Aparte de la creación del patrón xilográfico ajedrecístico (la obra tenía al menos 100 diagramas —pues se trataba de una colección de 100 problemas, partits—, del que se beneficiarían tratados posteriores), su verdadera razón de ser era dar al món la nueva forma de jugar, una verdadera revolución normativa, gestada en la misma ciudad de Valencia, dos décadas antes, como testimonia el poema Scachs d´amor, obra de 3 conocidos poetas valencianos: Bernat Fenollar, Narcís Vinyoles y Francí de Castellví. Este poema, verdadero prodigio compositivo, pues se superponen armoniosamente, como ya señalara Ricardo Calvo, los planos literarios, alegóricos y el estrictamente ajedrecístico, contiene la primera partida disputada íntegramente con reglas actuales, algo realmente extraordinario.
El 15 de mayo de 1495 en la misma ciudad de Valencia se da el paso decisivo, tras una práctica de 20 años, al internacionalizar las reglas, con el recurso a un aliado de excepción como era la imprenta.
El título completo del libro nos revela el nombre y la naturalidad de tan innovador ajedrecista: "ordenat e compost per mi Francesch vicent nat en la Ciutat de Segorb e criat e vehí de la insigne e valerosa ciutat de Valencia".
Espai Francesc Vicent 1495. Con motivo del 525 Aniversario de la edición de libro se inauguró en enero de 2020. Museo de la Imprenta, Real Monasterio de Santa María del Puig
Es tarea ímproba poder apresar aquí la importancia y las vicisitudes de la obra y de su autor, asunto al que hemos dedicado dos obras y un amplio estudio en NEBEA, para lo que remito a la lectura del artículo: "La búsqueda del Santo Grial del ajedrez".
No obstante, realizaremos aquí un apresurado resumen. Quiero destacar sobre todo los trabajos de Yuri Averbakh (Rusia), Ricardo Calvo (España), y Peter J. Monté (Holanda), en ellos ya se plantea suasoriamente la dependencia que los tratados posteriores de Lucena (1497) y Damiano (1512) tienen con la obra del segorbino Vicent.
Ahí reside la cuestión, la tragedia es ingénita al libro de Vicent: su verdad solo ha podido arrancarse merced a la investigación. En apariencia, ningún ejemplar ha sobrevivido del mítico incunable valenciano. El custodiado en la famosa biblioteca de la Abadía de Montserrat —que el erudito Vargas Ponce consulta en 1799 encontrándose con la leyenda "de la Dama" presidiendo la mayoría de los diagramas, y que es una indicación que señala que es una composición de ajedrez moderno, en oposición a las obras marcadas como "del viejo"—, según la versión oficial pudo destruirse en 1811, consecuencia del incendio producido en el asalto de las tropas napoleónicas.
El autor y el GM Miguel Illescas, en la Sala Tematizada "Valencia, Origen del Ajedrez, 1475", sita en el Complejo Petxina de Valencia. | Foto: gentileza de la revista Peón de Rey
En las últimas décadas, tal y como he narrado en mis trabajos, dos importantes novedades procedentes de Italia han arrojado una necesaria luz a la cuestión. Un documento fechado en marzo de 1506 identifica a Vicent, judío converso, con el profesor de ajedrez de la mismísima Lucrecia Borgia. Dado a conocer por Alessandro Sanvito, se conserva en el Archivo Estatal de Módena.
No menos importante fue el redescubrimiento en 1995 del códice de Cesena, fruto de la intuición de otro gran estudioso italiano, Franco Pratesi. El manuscrito es obra del mismo autor de otro conservado en la Biblioteca comunale Augusta de Perugia, con un material común, que a raíz de recientes hallazgos se había completado antes del 31 de marzo de 1501. Ambos códices, con toda probabilidad, se prefiguran como una suerte de segundo tratado de Francesc Vicent en su etapa italiana, obra de madurez, con problemas y propuestas complejas, maravillosas.
El estudio que realizamos en 2005 del ms. de Cesena terminaría por resolver de forma aquietante el misterio del contenido del Vicent, tras una espera de cinco siglos que no parecía terminar nunca: en el excelso tratado preservado en la Biblioteca Malatestiana de Cesena encontramos los 100 problemas del libro "perdido" de Vicent, sobreviviendo en varios problemas la redacción original en valenciano de Vicent, con expresiones habituales en la Valencia de finales del siglo XV, emergiendo un escenario inesperado, pues el libro de Lucena deviene en una traducción casi literal de la obra del segorbino.
En 2005, el estudio del ms. de Cesena permite reconstruir de forma fidedigna los 100 problemas del libro de Vicent
La versión en inglés del mismo libro
Sin embargo, la obra que ha dejado su impronta, una profunda huella en la Historia del Ajedrez es el libro de un misterioso autor portugués llamado Damiano. Con 8 ediciones italianas en apenas medio siglo (1512-1564), hoy sabemos que era en lo esencial una reedición del Vicent, incluyendo solo material de ajedrez moderno. Nuevos documentos que el lector puede consultar al final de este texto, sitúan la génesis del Damiano en el entorno del Papa valenciano Alejandro VI y sus hijos, y, por supuesto, del mismo Vicent: todo el material del libro de Damiano está anticipado en el ms. de Cesena.
Aun conociendo el contenido del libro de Vicent, la esperanza de recuperar al menos un ejemplar de la venerable obra es ahora más firme que nunca, especialmente con motivo de la convocatoria en 2012 del Premio Internacional "Von der Lasa" para la búsqueda del libro. La iniciativa, además de internacionalizar la búsqueda, ha permitido consolidar la existencia de un ejemplar en Estados Unidos, hoy en paradero desconocido, y cuya pista se pierde en los años 50 de la pasada centuria. Es el mismo ejemplar que el librero de Barcelona Salvador Babra vendió, en torno a 1913, en Barcelona a un rico cliente americano.
Con el libro de Vicent se da paso a la Edad Moderna del Ajedrez. Este fin de semana un serie de actos conmemorativos previstos se han tenido que aplazar por una tremenda pandemia.
Tal vez algunos de los problemas fueron creados por Vicent en una situación similar, en la epidemia de peste que sufrió Valencia en 1490.
Pero no importa, estos días, en hermoso jaque al confinamiento, se jugaran por internet en todo el mundo millones de partidas con las reglas valencianas, españolas, universales, que difundía el libro de Vicent.
No es un libro cualquiera; se trata de un tesoro bibliográfico patrimonio de la humanidad, con la gran reforma valenciana, española, del ajedrez plasmada en sus páginas, y cuyo legado nos ha llegado vigente e inmarcesible hasta nuestros días.
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