Carlos Palacios Toscano, arbitro referente del ajedrez cubano

por Uvencio Blanco Hernández
16/08/2024 – En mi opinión, Carlos Palacios Toscano encarna lo mejor de un árbitro de ajedrez. Una figura de integridad y equidad, conocido por su rigurosa adherencia a la norma y con un inquebrantable sentido de justicia. Su carisma y habilidades sociales lo hicieron accesible y respetado por grandes del tablero, colegas y comunicadores, garantizando un entorno de competición donde la imparcialidad y el respeto mutuo prevalecían. Artículo por Dr. Uvencio Blanco. | Foto: Archivo particular de Jesús G. Bayolo

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Árbitro y cronista de fina pluma

Carlos Antonio Palacios Toscano, fue un árbitro, periodista, cronista y conferencista de ajedrez, considerado como el mejor de la historia del ajedrez cubano. Entusiasta continuador de la obra de Andrés Clemente Vázquez (1844 – 1901), quien fuera el primer historiador del ajedrez cubano. Palacios Toscano era apreciado por su personalidad, fina pluma y amplia cultura general; habilidad que le permitió ser director de varias revistas ajedrecísticas y co-fundador de otras.

Estricto en la organización de los torneos y en la aplicación del reglamente; era poseedor de gran don de gentes que le facilitaba la comunicación con ajedrecistas, colegas y organizadores; convirtiéndose en una cátedra y un modelo a imitar por las nuevas generaciones.

Más allá de un oficio, Palacios Toscano -nacido en La Habana - Cuba, un 4 de noviembre de 1904- entendía el ejercicio del arbitraje ajedrecístico como un arte. En varias ocasiones se refirió al mismo, de la siguiente manera:

El arte del arbitraje depende de la cambiante condición humana y puede ser bueno o malo según la influencia de ese factor en combinación con la inteligencia natural y la aptitud para desempeñar el cargo.

Más adelante y después de haber ejercido varios trabajos mal remunerados, inicia sus primeros pasos en el periodismo. Ya cuenta con la mayoría de edad y ha superado períodos de extrema pobreza y discriminación racial por el oscuro color de su piel. De hecho, en 1933 fundó el Club ”Caissa” en un intento por “contrarrestar la discriminación racial al no admitir -en la mayoría de los clubes- socios “de color”.

Sin embargo, su formación familiar e inclinación por las mejores causas, entre ellas las sindicales, le impulsan a mejorar su formación académica y completar su cultura general e, inclusive, comenzar con el estudio de varios idiomas extranjeros.

De amplia cultura y mejor servidor del ajedrez

Los artículos de Palacio Toscano, escritos por casi 6 décadas, son el reflejo de una cultura extraordinaria. Una de sus primeras colaboraciones, firmada con el pseudónimo de “K. Arlos” para el diario “La prensa”, aparece el 30 de enero de 1925. Pero al mismo tiempo, también colaboraba con la revista deportiva “Fanático”.

1925 fue un año clave para Palacios Toscano, por ejemplo, ese mismo año conoció -en una sesión de simultáneas- a José Raúl Capablanca y Graupera, entonces flamante campeón mundial de ajedrez y uno de los ídolos deportivos de América. Una aproximación que se convirtió en amistad que se fue consolidando en el tiempo y que se vio reforzada por colaboraciones del propio campeón, en artículos de prensa y organización de eventos ajedrecísticos. Un reconocimiento y respeto mutuo, consolidada por la solidaridad demostrada por Palacios Toscano hacia Capablanca, cuando este decide fundar la Federación Nacional de Ajedrez en 1938, luego de un largo enfrentamiento con la Federación Cubana de Ajedrez.

Ese mismo año comienza a recopilar información relativa a la historia del ajedrez en Cuba durante el período de 1836 hasta 1960 y que tendría por título “Ajedrez en Cuba. 100 años de historia”. El mismo constó de dos prólogos; el Rosendo Romero y el José Raúl Capablanca (h) y fue publcado en la imprenta Arquimbau, en La Habana en 1961; con un tiraje limitado a 250 ejemplares.

Dos años después, a mediados de 1927, tenía un espacio para el ajedrez en el Heraldo de Cuba, y en 1930 una sección fija en el diario “El Mundo” titulada “Notas de Ajedrez”. Además, por más de diez años escribió una sección de ajedrez en la revista “Carteles”. Posteriormente, escribió por muchos años una columna en la prestigiosa revista ¨Jaque Mate¨, de la cual muchos coleccionistas consdervan sus principales números.

Modesto jugador, con buenos resultados

Aunque su aproximación al juego fue relativamente tardía; a los 17 años y de la mano de amigos aprende los movimientos y la técnica básica; aspectos que rápidamente comienza a comprender mejor a través de la práctica.

Para 1931 ganó en Campeonato de Marianao; para posteriormente alcanzar el tercer lugar en el Campamento de La Habana de 1932, inmediatamente después de los consagrados de Francisco Planas y Miguel Alemán. En 1945 obtiene medalla de oro individual en su participación en el Torneo Internacional por Equipos.

Estuvo afiliado al Club Capablanca en el cual conocían de su fuerza, sobre todo, en partidas rápidas y blitz; habilidad que le ganó buena fama como fuerte jugador y varios torneos en el ajedrez organizado local.

Pero su pasión más allá de la literatura y de la participación activa como jugador de torneos, era el arbitraje; una actividad anterior a estas. Palacios Toscano se inicia como árbitro, director y organizador de torneos ajedrecístico hacia 1925; labor que le es reconocida en 1963 cuando recibe el título de Árbitro Internacional de Ajedrez (FIDE), en 1963 junto a José Luis Barreras Y Alberto García.

Dominaba el oficio del arbitraje ajedrecístico

A lo largo de seis décadas tuvo la principal responsabilidad en eventos de alto nivel como torneos Capablanca In Memoriam (1962, etc.), el Campeonato Abierto de México Saltillo en Saltillo (1964), la Olimpiada de Ajedrez de La Habana (1966) y los Magistrales Juventud Rebelde (1975, 76 y 78), entre otros.

En 1962 continua con su producción literaria al publicar la obra “La Defensa Siciliana”. Un texto que gozó de buena crítica, inclusive, del propio Bobby Fischer, asiduo de esta variante y quien participó en la Olimpiada de Ajedrez de la Habana.

Años después, escribió un interesante estudio sobre la “Presencia de Capablanca en la Unión Soviética”, el cual fue publicado en la revista Bohemia del 15 de marzo de 1974.

Posteriormente, en 1985, publicó dos libros “Ajedrez en México - Apuntes Históricos” y “Reglamento Oficial del Ajedrez”, este último, publicado por la Editorial Oriente, de Santiago de Cuba.

Los expertos consideran que el árbitro internacional Palacios Toscano contribuyó con importantes aportes al desarrollo del ajedrez cubano como formador de nuevo recurso humano para el arbitraje, dirección de torneos y organización ajedrecística. Y lo hizo, apoyado en su experiencia y contenidos en libros como ¨Reglamento del Ajedrez”. Participó activamente en el establecimiento del Rating de 1970 para una mejor clasificación de los jugadores cubanos. Apoyó la difusión de las ideas, conceptos y hechos relevantes de la historia del ajedrez cubano y sus principales acontecimientos. Aportó al conocimiento de la vida y obra de Capablanca.

Estimuló la instrucción y al entrenamiento de nuevas generaciones de ajedrecistas con obras como “La Defensa Siciliana” y otros textos y artículos técnicos publicados en “Jaque Mate” y otras revistas especializadas. Y finalmente, con su ejemplo, a dignificar el trabajo del árbitro de ajedrez.

Palacios Toscano es referente destacado del arbitraje ajedrecístico; una autoridad en el campo y a quien se le recuerda con gran respeto. Seguidamente una anécdota relacionada con su persona:

En la clausura del torneo internacional Radio Rebelde de 1984, sin previo aviso, Luis Mas Martín, director de esa emisora y promotor del ajedrez en Cuba, entregó dos “diplomas jimaguas”. Eran por… bueno, usted sabe, uno para Palacio y el otro para mí. Lo tengo en una pared. El de Carlos A. Palacio no debe existir, porque unos delincuentes saquearon su modesta vivienda a poco de su fallecimiento. Si yo lo tuviera, lo ubicaba encima del mío, porque es ese, el de Palacio, el que le da valor “.

Carlos A. Palacio: Siempre al lado de Capablanca, Jesús G. Bayolo

No tuve la oportunidad de conocer al árbitro Palacios Toscano, sin embargo, luego de revisar documentos, notas y opiniones de colegas del ajedrez cubano, en mi opinión, Carlos Palacios Toscano encarna lo mejor de un árbitro de ajedrez. Una figura de integridad y equidad, conocido por su rigurosa adherencia a la norma y con un inquebrantable sentido de justicia. Su carisma y habilidades sociales lo hicieron accesible y respetado por grandes del tablero, colegas y comunicadores, garantizando un entorno de competición donde la imparcialidad y el respeto mutuo prevalecían. Y convencido estoy de que mis colegas Jorge Vega Fernández, Lázaro Darromán Cotilla, Serafín Chuit y Enio Bello Herrera, con los que si tuve el honor de trabajar y compartir en salas de juego, son sus dignos continuadores en el oficio.

Carlos Antonio Palacios Toscano, fue reconocido en varias oportunidades; recibió la condecoración “Félix Elmuza” y aún hoy, es considerado por la mayoría de los estudiosos, como el mejor árbitro cubano de todos los tiempos.

Este grande del oficio del arbitraje ajedrecístico, falleció el 29 de diciembre de 1985 y, por su invalorable aporte al arbitraje, su nombre fue encumbrado en el Salón de la Fama de América en su primera edición de 2021.

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Uvencio Blanco Hernández, Venezuela. Comisión Ajedrez y Educación FIDE. Escritor, Investigador, Conferencista, Árbitro Internacional, Organizador Internacional, Entrenador, Profesor de Ajedrez ECU y Lead School Instructor FIDE.
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