Bobby Fischer 1970 (II): Cambiante, generoso, amigable

por Günther Langhanke
14/10/2019 – Nuestro reportaje sobre las simultáneas olvidadas de Bobby Fischer en Münster evocaron recuerdos. Günther Langhanke fue uno de los rivales del campeón, pero también fue el responsable de llevarlo del hotel de Siegen hasta Münster. Langhanke comparte sus recuerdos del excéntrico estadounidense: de humor cambiante, amigable y generoso. | Photo: Norbert Rauch

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Conociendo a Bobby Fischer

El artículo de André Schulz sobre las simultáneas de Bobby Fischer en 1970 evocaron recuerdos. Después de todo, fui yo el que recogió a Fischer de su hotel en Siegen para llevarlo a Münster; también fui yo quien lo acompañó de vuelta a Siegen tras la exhibición.

Tenía 22 años en esa época y estaba estudiando Economía en la Universidad de Münster. Había trabajado como asistente en la Olimpiada de Siegen (al igual que Otto Borik, el actual editor jefe de la revista alemana de ajedrez Schachmagazin 64). Nuestro trabajo consistía en entregar la notación de las jugadas en un formato legible para ser incluidas en el boletín diario que se imprimía por las noches.

Dado que recién había regresado de una larga estadía en Inglaterra mi nivel de inglés era aceptable, por lo que Norbert Rauch, el presidente del club de ajedrez de Münster, me pidió que recogiera a Fischer de su hotel y lo llevara a Münster en tren... una tarea más complicada de lo que había imaginado en principio. De hecho, casi no logramos hacer el viaje.

Günther Langhanke, Robert Fischer

Fischer acompañado por Günther Langhanke (izq.) y Norbert Rauch (der.), el organizador de la exhibición de simultáneas

Llegué al hotel cerca al mediodía. Pero los empleados del hotel se mostraron vacilantes cuando les pedí que molestaran a Fischer a esa hora del día. Simplemente se rehúsaban a molestar al excéntrico estadounidense.

Sin embargo, la recepcionista me dio el número de la habitación de Fischer y puso el teléfono en mis manos. Conseguí llamarlo y darle mi mensaje, sin olvidar mencionar el nombre Hort. Fischer respondió que bajaría inmediatamente al recibidor, y yo pedí al recepcionista que llamara un taxi que nos pudiera llevar a la estación.

Diez minutos habían pasado y Fischer no aparecía. Comenzaba a ponerme nervioso y tenía la mirada recelosa del recepcionista fija en mí. Volví a contactarme con Fischer, mencionando que nuestro tren partiría pronto. Fischer volvió a prometer que no tardaría en bajar. Y dos minutos más tarde estaba en el recibidor. Todo lo que llevaba era una copia del último número del Informador.

Pero los empleados del hotel no se habían molestado en llamar un taxi. Aparentemente, consideraron que hacerlo era innecesario, pues nadie creía que Fischer mantendría su promesa.

Afortunadamente, un aficionado al ajedrez estadounidense apareció inadvertido y ofreció llevarnos en carro hasta Münster. Pero Fischer rechazó la oferta. Al menos persuadí al aficionado a que nos llevara a la estación. Yo todavía no había comprados los boletos. Estuvimos a nada de perder el tren.

En el tren, Fischer se mostró muy predispuesto a conversar e inquirió repetidamente sobre las radios alemanas y detalles técnicos relacionados con ellas. Su ajedrez de bolsillo fue usado para analizar la partida Uhlmann versus Spassky de la Olimpiada de Siegen. Fischer estaba tratando de demostrar que Uhlmann había desaprovechado una oportunidad de ganar (la partida había terminado en tablas). En la Olimpiada, yo anoté las jugadas de esta partida y también había seguido de cerca la sesión post-mortem de los protagonistas, lo que me permitió contribuir al análisis de Fischer.

Terminada la exhibición, Fischer una vez más se mostró muy amigable y, junto a otros ajedrecistas, fuimos a cenar a un restaurante de comida china.

Cuando le preguntaron quién consideraba como el más fuerte de sus veinte oponentes, nombró a Ulrich Nehmert, con quien había igualado. De hecho, Ulrich era nuestro jugador más fuerte.

Me parece que Fischer estaba particularmente contento con el hecho de que todos fuéramos más joven que él. Dejando de lado a Norbert Rauch, todos éramos estudiantes y estábamos relajados en su compañía. Los "dignatarios" que suelen participar en simultáneas simplemente no estaban presentes.

El día siguiente lo llevé de vuelta a su hotel en Siegen y me agradeció por el esfuerzo, además de regalarme su ajedrez de bolsillo fabricado con cuero argentino. Le pedí que lo firmara y todavía lo tengo conmigo hasta el día de hoy.

Norbert Rauch, el organizador de la exhibición, pronto dejó el ajedrez y se volvió dentista. De cualquier manera, es bueno saber que ha guardado los documentos de ese evento durante tanto tiempo.

Langhanke, el segundo jugador desde la derecha, abrió 1.e4 c5 2.Cf3 a6

Incluyo aquí la copia de mi planilla original:

Langhanke score sheet

Günther Langhanke

Fischer simplemente entregó la calidad. Pensé que seguiría jugando, pero abandonó inmediatamente después de ver mi jugada. Tal vez quería enfocarse en otras partidas.

Las partidas de la exhibición

 

Traducción del inglés: Carlos Colodro

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Günther Langhanke comenzó a jugar ajedrez a los diez años y luego fue parte del equipo SK Münster en la Bundesliga Alemana. Fue maestro de profesión y ahora está retirado. En la Olimpiada de 1970 en Siegen, Langhanke trabajó como asistente, y en las simultáneas que Bobby Fischer dio en Münster el mismo año consiguió vencer al futuro campeón del mundo.

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