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Antes de que llegara a esas alturas, Zhu fue campeona femenina de su país en los años 1992 y 1994 (en Beijing) y 1996 (en Tainjin). En 1997 será subcampeón del torneo de China absoluto, una actuación especialmente fenomenal ya que debió enfrentar a varones, siempre en la capital del país.
Previamente, había tenido un logro singular al ser el primer jugador chino de cualquier género en obtener un título internacional, lo que se dio al vencer en el campeonato mundial femenino sub12 en Timișoara, Rumania en 1988 oportunidad en la cual, entre los «varones», habrá de imponerse otra mujer, la húngara Judit Polgár (nacida en 1976).
Viéndose que el techo distaba de estar aún por verificarse, se la aprecia ser campeona mundial juvenil en los años 1994 y 1996, en Matinhos (Brasil) y Medellín (Colombia), respectivamente. En el 2000 debuta en el campeonato mundial de mujeres pero, siendo una de las favoritas (estaba preclasificada cuarta entre las sesenta y cuatro intervinientes), pierde en la primera ronda con la norteamericana (de origen ucraniano) Irina Krush (nacida en 1983), por 1.5 a 0.5, en Nueva Delhi, India.
Su cénit deportivo se dará cuando, con veinticinco años de edad, al vencer por 5 a 3 a la rusa Aleksandra Kosteniuk (nacida en 1984) en la final, se alce con ese ansiado campeonato mundial de ajedrez femenino, en competencia disputada en Moscú, en 2001, por lo que ostentará la corona desde su consagración hasta el 2004.
En aquella prueba era la sexta preclasificada, siendo la primera en el escalafón previo la local Alisa Galliamova (nacida en 1972), delante de la excampeona del mundo, la georgiana Maia Chiburdanidze (nacida en 1961). Se resolvía todo en el marco de un torneo por eliminación, del que participaban 64 jugadoras.
En la final igualan en dos (sin tablas en los cuatro cotejos) Zhu y Kosteniuk, mas en el desempate en partidas rápidas la china prevalecerá por 3 a 1, alcanzando la gloria. Su prueba de fuego no obstante había sido en la instancia semifinal, en la que había vencido a Chiburdanidze por 2.5 a 1.5.
En 2004, estando en periodo de gestación de su primera hija, y atendiendo a que la FIDE convoca al torneo por el campeonato del mundo femenino en Batumi con apenas un mes de antelación, decidirá no participar, por lo que cederá el título. Y ya nunca más tendrá, pese a varios intentos, posibilidad de recuperarlo.
En ese mismo 2001 habrá de emigrar de su país. En el 2000 se había casado en secreto con Mohammed Al-Modiakhin (nacido em 1974), un muy buen ajedrecista de Catar, y alguien que forma parte de la nobleza real del país. Se habían conocido en Malasia en 1994 en el macro de una competencia. Se habrán de unir, proviniendo de dos culturas tan diversas, y pese a la oposición que sufrieron desde ambas familias. habiendo Zhu de nacionalizarse catarí en 2006. Desde entonces, representa a esa nación en pruebas internacionales.
Fruto de ese matrimonio surgirán dos hijas, Dana e Hind, nacidas en 2004 y 2010, respectivamente. En su nuevo destino adoptará la religión musulmana y pasará desde ahora a llamarse Muhammad Chen. Su vida cambió radicalmente y, de hecho, la familia de su esposo aún quiere que tome una segunda esposa confiando además que de ese modo tendrá el padre el hijo varón que el patriarcado exige.
Su marido es GM, el primero de su patria, considerado por muchos el mejor jugador árabe del siglo XX. En Olimpíadas obtuvo medalla de oro al mejor primer tablero en Ereván 1996 y en Elistá 1998, habiendo sido en igual posición medalla de bronce en Moscú 1994 y en Bled 2002, unos logros muy preciados para su Qatar y una geografía que no suele estar en el radar del mundo del ajedrez por sus exponentes sino, en todo caso, por la organización de torneos.
Para Zhu ese 2001 es particularmente inolvidable en su vida: se consagra campeona mundial de mujeres, por lo que se le adjudica el título máximo de ajedrez cual es el de Gran Maestro y su ranking ELO alcanza los 2.548 puntos y se casa con Mohammed, habiéndose de mudar de residencia y asumiendo la representatividad de un nuevo país. Un año de logros y de cambios. Otro, se recibe de economista en la Universidad de Tsinghua en Beijing, en carrera que había comenzado en 1995.
Tras ese periodo dorado, casarse y mudarse, no habrá de poder ratificar ulteriormente, al menos en el campo ajedrecístico, ese fluido devenir producto de su talento. Ya no volverá a esas cumbres a las que de todos modos pocas alguna vez arribaron. Pruebas al canto, aún representando a China, en el campeonato mundial femenino de 2006, en que estaba preclasificada en la posición octava, pierde clara e inesperadamente en la primera ronda ante la cubana Maritza Arribas (nacida en 1971) por 2 a 0.
Se registra su ausencia en el 2008 y, cuando regresa en 2010, ya lo hace en representación de Qatar. Para entonces fue preclasificada en el puesto diecinueve, entre las 64 participantes, teniendo un buen desempeño ya que arriba a la tercera instancia en donde pierde con Hou Yifan (nacida en 1994), por 2.5 a 1.5, quien esa vez, como tantas otras, se habrá de consagrar campeona mundial. En el 2012 está preclasificada N° diecisiete y, esta vez, pierde en la segunda ronda ante la búlgara Antoaneta Stefanova (nacida en 1979), una excampeona del mundo (del 2004) que, esta vez, llegará a la instancia definitoria.
En 2017, siendo el organizador Teherán (capital de otro país musulmán, así como el que desde hace tanto tiempo es el suyo propio), regresa Zhu a la competencia, estando esta vez preclasificada en la posición 33, oportunidad en la que vuelve a caer por 1.5 a 0.5 en la segunda ronda, ante la china Ju Wenjun (nacida en 1991), alguien que esa vez no llegó a ser campeona mundial, título que alcanzó más tarde (y que aún ostenta). No se aprecia que la jugadora qatarí en ulteriores ocasiones haya intervenido en esta clase de competencias.
Volviendo a aquel año mágico y bisagra de 2001, en que consolidó su éxito en su querido ajedrez, mas fue también un punto de inflexión marcando en la bifurcación del camino la opción por el privilegio de la vida familiar, con su marido y las hijas que vendrían, por encima de lo social y su carrera frente al tablero.
De todos modos, como despedida a su país, y quizás a la brillantez de su carrera deportiva, llevará a China a la medalla de oro olímpica en el 2002 en Bled, aunque en esa oportunidad su actuación personal no fue del todo deslumbrante. Ya había sido también campeona olímpica en 1998 en Elistá y en 2000 en Estambul, sumando a la presea de plata colectiva de 1996 en Ereván y la de bronce en 1994 en Moscú, cuando se produjo su debut en esta clase de competencias.
En ese marco, pasó de ser reservista en esta ocasión primera, cuando es asimismo bronce individual; a tener una espectacular performance en 1996, cuando su actuación fue la mejor de todas las participantes, equivalente a 2.561 puntos ELO ascendiendo ya al segundo tablero, con obvia recompensa dorada a su persona. En 1998 desde esa misma posición contribuye a la primera medalla de oro olímpica de China en la historia, finalizando en condición de invicta aunque, por exceso de empates, no accede a medalla alguna en su tablero.
En esa misma posición en el 2000 es doble medalla de oro (colectiva e individual) y, nuevamente, registra la mejor actuación entre todas las participantes, permaneciendo imbatida y con una performance de 2641 puntos. Siendo campeona del mundo, se despide de estas competencias en 2002, ya como primer tablero, aportando al oro de su país pero con un desempeño personal modesto.
Zu, representando en Olimpíadas a Qatar, ya no lo hará en la prueba femenina sino en la abierta. Debuta en esa condición en Turín en 2006, ocupando el tercer tablero, con una actuación por encima del promedio, incluyendo buenos resultados como un triunfo ante el GM islandés Jóhann Hjartarson (nacido en 1963), alguien que por entonces superaba los 2.600 puntos ELO. La jugadora volverá en el 2010 en Janti-Mansisk y en el 2014 en Tromsø . En la primera ocasión, tiene una buena performance de más del 60% de los puntos (una sola derrota en once encuentros) y, en el segundo caso, siempre en el tercer tablero, no llega a cubrir la media.
Tiempo más tarde, siempre ya como referente catarí, se la verá muy recientemente, en 2018, ser electa como Tesorera de la FIDE y desarrollando actividades vinculadas al juego, más bien en faceta divulgativa o de formación (en 2013 funda con su nombre una academia en China). Pero ya ha parece haber quedado definitivamente atrás la enjundiosa jugadora que había sabido ser antaño, fundamentalmente en el tiempo en que representó a su país natal.
En el contexto cultural al que se incorporó, de valores y creencias tan distintas que las que supo tener en su origen, tal vez el ajedrez para Zhu debió quedar en un segundo plano. Es impensable saber cómo hubiera evolucionado su carrera ajedrecística de haber permanecido en un contexto deportivo más fluido. Pero eso no es relevante, lo es que haya optado por lo que la hiciera más feliz y plena. En cualquier caso, está claro que algunas estratégicas decisiones de vida, marcan los destinos cambiándolos definitivamente.
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