Para ganar, primero debes aprender
La nueva versión 18 de ChessBase ofrece posibilidades completamente nuevas para el entrenamiento y el análisis de partidas: análisis del estilo de juego, búsqueda de temas estratégicos, acceso a 6.000 millones de partidas de Lichess, preparación del oponente tras una exploración de sus partidas en Lichess, descarga de partidas de Chess.com con API incorporada, motor de análisis en la nube y mucho más.
Son las 14:56 horas. El avión de Iberia IB 3270 con origen en Madrid aterriza un poco antes de lo previsto en el aeropuerto internacional "Helmut Schmidt" de Hamburgo. Como soy una típica alemana de esas que son muy puntuales, ya estoy allí también. En mi aplicación del teléfono móvil había visto que el avión cruzó el Elba y había tomado la ruta que pasa cerca de Ámsterdam. En la zona de llegadas hay un lío bastante gordo y hay muchísima gente en la sala. Parece que han llegado varios equipos de boxeadores con sus compañeros de las federaciones, desde muchas partes del mundo. En los chándales leo cosas como "Kirguistán", "Armenia", etc. Hombres y mujeres, muchos con las narices un poco más aplastados que la media de las otras personas que se encuentran en la sala. Dos o tres perros con voces fuertes entran en una discusión entre ellos.
Me aparto un poco y me escondo detrás del surtido de zapatos de una de las tiendas desde la que puedo ver las puertas y clavo mis ojos en los accesos a la sala de recogida de equipajes. ¡Ahí está Leontxo! Está mirando alrededor y tras tres saltos míos y señales con la mano, me descubre. Nos saludamos con mucha alegría.
Mientras nos acercamos al coche, Leontxo se da cuenta de que todavía no le funciona el servicio de su teléfono en el extranjero. Ha cambiado de proveedor y este aún no le ha activado el servicio. Pero el problema del teléfono se arregla más rápido que yo consigo pagar el aparcamiento, debido a un cajero automático que está roto y me dice "Retire el billete. Ha pasado el plazo permitido para aparcar". Afortunadamente, el otro cajero automático es más amigable y me deja pagar.
Mientras nos dirigimos a la oficina de ChessBase en mi coche, hablamos de cómo organizarnos para aprovechar el tiempo disponible al máximo. Decidimos primero despejar las cosas técnicas para dedicarnos a las grabaciones a la mañana siguiente.
En la oficina, Pascal Simon y Rainer Woisin ya nos están esperando. Pascal le instala el software necesario para las retransmisiones en el ordenador portátil y en la tableta para que Leontxo pueda emitir sus ágoras desde donde quiera en el futuro.
Leontxo García y Pascal Simon en la oficina de ChessBase | Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)
A las cinco y casi media nos marchamos de la oficina, llevamos la maleta de Leontxo al piso de ChessBase, que está al lado de mi casa, y nos vamos en transporte público en dirección al puerto. Tenemos reservada mesa en el Störtebecker, uno de los dos restaurantes, de la nueva y espectacular sala de conciertos de Hamburgo, Elbphilharmonie. Como nos quedan casi dos horas y el tiempo ha decidido poner buena cara al final del día nos damos un buen paseo por la zona del puerto junto con otros turistas y hamburgueses. De repente se oyen unos sonidos muy altos y bajos (alto de volumen y bajos de tono) lo cual anuncia la salida de un barco enorme.
Leontxo en el puerto de Hamburgo, con el impresionante edificio de la Elbphilharmonie al fondo | Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)
¡Es increíble! ¡Justamente en ese momento, el "Queen Mary 2" está zarpando. Bajamos a uno de los embarcaderos flotantes para tener una mejor vista del espectáculo. No deja de dar señales con varias bocinas de tonos distintos. Y cuando pasa muy cerca, escuchamos que se está tocando a bordo el himno "God save the Queen", una canción patriótica del que ha sido tradicionalmente usada como himno nacional del Reino Unido y de los demás países que reconocen al monarca británico como jefe de estado.
Leontxo y el Queen Mary 2 saliendo del puerto de Hamburgo ayer por la tarde | Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)
Leontxo disfrutando del ambiente marítimo | Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)
Es precioso ver como ese buque enorme sale del puerto de Hamburgo, sobre unas olas que parecen oro líquido. (Leontxo, acabo de mirar en Google: el próximo puerto de ese gran crucero será Bergen, en Noruega. En septiembre volverá a cruzar el Atlántico y viaja entre Nueva York y Southampton)
Despidiendo al Queen Mary 2 | Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)
Nuestro paseo nos llevó a la Hafencity con sus nuevos y modernos edificios que conectan directamente con la Speicherstadt, los viejos almacenes de Hamburgo que desde el año pasado son Patrimonio de la Humanidad.
Hacia las siete y media decidimos subir a la plataforma panorámica de la Elbphilharmonie, para disfrutar de las vistas de Hamburgo y del puerto desde lo alto, antes de meternos en el restaurante. Para entrar en la Elphi, teníamos que tener unos "billetes" con códigos de barras, parecidos a tarjetas de embarque para el avión, tan solo para poder subir a la plataforma del mirador y del restaurante. Se sube con unas escaleras mecánicas superlargas. Por poco me piero la cena con Leontxo, porque el viento intentó llevarse mi billete, al sacarlo de mi bolso de mano. Pero un señor atento de traje fino, se lanzó a la caza y logró atraparlo con su zapato. Menos mal. Subimos.
En la planta del restaurante, al final de las escaleras mecánicas nos encontramos con un ventanal panorámico impresionante que da a la parte principal del puerto, con el Landungsbrücken, el puerto deportivo la "City Hafen" y los barcos turísticos. Se está poniendo el sol con todo su esplendor. Precioso. (Y mucha suerte tras varios días de lluvia)
El ventanal en la planta del restaurante "Störtebeker" | Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)
Subimos media planta más, con otras escaleras mecánicas mucho más cortas, y salimos al aire libre. Damos la vuelta a todo el edificio. Es bastante alto y ofrece unas vistas preciosas.
Una parte del Hafencity de Hamburgo| Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)
A las ocho menos cinco, muy puntuales, entramos en el restaurante. Resulta que me han hecho caso: en la solicitud de reserva por e-mail les había dicho: "Ojo. ¡Vengo con un periodista español importante! Sería útil si nos pudieran reservar una mesa al lado del ventanal". ¡Funcionó!. Aunque la verdad es que la vista no era tan espectacular como las que habíamos disfrutado antes. Como estos días, el sol se pone a las ocho y media, tampoco quedaba mucha más luz.
El puerto de Hamburgo con los barcos turísticos, el Cap San Diego y al fondo St. Pauli Landungsbrücken| Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)
La cena resultó agradable y no se cumple la ley de Murphy de que los sitios con buenas vistas tienen comida mala. Comienza la cena con un "saludo" no de la cocina, sino de la cervecera colaboradora del restaurante. Nos comentan que se trata de una cerveza que se ha coronado "campeona del mundo de cervezas". Una cerveza Carlsen, por así decirlo. También la comida está muy rica. Aunque nos mandan a freír brócoli e ir al grano directamente con la carne, en lugar de traer primero la ensalada con mozzarella. Prometen compensar el error e invitarnos al postre. Un momento más tarde incluso también llega la ensalada. Vivimos unos momentos prolongados de jauja.
Entre un tenedor y otro que se acerca a la boca y también cuando los tenedores se quedan descansando en el plato tras haber acabado prácticamente con toda la comida, seguimos con nuestra agradable conversación. Leontxo García en esta velada me da otra prueba de que es una máquina de las historias interesantes. Puedo quedarme escuchándolo durante horas y días.
Cuando nos marchamos a nuestras casas en transporte público, sabemos que la primera mitad de la visita ya ha sido un éxito total.
El día de hoy, martes, comienza con con un desayuno en la panadería Daube a las ocho de la mañana. Está al lado del piso de ChessBase. Pido "ein Mettbrötchen" y el obligatorio "Franzbrötchen" para Leontxo. Después nos vamos a la oficina de ChessBase y empezamos a piñón fijo. Primero grabamos la entrevista de 50 minutos de duración, después Leontxo graba la primera edición de su nuevo ágora. Aún no ha dicho la última palabra de la emisión y ya le reclaman dos cadenas de radio para hacerle entrevistas.
Leontxo García hoy en el estudio de grabaciones de ChessBase | Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)
Después nos dirigimos al aeropuerto con tiempo. Leontxo expresa un "último deseo". ¡Cómo se lo voy a negar! ¡Comernos una buena salchicha alemana!. En la terminal uno, Mc Donalds intenta aguarnos la fiesta y el "Gusto Fino" prefiere vender café y dulces a salchichas. Volvemos a la planta baja y encontramos a una empleada del aeropuerto que se está comiendo un bocadillo y nos indica "sí, en la terminal 2 tenéis el "Marché". Ahí sí deben tener salchichas seguro". Y la buena mujer tiene toda la razón. El cocinero nos prepara las salchichas y las patatas fritas en el momento.
Misión cumplida.
Leontxo haciendo realidad su "último deseo" para esta visita a Hamburgo | Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)
Texto y fotos: Nadja Wittmann (ChessBase)
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