el organizador está planeando algo aún más grande: un Grand Slam de ajedrez al estilo libre. Con torneos en Nueva York, Sudáfrica, India, Chile y Weissenhaus, por supuesto. Poco después del torneo, viajó para establecer este proyecto en los distintos lugares.
Muy bonito todo. Pero hay otra buena noticia más.
Jan Henric Buettner y Vincent Keymer | Foto: Freestyle Chess G.O.A.T. Challenge / Weissenhaus Resort
Encima de todo, Buettner quiere apoyar económicamente a Vincent Keymer para que el joven supergran maestro alemán tenga más posibilidades de competir con talentos internacionales. El objetivo: llevarle hasta el duelo por el Campeonato del Mundo. Insistimos: Buettner piensa a lo grande. ¿Y por qué no?
Pero eso no es todo. Jan Henric Buettner también quiere establecer en su Weissenhaus una academia de ajedrez para jóvenes especialmente talentosos. Los primeros miembros del grupo de desarrollo son Leonardo Costa (16), Marius Deuer (15), Lisa Sickmann (13), Christian Glöckler (12), Hussain Besou (11) y Arian Alloussi (8). Los jugadores están invitados a utilizar la Weissenhaus para sus entrenamientos. El apoyo no está limitado. Buettner aporta una suma de seis cifras para el grupo de talentos, que servirá para pagar los gastos de viaje y a los entrenadores, informa Florian Pütz en su artículo publicado en DER SPIEGL online.
Sí, se puede constatar que las cosas efectivamente van bien con el ajedrez en Alemania. Pero ahora le irá aún mejor en los torneos internacionales. Muchos otros países, sobre todo India, Uzbekistán, Estados Unidos e Inglaterra, tampoco están dormidos. En estos países, el Estado suele apoyar a los deportistas talentados. En Alemania, no. Alemania necesita contar con personas entusiastas como lo es Jan Henric Buettner.
Traducción al castellano: Nadja Wittmann (ChessBase)
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