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En la noche del sábado 25 de julio se celebró en la explanada del Puerto de Xàbia el XIX Ajedrez Viviente de Xábia, evento que organiza desde 1996 la Comisión de Fiestas Mare de Déu de Loreto con la colaboración del Ayuntamiento y que está galardonado con el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2002.
El tablero de ajedrez, que cumplía la función de escenario teatral, tenía unas dimensiones de 10 m x 10 m y a su alrededor se habilitaron cuatro gradas que albergaron a alrededor de un millar de personas. La obra llevó por título "Una d'indis i vaquers: els natius americans" (“Una de indios y vaqueros: los nativos americanos”) escrita por María Rosario Henarejos, la dirección de escena fue desempeñada por Josep Gregori, y la coordinación general a cargo de Rafael Andarias, director del Ajedrez Viviente.
El invitado de honor, que leyó las jugadas de las negras, fue el actor Alfred Picó, un destacado representante de lo que podríamos llamar la Ficción Valenciana, integrada por magníficos directores de cine y teatrales, guionistas, dramaturgos, actores, directores artísticos, especialistas en fotografía, vestuario, maquillaje, atrezzo, efectos especiales y todas las áreas que hacen realidad el mundo audiovisual y teatral. Con esto el Ajedrez Viviente Teatral de Xàbia quiso rendir un homenaje a todos estos profesionales.
El jugador local, que condujo los movimientos del bando blanco, fue el niño de 13 años Harry Guevara, javiense de origen colombiano, clasificado en el Torneo Hogueras de San Juan 2015; siendo la narradora Anabel Chulvi, una enamorada de la cultura valenciana, cuya voz fue un auténtico lujo poder escuchar.
El encuentro Garry Kasparov- Boris Gelfand, Torneo de Linares, 1991 (9ª ronda); sirvió de base para la representación. Como es sabido, la partida es el elemento conditio sine qua non para el desarrollo del ajedrez viviente; y este año, según se desprendía de la lectura del libreto, se requería una que contuviera una serie de características que permitieran la escenificación de la historia. Para ello se precisaba que se conservasen el mayor número piezas sobre el tablero durante la apertura y medio juego, y que el final fuera “violento” con capturas consecutivas (las blancas fueron encarnadas por los vaqueros y las negras por los indios) de tal forma que desembocase en una inferioridad numérica de la negras, que fueron las que se rindieron (como sucedió en la realidad histórica), pero conservando ambos bandos los monarcas. El maestro internacional Francisco Sánchez Guirado, colaborador desde los inicios con esta iniciativa, seleccionó más de mil partidas que cumplían dichos criterios, optándose finalmente por la mencionada.
En el preámbulo, conducido por Irene Wittwer, el presidente de la comisión organizadora, Juan José García, entregó unas placas conmemorativas al niño y a la narradora; y el alcalde, José Chulvi, una escultura del artista local José Manuel Molina al invitado de honor.
El presidente de la Comisión Organizadora Juan José García entregando la placa al niño Harry Guevara, bajo la mirada de la narradora Anabel Chulvi.
El alcalde José Chulvi entregando la escultura del artista javiense José Manuel Molina al invitado de honor el actor Alfred Picó
La presentadora Irene Wittwer protegida por un vaquero y un indio en el preámbulo.
La narradora y los jugadores al inicio de la representación
La entrada de los indios
Entre los invitados y autoridades se contó con la presencia del “Hijo Adoptivo de la Villa de Xàbia” el astronauta Pedro Duque y su esposa la diplomática Consuelo Femenía, ambos Invitados de Honor en pasadas ediciones. También, en la tribuna de invitados, se encontraba el profesional de baloncesto Romà Bas; así como una selección de la última hornada de deportistas javienses de élite: el atleta Siro Piña, Campeón de España Juvenil de 800 metros lisos; la atleta Aine Sentous, Campeona de España de Carrera de Montaña; el regatista paralímpico Rafa Andarias, Campeón de España de clase 2.4 mR y representante de nuestro país en el próximo mundial de Australia; la regatista Julia Miñana, proclamada hacía tan sólo tres días Campeona de Europa de Optimist y el portero Antonio Sivera, Campeón de Europa con la Selección Nacional de Fútbol sub-19, título conseguido el anterior fin de semana.
La actuación arrancó con la aparición de los indios, habitantes del continente norteamericano desde siglos antes de que lo colonizase el hombre blanco. Se representaron varias escenas costumbristas, que reflejaban el estilo de vida de los nativos, y los primeros encuentros pacíficos entre ambos pueblos, incluyendo una escena romántica, diversos bailes y danzas que encandilaron al público. Finalmente, los indios se enfrentaron a los vaqueros cuando estos profanaron sus lugares sagrados. La historia terminó con la victoria de los vaqueros que arrinconaron a los indios, que se hallaban en clara inferioridad, siguiendo la partida Kasparov-Gelfand.
La vida cotidiana del pueblo indio cuando el hombre blanco no había llegado todavía a sus territorios
La negras encarnaron al bando indio.
Y la blancas al bando vaquero
Adorando al tótem
Una vaquera a la última moda
Algo pasa en el poblado
Preparando la comida
El majestuoso rey blanco
La encantadora dama blanca
El espectacular rey indio
La bella dama india
La posición tras los cuatro primeros movimientos (el tótem presidió la partida durante la apertura). Las torres blancas eran fuertes y las negras tiendas.
El baile de las blancas fue uno de los momentos álgidos de la obra
Los anfitriones del baile
Sigue la fiesta
El amor puede surgir sin atender a culturas ni religiones
Los enamorados pasean sin importarles nada más
La tierna escena del bebé
Cazando búfalos
La danza de la lluvia... que fue efectiva
La muerte de uno de los suyos
Los indios seguían sus rituales ancestrales de la muerte
El indio parecía más dormido plácidamente, bajo la protección de los atrapasueños, que muerto
Panorámica del recinto
El poblado indio acaba de rendirse
Los indios mostrando su sumisión al hombre blanco
La representación concluyó con los niños cogiéndose de la mano en círculo mirando al público, mientras la narradora leía la famosa frase de Toro Sentado: "Si el Gran Espíritu hubiera deseado que yo fuera un hombre blanco me habría hecho blanco... ¿Es un agravio amar a mi pueblo? ¿Soy malvado porque mi piel es roja? ¿Porque soy un sioux? Dios me hizo un INDIO”.
El alegato final de la narradora fue un mensaje de respeto y solidaridad hacia todas las culturas, pues no hay unas sociedades mejores que otras, sino simplemente diferentes y con costumbres diversas. Y retomando la historia recién escenificada, remarcó que no todo lo que nos han contado las películas del oeste ha sido verdad, ni mucho menos; los nativos americanos eran pueblos con una cultura y unas tradiciones específicas de acuerdo y en concordancia con la naturaleza, a la que respetaban y con la que convivían en armonía, sin utilizar más de lo que necesitaban.
El saludo final de los niños alzando la voz al unísono con un “¡Hau!”, fue el colofón de una velada en la que el espíritu indio, con sus tradiciones ancestrales, impregnó la noche de una magia especial que se continuó tras finalizar la representación. Poco después llovió, tras meses sin hacerlo: la danza de la lluvia para rogar a sus dioses que la sequía terminara fue escuchada…
La despedida de los pequeños actores y actrices
Saludando al millar de espectadores
La foto de familia con los organizadores, la Penya La Porcà y los deportistas de élite
El invitado de honor con dos actores muy queridos por todos
El director con los deportistas
Otra foto en la apoteosis final: la Penya La Porcà con los deportistas
Rafael Andarias, Consuelo Femenía, Antonio Sivera, José Luis Domenech (pte de Cruz roja de Jávea) y Pedro Duque
Hemos de alabar la excelente actuación de la narradora que con su voz atrapó al público desde el principio, así como la brillante interpretación de los 36 pequeños actores y actrices, de entre 6 y 14 años, pertenecientes a todos los colegios de la localidad que bordaron sus papeles con sus interpretaciones. Asimismo, debemos destacar la labor del “Estudio de Danza Salomé Rodríguez” que logró que los niños ejecutaran a la perfección complicados bailes y danzas, que normalmente sólo están al alcance de profesionales; así como la inestimable colaboración, cuyo debut fue este año, de la “Penya La Porcà”. Tampoco podemos olvidar a la veintena de personas integrantes de la organización que hacen posible que este evento se lleve a cabo, año tras año, mediante su trabajo en las más diversas áreas: dirección, dirección de escena, guionista, regidor, el trabajo de realizar la selección musical rescatando temas originales de la cultura india, decoración de la tarima de los jugadores, montaje del tablero, vestuario, maquillaje y atrezzo.
Las cosas no salen bien por casualidad, sino que hay muchas horas de dedicación, con ensayos y preparativos para que todos los detalles estén en su sitio a la hora de ofrecer el trabajo a los espectadores.
El director Rafael Andarias, la autora de la historia Mª Rosario Henarejos y la ayudante de escenografía Fina Llopis revisando el libreto en uno de los primeros ensayos bajo la atenta mirada de los niños
Mª Rosario Henarejos y Fina Lopis revisando bocetos de vestuario y reajustando el casting de los niños
Los enamorados ensayando su escena de amor
Los vaqueros ensayando su baile en el ensayo de la víspera
Las indias ensayando la escena del bebé.
El director de escena Josep Gregori comprobando si la escena de la rendición final de los indios se ajusta al guion.