ChessBase 17 - Mega package - Edition 2024
It is the program of choice for anyone who loves the game and wants to know more about it. Start your personal success story with ChessBase and enjoy the game even more.
Moscú 1994 (una de las peores Olimpiadas de la historia porque los organizadores, y Kaspárov entre ellos, tuvieron que lograr el dinero en cuestión de semanas tras el fiasco de la candidatura griega de Tesalónica) coincide, más o menos, con el inicio de la gigantesca expansión de Internet en gran parte del mundo. Y es indudable que la red de redes ha sido un maravilloso regalo para el ajedrez: es el único deporte que se puede practicar por Internet; su enseñanza por ese medio es casi tan eficaz como teniendo al profesor o entrenador al lado; retransmitirlo en directo es mucho menos costoso que cualquier otro deporte; las bases de datos permiten acceder a seis millones de partidas en perfecto orden, jugadas desde el siglo XVI; los amigos inhumanos, que calculan millones de jugadas por segundo, nos permiten saber al instante que la última jugada de Carlsen es mala.
Por tanto, el ajedrez mundial dispone ahora de una maravillosa autopista donde antes había una carretera comarcal. Sin embargo, y salvo pocas excepciones, el ajedrez mundial es un desastre en todo lo referente a comunicación, mercadotecnia, imagen, relaciones públicas… La culpa de eso no es sólo de la FIDE, porque el problema principal es una mentalidad anquilosada y mayoritaria. ¿Cuántas federaciones nacionales tienen al menos un directivo intensamente dedicado a esas tareas fundamentales? Casi ninguna, ni siquiera la Española, que representa al país que ha organizado más torneos internacionales desde 1988 y que probablemente es la vanguardia mundial en aplicaciones sociales del ajedrez. Estos dos logros son dos buenos ejemplos de que una gran parte del progreso del ajedrez mundial en los últimos veinte años se debe a organizadores y promotores ajenos a las federaciones.
Y así seguirá siendo mientras no se ponga un especial cuidado en la imagen exterior del ajedrez; y no se rompan los falsos tabúes de que es muy aburrido y sólo apto para personas muy inteligentes. Difícilmente se borrará el bulo de que los grandes ajedrecistas están locos si el presidente de la FIDE sigue contando a los periodistas, a modo de revelación divina, cómo fue secuestrado por unos extraterrestres vestidos de amarillo una noche de septiembre de 1997. Y entre sus hazañas hay dos realmente significativas: su avión privado fue el último que despegó de Bagdad inmediatamente antes de que Bush hijo comenzase el bombardeo, en marzo de 2003; había ido a visitar a Uday Hussein, hijo de Sadam, a quien ya convenció en 1996 para que la capital iraquí fuera la sede del Mundial oficial Kárpov-Kamski (el campeón oficioso era Kaspárov); el escándalo internacional que provocó esa decisión fue tan grande que la canceló, y tuvo que organizar ese duelo en la república que presidía, Kalmikia, una de las más pobres de Rusia. Pero no se contentó con esas proezas: en agosto de 2011, dos meses antes de que lo asesinaran, el dictador libio Muamar el Gadafi recibió a Iliumyínov y jugó al ajedrez con él; para mayor escarnio histórico, son las últimas imágenes televisivas de Gadafi antes de su muerte. Me consta que varios directivos de la FIDE han pedido seriamente a Iliumyínov que deje de frecuentar compañías tan asquerosas, al menos en público, pero él piensa de otra manera: el 28 de abril de 2012 se fotografió con Bachar al Assad, el sanguinario presidente sirio, en el despacho de éste, cuando se cumplía poco más de un año de guerra civil en ese país.
“Lo que falta en el mundo no es dinero, ni petróleo ni gas, sino personas inteligentes; cambiemos el mundo a través del ajedrez”, sostiene Iliumyínov. Por utópico que pueda sonar, me parece una frase acertada como lema de propaganda, en la misma línea de la frase de Kárpov, que mencioné aquí, sobre resolver las enemistades entre los países enfrentando a sus mejores ajedrecistas. Pero es obvio que Iliumyínov no demuestra ser una persona muy inteligente haciendo las cosas que hace; así es poco menos que imposible que logre grandes patrocinios internacionales; si él sigue al frente de la FIDE, el dinero seguirá viniendo casi siempre de oscuras fuentes rusas. Y, a pesar de su centenar de visitas a ministros de Educación para introducir el ajedrez masivamente en los colegios –no niego que su interés en ese asunto fundamental sea muy sincero-, muchos no querrán ligar su imagen con la de un tipo tan excéntrico, para que no les salpique.
Respondo de inmediato a los lectores que se hacen preguntas muy lógicas: Kaspárov no ofrece garantías de que vaya a ser mucho mejor presidente; algunos rasgos de su carácter (falta de diplomacia, cierta arrogancia, impulsividad) no son los apropiados para presidir un organismo con 181 países afiliados; en el pasado cometió errores graves, que él mismo reconoce, como el cisma de 1993, y no logró mantener patrocinios importantes (IBM, Intel…) tras conseguirlos con gran mérito.
Pero sería una injusticia flagrante no reconocer sus abundantes aportaciones, su carisma arrollador cuando lo emplea, su energía descomunal a pesar de que ya tiene 51 años, sus contactos al más alto nivel político y económico en muchos países, su enorme popularidad incluso fuera del ajedrez. A pesar de sus acusados defectos, Kaspárov es una imagen de marca mucho mejor que la de Iliumyínov; quien niegue esto, se está engañando, no entiende nada del asunto o ha sido cegado por conflictos personales. Por tanto, dar una oportunidad de cuatro años a una de las figuras más brillantes del ajedrez en más de quince siglos de historia documentada parece una aspiración muy razonable. Si lo hace mal, será muy fácil darle una patada dentro de cuatro años. La alternativa es seguir con los mismos dirigentes anquilosados (algunos, como el griego Makrópulos, presidente adjunto y verdadero hombre fuerte del aparato, llevan 30 años en la FIDE), incapaces de aprovechar esa magnífica autopista que nos ha dado Internet para que el ajedrez mejore exponencialmente.
Este lunes sabremos si la ayuda masiva de las embajadas rusas al actual presidente, la inyección de dinero en su campaña que nadie sabe de dónde viene (hay indicios sólidos de que su fortuna es ahora mucho menor que hace unos años, en buena parte por culpa de las sanciones internacionales a Rusia), el desinterés de algunos delegados por todo aquello que no sea su propio beneficio, y los graves errores cometidos por Kaspárov en su campaña (sobre todo, no haberla empezado hace cuatro años), forman un muro imposible de saltar para el excampeón del mundo, aunque sus ideas principales encajen muy bien con el sentido común y marquen claramente el camino que debe seguir el ajedrez en el siglo XXI. Es decir, este lunes sabremos si (para la FIDE y quienes tienen el poder de cambiarla) veinte años no son nada.
Texto: Leontxo García
Viernes | 01.08.2014 | Inauguración a las 19:30 en la Sala Skarphallen Reunión de árbitros: 21:30 en la Chess Olympiad Arena |
Sábado | 02.08.2014 | Reunión técnica de los capitanes: 09:00 Chess Olympiad Arena Ronda 1: 15:00 Chess Olympiad Arena |
Domingo | 03.08.2014 | Ronda 2 14:00 Chess Olympiad Arena |
Lunes | 04.08.2014 | Ronda 3 14:00 Chess Olympiad Arena |
Martes | 05.08.2014 | Ronda 4 14:00 Chess Olympiad Arena |
Miércoles | 06.08.2014 | Ronda 5 14:00 Chess Olympiad Arena |
Jueves | 07.08.2014 | Día de descanso |
Viernes | 08.08.2014 | Ronda 6 14:00 Chess Olympiad Arena |
Sábado | 09.08.2014 | Ronda 7 14:00 Chess Olympiad Arena |
Domingo | 10.08.2014 | Ronda 8 14:00 Chess Olympiad Arena |
Lunes | 11.08.2014 | Ronda 9 14:00 Chess Olympiad Arena + elecciones presidenciales de la FIDE |
Martes | 12.08.2014 | Ronda 10 14:00 Chess Olympiad Arena |
Miércoles | 13.08.2014 | Día de descanso |
Jueves | 14.08.2014 | Ronda 11 11:00 Chess Olympiad Arena Clausura: 20:00 en la Sala Skarphallen |
Viernes | 15.08.2014 | Salida |