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Alexander Morozevich acaba de celebrar un arrollador triunfo en el torneo de Biel. Alcanzó 7,5 puntos en 10 partidas y se llevó la victoria del torneo por tercera vez. Sus logros en Biel, son realmente impresionantes: disputó 30 partidas, ganó 18, empató 10 y perdió solo 2. En los 39 años de historia del torneo, ningún otro gran maestro ha logrado algo parecido.
Coronado por encima de los jóvenes talentos, Magnus Carlsen y Teimour Radjabov, Alexander Morozevich, acumuló mucha confianza en sí mismo y muchos puntos Elo durante su estancia en Biel. El gran maestro, nacido en Moscú, habla de su trayectoria, su visión particular sobre cómo abordar el entrenamiento de ajedrez, de su futuro y del futuro del mundo del ajedrez.
Alexander Morozevich, esta ha sido tu tercera participación y la tercera victoria en Biel. ¿Cuál es tu secreto?
Biel es un importante torneo y fue divertido ganarlo. Estoy muy a gusto aquí. Me encantan el ambiente y las condiciones de juego. Sin embargo, cada vez es más duro para mi. En el año 2004, el torneo también tuvo un nivel muy alto, pero algunos de mis oponentes no estuvieron en forma y actuaron peor de lo que lo hacen normalmente.
Hasta ahora, solo Anatoly Karpov ha ha ganado tres veces en Biel…
¡Siempre es bueno saber eso! ¡Si la comparación se refeririese también a los títulos mundiales, aún sería mejor!
Este año volviste a ganar con amplio margen...
No fue tan fácil como puede parecer a primera vista. Tuve que luchar hasta el final. Cometí varios errores y a veces mi juego fue desequilibrado. Mi victoria frente a Volokitin, en la octava ronda, fue muy importante. Al día siguiente, todo salió a mi favor: Carlsen perdió, Radjabov no ganó y yo logré derrotar a Pelletier.
Has mencionado que cometiste algunos errores…
Sí, especialmente en la segunda ronda, contra Magnus Carlsen (27. Ag7??). Pero también cometí errores en otras partidas. Afortunadamente solo en posiciones ganadoras, por ejemplo, en la partida contra Bruzón (ronda 1) o contra Radjabov (ronda 4).
El vencedor de Biel: Alexander Morozevich (Rusia)
¿Cuál es la diferencia entre un gran maestro de 29 años y sus rivales más jóvenes?
A mi favor, cabe decir que tengo más experiencia y mejores conocimientos del juego. Y a favor de ellos, que tienen más energía y eso les permite mantenerse frescos y calcular más rápidamente todas las variantes. Pero la báscula puede moverse o hacia un lado o bien hacia el otro.
¿Cómo le ves a Magnus Carlsen, tu "verdugo" en Biel?
Me enfrenté con él por primera vez en mi carrera. Es un alma libre. Calcula y juega rápido. Por supuesto, aún necesita entrenamiento. A veces muestra cierta impaciencia. Pero vamos, eso es muy comprensible a esa joven edad. Parece que le entrenan bien. El resto de dependerá de él mismo. Si sigue por este camino, puede llegar lejos, muy lejos.
Viniste solo a Biel. ¿Cómo te preparaste?
He tenido un buen respaldo desde la distancia. Analicé y preparé mis partidas del torneo con algunos amigos de distintos niveles de juego.
Pasas por ser uno de los más creativos jugadores y nunca se sabe cómo actuarás. Traes un "caos creativo" al tablero.
Todos me pueden definir de manera distinta. Tengo más confianza en mí mismo que en los libros o en los prepativos con ayuda de ordenadores. Eso me permite encontrar nuevas ideas de vez en cuando. Pero carezco de estabilidad. Muchas veces obtengo ambos, buenos y malos resultados. Esa es mi debilidad. En eso también consiste la diferencia con los grandes jugadores.
¿Qué quieres decir con eso?
La mayoría de los 10 mejores jugadores del mundo actuan de manera más profesional a la hora de tratar con el ajedrez. Dedican casi todo su tiempo al ajedrez. No es que Anand, Leko o Topalov necesariamente jueguen mejor que yo. Pero se dedican a ello de manera más seria y con más regularidad. Puedo derrotar a cualquier jugador en una partida, también puedo encabezar la clasificación de un torneo, pero, lógicamente, al final me superarán en el conjunto de la competición. Me considero a mi mismo como "medio aficionado". El ajedrez sigue siendo mi gran pasión, pero, por supuesto, también puedo hacer otras cosas durante varios meses, antes de volver al tablero. Tengo otros campos de interés. Tengo amigos fuera del mundo del ajedrez. Eso es mi manera de vivir y me va bien.
Eso no es lo suficiente para aspirar el título mundial, por ejemplo, ¿verdad?
Efectivamente. No soy de los que hacen grandes declaraciones y anuncian que quieren llegar a ser Campeón del Mundo. No estoy dispuesto a sacrificarlo todo, solo por este fin. Mirándolo desde este punto de vista, mi cuarto puesto en el Campeonato del Mundo en San Luis en 2005, con un porcentaje de 50% de puntos, me favorece bastante. Solo comencé a prepararme tres semanas antes. Alexander Beljavsky y Vladimir Barsky (MI) solo acudieron durante el torneo para ayudarme.
¿Seguirás con esta filosofía también en el futuro?
No es fácil modificar completamente mi estilo.
Tienes 29 años, ¿qué metas tienes?
Me encanta jugar al ajedrez de manera creativa. Se sobreentiende que seguiré con mi carrera. Sin embargo, desde mi punto de vista actual, procuraré no depender demasiado de los resultados porque pueden variar mucho.
Rusia solo terminó en el sexto puesto de la clasificación en la Olimpíada de Turín, el pasado mes de junio. ¿Cómo te explicas tal resultado?
Hay varias razones. Una de ellas es, que el equipo ruso carece de sangre joven. Nuestros entrenadores deberían recordar esto para la próxima competición importante. En Turín la edad media fue de más de 30 años. Teniendo en cuenta el control de tiempo de la FIDE, la joven edad de nuestros oponentes y su motivación, todo esto no justamente era una ventaja. La segunda razón es que la mayor parte de nuestros jugadores han jugado lejos de su mejor forma.
¿Qué opinas sobre el duelo de reunificación del título mundial entre Topalov y Kramnik?
Cualquier duelo entre dos jugadores de primera fila es bueno para el ajedrez. Es obvio que hay interés en ello. Pero prefiero no dar ningún tipo de opinión política al respecto. No tengo nada que decir. Desde luego, no hablaría de "reunificación".
Traducción: Nadja Woisin
