ChessBase 17 - Mega package - Edition 2024
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Sin embargo, a pesar de todas las mejoras, las máquinas siguen siendo mucho más fiables en la jugada que proponen, que en la valoración que ofrecen. Sucede a menudo que, al desarrollar una variante, la máquina corrige su valoración inicial al despejarse el horizonte de cálculo.
Las máquinas siguen siendo mucho más fiables en la jugada que proponen que en la valoración que ofrecen.
Para cada posición la máquina suma y resta todo lo bueno y malo de cada bando, además del material: ¿que tu rey está débil? Te resta, aunque no haya ataque inmediato. ¿Que tu caballo se podría instalar en una casilla débil enemiga? Te suma. ¿Que tus peones están doblados? Te vuelve a restar. Y así, cientos y cientos de variables. Tras estirar el cálculo hasta los límites que permite el silicio y mezclar bien en la coctelera todos los factores, el programa va puntuando cada rama del árbol de variantes, dándole un valor en unidades de peón, con sus preceptivos decimales.
Por fin, la máquina ofrece una valoración numérica y estrictamente matemática de la posición. Pero ello no siempre es suficiente para el jugador humano. ¿Qué significa una valoración de igualdad en una situación de locura táctica, si hemos de hallar seguidas varias jugadas únicas y raras, obvias para la máquina, pero casi imposibles para un ser de carne y hueso?
Más allá de la valoración, el jugador necesita saber si la posición es fácil o difícil de jugar.
Recordemos de nuevo al gran Mijail Tal, cuando reconocía que quizá su combinación no fuera perfecta, pero planteaba problemas insolubles a su oponente.
Surge entonces la idea: el jugador de ajedrez necesita una valoración práctica de la posición, no matemática. Que nos diga no solo si la posición está ganada, sino si es fácil o difícil de jugar. Que tenga en cuenta la probabilidad de uno y otro bando de cometer un error.
Tomemos por ejemplo la posición que se dio en la partida más decisiva del último Mundial, la tercera del desempate. Un momento crítico se alcanzó tras la jugada 36 de las negras. Carlsen había sacrificado un peón por una gran compensación.
Veamos otro ejemplo de valoración incorrecta desde el punto de vista humano, también del mismo encuentro.
Este mismo problema de valoración lo encontramos en finales como los de dama y peón contra dama. Muchos de ellos son tablas, pero acaba ganando a menudo el bando fuerte, ante la extrema precisión en el juego que se exige a la defensa. Veamos el siguiente ejemplo:
El jugador que se orienta con el módulo haría bien en fijarse no solo en la valoración de la mejor jugada, sino también en las dos o tres siguientes mejores, y profundizar en las variantes de carácter forzado para comprobar si uno de los bandos está “al borde del abismo”. En ese caso, por mucho que el módulo anuncie igualdad, es aconsejable desconfiar de la variante.
Sería factible que los programas ofrecieran una valoración práctica de la posición , además de la matemática.
Para que el programa no juegue y se limite a analizar, en la interfaz de Fritz hay que activar el modo “Análisis Infinito” (Botón situado en el menú “Inicio” de la cinta de opciones). En la interfaz de ChessBase basta con activar el módulo en la ventana del tablero (Botón “Añadir apuntador”, menú Inicio). [Nota de ChessBase: Con Fritz 15 eso ha dejado de ser así. Como la experiencia nos indica que la mayor parte de los usuarios emplea el programa para analizar las partidas propias, el modo de análisis es el que aparece por defecto y es necesario escoger un nivel de juego antes de que pueda ponerse a echar una partida contra el programa. Es decir, ab initio el programa supone que el usuario quiere introducir jugadas y analizar partidas y no jugar, que era la premisa hasta esta versión más reciente de la interfaz.]
La interfaz de Fritz15 también ofrece la posibilidad de programar análisis. Durante un tiempo, recuerdo que Krámnik estaba obsesionado con dejar todos sus ordenadores trabajando por la noche. Hoy, con los análisis compartidos en la nube, esto ya apenas tiene sentido. Veamos de qué estamos hablando.
Desde hace un tiempo, el software de ChessBase permite el acceso de los módulos a la nube. Haciendo clic sobre el símbolo de la nube se puede conseguir –gratis o de pago– que los ordenadores de otros usuarios se sumen al análisis de la posición en que estamos interesados.
Más potente todavía es el sistema en la nube “Let's Check”. Al conectarnos veremos en la ventana de la derecha los análisis por ordenador que han hecho otros usuarios, en ocasiones hasta profundidades muy altas. Esto es tremendamente útil, pues nos permite acceder “al instante” a análisis muy fiables.
En el ejemplo anterior, nuestro módulo Houdini apenas llega a profundidad 23. A la derecha vemos un análisis de Komodo a profundidad 44, y otros módulos recomendando la captura en f2, con lo que podemos estar casi seguros que nuestro módulo acabará coincidiendo y podemos dar el análisis por bueno.
¡Atención! Hay que tener en cuenta que el sistema “Let's Check” también registrará nuestros análisis en la nube mientras lo tengamos conectado, así que si pretendemos que sean secretos mejor desconectar de la nube.