¿Se acuerda de cómo aprendió a jugar al ajedrez? ¿Tal vez fue de la manera típica, clásica: con el abuelo como profe que nunca perdía la paciencia? ¿O en el club de ajedrez, en uno de esos cursillos dados por un tío algo raro pero a la vez simpático? ¿Quizá fue un autodidacto, que aprendió con la ayuda de un libro de bolsillo? Ahora ChessBase y la renombrada editorial alemana Terzio, especializada en software para niños, acaban de publicar un programa interactivo de enseñanza para aprender y entrenar ajedrez.
El pequeño Fritz (2ª parte) Ajedrez en el Castillo Negro
Después del gran éxito de “El pequeño Fritz – Aprende y entrena ajedrez“, por fin llega la segunda parte de la historia.
En el caso del ajedrez, específicamente cuando trabajamos con niños y jóvenes que se inician en el estudio serio del juego y, sobre todo, en el momento en que manifiestan “hambre” de competir, la identificación y desarrollo de las habilidades necesarias para un mejor desempeño en este deporte, es un tema fundamental.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que las habilidades intelectuales describen diferentes cualidades de la personalidad de un individuo, que intenta ejecutar una actividad con éxito. Estas se identifican por ser acciones de la actividad cognoscitiva, al integrar y sistematizar procesos lógicos. Presentan un elevado nivel de pensamiento abstracto y relacionan varias operaciones parciales con algunas acciones más complejas.
Pero, ¿cómo medir la dimensión de esta actividad? Con la aplicación de test específicos, se intenta medir la envergadura de la dinámica intelectual; por ejemplo, la memoria: o habilidad para registrar, almacenar, retener y recordar información recibida en el corto, mediano o largo plazo.
También la comprensión verbal o capacidad para entender lo que se lee, se oye o escribe; la aptitud numérica o destreza para el cálculo, precisión numérica y velocidad para resolver asuntos de matemática y otras importantes como el razonamiento inductivo, el razonamiento deductivo, la visualización espacial y la velocidad perceptual.
Por otra parte, al hablar de habilidades cognitivas, nos estamos refiriendo a todas aquellas aptitudes basadas en el cerebro que son necesarias para la adquisición de conocimiento, manipulación de la información y el razonamiento.
Las mismas, están asociadas con los mecanismos de cómo las personas aprenden, recuerdan, resuelven problemas y prestan atención. Dichas habilidades alcanzan los dominios de percepción, atención, memoria, aprendizaje, lenguaje y toma de decisiones.
Es por ello, que desde la ciencia cognitiva se ha generado una serie de teorías relativas al funcionamiento de la mente humana. Algunas de ellas exploran el lenguaje y el procesamiento visual; en tanto módulos autónomos y sus interacciones con otras funciones. Los cognitivistas estiman que el funcionamiento cognitivo es la habilidad que muestra un individuo, para ejecutar las diferentes acciones mentales más estrechamente asociadas con procesos de aprendizaje y de resolución de problemas.
En este caso, hablamos de habilidades como la verbal, numérica, espacial, velocidad de procesamiento y psicomotora. Además, interesa la investigación de temas teóricos relacionados con el procesamiento de la información humana, la expertez y el pensamiento, por medio del ajedrez.
Concretamente, el juego de ajedrez abarca diferentes dominios de la función cognitiva; porque demanda percepción, atención y memoria, entre otros. Por consiguiente, es válido preguntarnos si estas habilidades cognitivas pueden ser adquiridas; inclusive, desarrolladas. Una buena noticia es que la ciencia cognitiva nos da respuesta positiva a esta interrogante. Las habilidades cognitivas si pueden adquirirse; sin embargo, debemos tomar en cuenta que, por la diversidad de matices y puntos de vista, su estudio es de una gran complejidad.
La investigación sobre los procesos de adquisición de habilidades cognitivas, se origina a comienzos de la década de los 70 con el estudio de la solución de problemas. Al principio, se trataba de problemas libres de contenido en los que el individuo explicaba, en voz alta, su razonamiento mientras resolvía el problema. Así mismo, se desarrollaron estudios sobre dos contenidos importantes relacionados con este tipo de ganancias: el razonamiento y la toma de decisiones.
En cuanto al razonamiento, se estudiaba cómo el individuo llegaba a una conclusión, a partir de una combinación de inferencias mentales; mientras que, con la toma de decisiones, los investigadores trabajaban la forma en que las personas hacían una elección dada, bajo circunstancias de incertidumbre.
Esto quiere decir que hace ya 50 años, la investigación cognitiva mostraba interés por la forma en que resolvemos problemas que requieren mucho más conocimiento, que los tipos de problemas más simples.
Como ejemplo, están los problemas relacionados con dominios como el ajedrez, la matemática, la física y la química; los cuales están mucho más cerca de los inconvenientes y dificultades reales; además de estar presentes en nuestra vida cotidiana.
Posteriormente la investigación verificó que la solución de este tipo de problemas, demanda la adquisición de un conocimiento previo en dicho dominio, desarrollado durante un largo periodo de tiempo. Esto es particularmente palpable en el ajedrez; por lo que los investigadores se han interesado en analizar la influencia del ajedrez en el rendimiento cognitivo de sus practicantes.
Ahora estamos ingresando en la experiencia novato - experto. Esto es, el estudio de problemas de un dominio que se hace comparando la solución obtenida por personas novatas y por expertas; en ese dominio especifico.
Así, la investigación relacionada con el ajedrez y la psicología de las habilidades expertas se ha desarrollado en dos áreas diferentes: la de investigaciones con sujetos expertos para averiguar distintos procesos psicológicos: como la percepción, la memoria y la imaginación y, la correspondiente a la naturaleza de las habilidades expertas en sí mismas.
De tal manera que estudios sobre la adquisición de la expertez; en pocas palabras, las diferencias encontradas entre novatos (ajedrecistas jóvenes que se inician en el estudio de esta disciplina) y expertos (ajedrecistas con conocimiento amplio y años de experiencia en el estudio y practica del ajedrez; inclusive, maestros), en la representación del conocimiento y en el papel que tiene la práctica en el desarrollo de esa expertez, sirve de enlace con la investigación sobre adquisición de habilidades cognitivas generales.
Ahora bien ¿qué resultados experimentales podemos mostrar para apoyar estas afirmaciones? En las últimas 5 décadas de investigación cognitiva, varios estudios arrojan luz sobre este tema. En este sentido, Sala y Gobet (2016) afirman que “de hecho, el estudio de la memoria y percepción de los ajedrecistas ha contribuido significativamente a nuestra comprensión de la experiencia en muchos otros campos, como la música y la programación de ordenadores”.
En esa misma línea de acción encontramos que, entre los más relevantes, está el de Alexander P. Burgoyne y otros (2016), quienes publicaron un estudio titulado “La relación entre la capacidad cognitiva y la habilidad ajedrecística: Un meta-análisis exhaustivo”. Allí se preguntaban ¿Por qué algunas personas son más hábiles en dominios complejos que otras?
Pues, en el meta-análisis desarrollado consiguieron las siguientes relaciones entre la capacidad cognitiva y la habilidad en el ajedrez.
El primer lugar, que la habilidad en ajedrez correlacionó positiva y significativamente con: el razonamiento fluido, la comprensión-conocimiento, la memoria a corto plazo y la velocidad de procesamiento.
En segundo lugar, consiguieron que la edad moderaba la correlación entre razonamiento fluido y la habilidad ajedrecística.
En tercer lugar, consiguieron que la habilidad ajedrecística se correlacionó más fuertemente con la habilidad numérica que con la habilidad verbal o la capacidad viso-espacial.
Finalmente, estos investigadores sugieren que la capacidad cognitiva contribuye de forma significativa a las diferencias individuales en la habilidad ajedrecística; especialmente en los ajedrecistas jóvenes y/o en los niveles más bajos de habilidad los novatos de diferentes edades).
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