Nos acechan nuevos retos y desafíos: un diálogo sobre ajedrez y ecología (2)

por Uvencio Blanco Hernández
27/01/2023 – "Estoy convencido de que nosotros los ajedrecistas, podemos habilitarnos para contribuir con la solución de muchos de los retos que nos plantean las tremendas olas de cambio que se desplazan a lo largo y ancho de nuestro planeta. La naturaleza de nuestra actividad lo facilita. Además, tengamos en cuenta que la integración de los movimientos ecologistas a doctrinas y corrientes filosóficas, sociológicas y teológicas es un hecho", opina el Dr. Uvencio Blanco en el segundo artículo de la serie sobre ajedrez y ecología. La ONG “Salvar a los niños”. | Fotomontaje: Nadja Wittmann (ChessBase)

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Nos asechan nuevos retos: un diálogo sobre ajedrez y ecología (2)

La ONG “Salvar a los niños”

Por su parte, la organización internacional no gubernamental Save the Children, conjuntamente con investigadores de la universidad Vrije Universiteit Brussel de Bélgica, señalan que “La niñez de todo el mundo se enfrentará a más olas de calor, inundaciones y sequías en comparación con sus abuelos”. Al respecto, el reporte estima que las infancias nacidas en 2020 (ahora llamadas pandemials), en comparación con las que nacieron en 1960 sufrirán:

  • 2,0     veces más incendios forestales
  • 2,8     más perdidas de cosechas
  • 2,6     más sequías
  • 2,8     más inundaciones
  • 6,8     más olas de calor
  • Esta organización reconoce que:

“El cambio de clima en la historia de la Tierra ha sido constante y, de hecho, estas modificaciones permitieron la vida en el planeta; sin embargo, dicho cambio está sucediendo de manera vertiginosa y hace que peligre la vida en la Tierra como la conocemos. Por ello, hoy se entiende al cambio climático como: un cambio en el clima, atribuible directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad climática natural observada durante períodos de tiempo comparables”.

Luego, en octubre de 2021, The Guardian publicó un artículo en el cual el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, calificó un informe del IPCC sobre la crisis climática como un “código rojo” para la humanidad; afirmando que “Estamos al borde del abismo”. También agregó que:

“Actualmente estamos en camino de lograr un mundo al menos 2,7 ° C más caluroso para fines de siglo, y eso solo si los países cumplen todas las promesas que han hecho. Actualmente no están ni cerca de hacer eso. Estamos “aparentemente a años luz de alcanzar nuestros objetivos de acción climática”. De hecho, vamos en la dirección equivocada. Actualmente, se proyecta que 2021 experimentará el segundo mayor aumento de emisiones jamás registrado, y se espera que las emisiones globales aumenten en un 16% para 2030 en comparación con los niveles de 2010”.

Un año antes, en el marco de la Cumbre sobre la Acción Climática, Antonio Guterrez había solicitado a todas las naciones del mundo que hicieran un esfuerzo por seguir las acciones de los 38 países que habían declarado el Estado de Emergencia Climática hasta que pueda ser alcanzado la neutralidad de las emisiones de carbono. En su llamado a las Partes, agrego:

- Luego cinco años del logro del tratado no vamos en la dirección correcta ya que no se están cumpliendo sus compromisos y “los niveles de dióxido de -carbono están en niveles récord”.

Las tareas de recuperación de la COVID-19 suponen una oportunidad para encaminar las economías y las sociedades hacia “una senda verde de acuerdo con la Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030”.

- Es inaceptable que los miembros del G-20 están gastando un 50% más en sus paquetes de estímulo y rescate en sectores ligados a la producción y el consumo de combustibles fósiles, que en energía baja en emisiones de carbono.

- Ha llegado la hora de la verdad para lograr la neutralidad de carbono.

Al mismo tiempo, destacó que ya ha llegado el momento de fijar el costo de las emisiones de carbono y de “eliminar gradualmente la financiación de los combustibles fósiles y acabar con los subsidios a los combustibles fósiles”, junto al impedimento de construir nuevas centrales eléctricas de carbón.

Ha llegado el momento de la verdad, pero también el de la esperanza cuando cada vez más países se comprometen a la neutralidad de carbono, las ciudades se esfuerzan por ser más verdes y habitables y los jóvenes exigen responsabilidades a los dirigentes.

Adicionalmente, en medio de tantas tendencias negativas, Guterrez ha reconocido algunos avances que estima importante tener en consideración. ha puesto como ejemplo lo adelantado por el Reino Unido y la Unión Europea. Estos países se han comprometidos a reducir sus emisiones para 2030 en un 68% y un 55% respectivamente, en comparación con las de 1990. En relación con ello, ha expresado que:

“No solo los países sino también las ciudades, las instituciones financieras y las empresas deben establecer planes para alcanzar un nivel de cero emisiones netas para el año 2050. Junto a ellos, otros sectores clave como el transporte marítimo, la aviación y la industria también deben presentar e implementar nuevas hojas de ruta de acuerdo con este objetivo. Y los países desarrollados deben cumplir su compromiso de proporcionar 100.000 millones de dólares al año a los países en desarrollo para 2020. Todavía no hemos llegado a ese punto. Nuestro objetivo colectivo debe ser superar el objetivo de 100.000 millones de dólares anuales en 2021 y aumentar las finanzas públicas internacionales en el período posterior”.

Sobre esa materia y los efectos negativos del calentamiento global para la humanidad y su evolución biológica y social, el llamado de los expertos está dirigido a una reflexión y análisis profundo del complejo de variables intervinientes en los más disimiles ecosistemas del planeta.

En tal sentido, y con el objeto de mitigar en lo posible, las consecuencias de la crisis climática, debemos tomar conciencia en torneo a la inaplazable necesidad de organizarnos en torno a planes y proyectos factibles que nos impulsen a la acción para atenuar el impacto provocado por cambio climático.

Para tal activación debemos atraer la atención y despertar el interés de la opinión pública hacia este fenómeno ambiental. Sin embargo, algunos autores añaden que:

“Paliar problemas complejos resulta imposible sin una combinación de información, reflexión, miedo y entusiasmo. Necesita tiempo y esfuerzo, y, aún peor, requiere que cambiemos nuestros hábitos, lo que suele llevar aparejado cierto sufrimiento. Pero el cambio climático actual, además de un problema incómodo y complicado, es una oportunidad de mejorar nuestro entorno con acciones sencillas. Cada acto individual cuenta, no necesita de otros para funcionar. Cada persona, si quiere, puede resultar útil, puede hacer algo, porque el cambio climático, aunque complejo, no es natural, no nos viene impuesto, sino que es consecuencia de nuestras acciones”.

El reporte “VIII AXA Future Risks 2021” también revela cierto optimismo en relación con algunos de estos temas. Al respecto se identificaron cinco afirmaciones importantes:

“El público cree que la cooperación es fundamental para prevenir futuros riesgos. De allí que el nivel más eficaz de toma de decisiones para abordar los riesgos futuros, es el nivel mundial. Tres cuartas partes de las personas confían en científicos y académicos. La mayoría de personas valora la experiencia y el conocimiento en la formulación de políticas y se muestran confiadas en la capacidad de los científicos y académicos para limitar crisis futuras. Los jóvenes están esperanzados a que el riesgo se puede superar confían en la capacidad de las organizaciones internacionales, los científicos y el mundo académico para mitigar crisis futuras”.

En nuestros hogares, escuelas, asociaciones civiles, clubes deportivos o centros de trabajo, debemos prepararnos para enfrentar los múltiples azares y retos que nos está planteando la naturaleza como respuesta al impacto causado por el hombre sobre su propio entorno.

Muchos filósofos, pensadores y científicos ecologistas dedicados al conservacionismo, muestran fuerte atracción por los asuntos teológicos, metafísicos y doctrinales, que forman parte de las enseñanzas, mensajes, tradiciones y cultos, que han venido transmitiéndose, de generación en generación.

Estoy convencido de que nosotros los ajedrecistas, podemos habilitarnos para contribuir con la solución de muchos de los retos que nos plantean las tremendas Olas de Cambio que se desplazan a lo largo y ancho de nuestro planeta. La naturaleza de nuestra actividad lo facilita. Además, tengamos en cuenta que la integración de los movimientos ecologistas a doctrinas y corrientes filosóficas, sociológicas y teológicas es un hecho.

Continuará…

Fuentes y enlaces


Uvencio Blanco Hernández, Venezuela. Comisión Ajedrez y Educación FIDE. Escritor, Investigador, Conferencista, Árbitro Internacional, Organizador Internacional, Entrenador, Profesor de Ajedrez ECU y Lead School Instructor FIDE.