Aprende y entrena ajedrez. El clásico entre los programas de enseñanza de ajedrez para niños. Pensamiento estratégico, gimnasia para el cerebro, emoción por la competición, jugar y pasarlo bien con una enorme ración de conocimientos ajedrecísticos. Esta extraordinaria y galardonada aventura de ajedrez incluye todo eso y mucho más.
El término ecosistema proviene de la biología y se refiere a un sistema o estructura bilógica “constituido por una comunidad de organismos vivos o biocenosis y un medio físico donde se relacionan o biotopo. Una entidad compuesta por un conjunto de organismos interdependientes que comparten el mismo hábitat o ambiente entre los que se establecen relaciones de interdependencia.
Esta concepción gana cada día más terreno en diversas aplicaciones en dominios de la educación; por lo que, al hablar de “ecosistema educativo” nos estaremos refiriendo al conjunto de “ecosistemas escolares” los cuales responden a las particularidades de cada institución educativa o de un grupo de ellas que comparten espacios vitales, trabajan en equipo y construyen sus propios ecosistemas de aprendizaje. Se trata entonces, de una transferencia o aplicación directa de un constructo proveniente de la ecología al campo de la educación. Según A. Bronfenbrenner (1986):
“El ecosistema educativo se fundamenta en el paradigma ecológico integrado por un medio de vida que implica a organismos vivos y objetos que se inter-influencian entre ellos y que existe un carácter dinámico en donde cada elemento es a la vez origen y objeto de influencia por vía de reciprocidad”.
En este enfoque se intenta comprender el comportamiento definiéndolo como la resultante de un intercambio mutuo y recíproco entre el organismo y el medio. De tal manera que Bronfenbrenner concibe al ambiente ecológico como un conjunto de estructuras seriadas y estructuradas en diferentes niveles, en donde cada uno de esos niveles contiene al otro.
Además, este autor clasifica esos niveles en cuatro subconjuntos: el microsistema, el mesosistema, el exosistema y el macrosistema.
El microsistema constituye el nivel más inmediato en el que se desarrolla el individuo (usualmente la familia y la escuela); el mesosistema comprende las interrelaciones de dos o más entornos en los que la persona en desarrollo participa activamente; al exosistema lo integran contextos más amplios que no incluyen a la persona como sujeto activo; finalmente, al macrosistema lo configuran la cultura y la subcultura en la que se desenvuelve la persona y todos los individuos de su sociedad.
Partiendo de esta concepción, tal y como la entendemos en la Comisión de Ajedrez y Educación FIDE, es fundamental que podamos involucrar activamente a toda la organización ajedrecística de nuestros países con los actores fundamentales de la escuela: desde las autoridades educativas, el supervisor, el director, los padres de familia, los alumnos, el personal docente y administrativo.
Por ello, en el proceso de creación de esta visión, es necesario que todos participen a través de una estructura organizada mediante la cual puedan manifestar sus opiniones e intereses. En particular, sobre los resultados y evidencias obtenidas de experiencias relacionadas con las ciencias cognitivas que parecen ratificar que el estudio sistemático y prolongado del ajedrez. potencia habilidades del pensamiento.
El juego del ajedrez es un dominio complejo; su ejecución exige la manifestación de habilidades cognitivas y ejecutivas. Entre las cognitivas se encuentran las ya citadas: atención, memoria, lenguaje, etc.
Los expertos estiman que jugar ajedrez implica ciertos niveles de habilidad aritmética y geométrica, de inteligencia viso-espacial y lógico-matemática y diseñar juegos o ejercicios matemáticos con material de ajedrez puede ser una forma sencilla y divertida para facilitar procesos de aprendizaje a los niños.
Por ejemplo, los investigadores Gilbert y Burgess, 2008; Lezak, 2004, definen las funciones ejecutivas como “un conjunto de habilidades implicadas en la generación, la supervisión, la regulación, la ejecución y el reajuste de conductas adecuadas para alcanzar objetivos complejos, especialmente aquellos que requieren un abordaje novedoso.
Según Anderson (2008), los elementos claves que incluyen las funciones ejecutivas son: la anticipación y desarrollo de la atención, el control de impulsos y auto-regulación, la flexibilidad mental y utilización de la realimentación, la planificación y organización, la selección de forma efectiva de estrategias para resolver problemas y la monitorización.
Con base en los elementos señalados por Anderson, en el ajedrez pueden manifestarse las siguientes: la anticipación y desarrollo de la atención, el control de impulsos y auto-regulación, la flexibilidad mental, la planificación y organización, la selección de estrategias para resolver problemas.
El pensamiento o razonamiento abstracto es un conjunto de habilidades u operaciones cognitivas, basadas en la reorganización de conceptos abstractos, llevadas a cabo con la finalidad de producir información nueva en forma de conclusión. Un tipo de conducta de tipo privado en el que los conceptos con los que se trabaja son altamente abstractos.
En este sentido, el ajedrez enseña a pensar en forma abstracta. A los niños se les guía a distanciarse de los detalles y a considerar el conjunto general. También aprenden a tomar modelos o patrones, utilizados en un contexto para transferirlos a situaciones diferentes, pero relacionadas.
Sí. Algunas investigaciones sugieren que el ajedrez desarrolla habilidades intelectuales como la memoria, la concentración, la visualización, la perseverancia, la toma de decisiones, la estética, algunas capacidades asociadas al deporte, etc. Además, no sólo es un desafío mental, sino que atrae tanto a alumnos sobre dotados, como a estudiantes de todos los niveles de aprendizaje. Muchos estudiantes que han estado experimentando problemas, particularmente en las áreas de lectura y matemática. En ocasiones demuestran un progreso notable después de aprender ajedrez. Al parecer, el ajedrez hace a los niños más inteligentes.
Entonces, podemos concluir que la incorporación de programas de ajedrez en el ecosistema escolar está soportada sobre evidencias experimentales que resaltan los beneficios de una actividad lúdica que desarrolla atención, memoria y pensamiento estratégico; produciendo, además, mejoras en el rendimiento académico general de los escolares.
¿Se acuerda de cómo aprendió a jugar al ajedrez? ¿Tal vez fue de la manera típica, clásica: con el abuelo como profe que nunca perdía la paciencia? ¿O en el club de ajedrez, en uno de esos cursillos dados por un tío algo raro pero a la vez simpático? ¿Quizá fue un autodidacto, que aprendió con la ayuda de un libro de bolsillo? Ahora ChessBase y la renombrada editorial alemana Terzio, especializada en software para niños, acaban de publicar un programa interactivo de enseñanza para aprender y entrenar ajedrez.
El pequeño Fritz (2ª parte) Ajedrez en el Castillo Negro
Después del gran éxito de “El pequeño Fritz – Aprende y entrena ajedrez“, por fin llega la segunda parte de la historia.
Aprende y entrena ajedrez. El clásico entre los programas de enseñanza de ajedrez para niños. Pensamiento estratégico, gimnasia para el cerebro, emoción por la competición, jugar y pasarlo bien con una enorme ración de conocimientos ajedrecísticos. Esta extraordinaria y galardonada aventura de ajedrez incluye todo eso y mucho más.
Blanco, U. (2023). Ajedrez, ciencia cognitiva y educación. Amazon.
ChessBase. Nuestra visión del ajedrez en las escuelas. Uvencio Blanco Hernández, 11/06/2020.
Christensen, J. (2016). A critical reflection of Bronfenbrenner s development ecology model. Problems of Education in the 21st Century, 69(1), 22-28.
Anuncio |