
Tú, que vienes de Cuba, ¿no has visto a Capablanca? (Yo respondo que Cuba / se hunde en los ríos como un cocodrilo verde.) / —Tú, que vienes de Cuba, ¿cómo era Capablanca? / (Yo respondo que Cuba / vuela en la tarde como una paloma triste.) / —Tú, que vienes de Cuba, ¿no vendrá Capablanca? / (Yo respondo que Cuba / suena en la noche como una guitarra sola.) / —Tú, que vienes de Cuba, ¿dónde está Capablanca? / Yo respondo que Cuba es una lágrima”.
He cometido el peor de los pecados / Que un hombre puede cometer. No he sido / Feliz. (…) Mi mente / se aplicó a las simétricas porfías / del arte, que entreteje naderías. // Me legaron valor. No fui valiente. / No me abandona. Siempre está a mi lado / La sombra de haber sido un desdichado”.
(Nicolás Guillén, Deportes)
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