Aprende y entrena ajedrez. El clásico entre los programas de enseñanza de ajedrez para niños. Pensamiento estratégico, gimnasia para el cerebro, emoción por la competición, jugar y pasarlo bien con una enorme ración de conocimientos ajedrecísticos. Esta extraordinaria y galardonada aventura de ajedrez incluye todo eso y mucho más.
La experiencia con proyectos de ajedrez en las escuelas nos señala que la carencia de una base de docentes suficiente para multiplicar el conocimiento ajedrecístico, es una de las limitaciones más importantes para el inicio de los mismos.
Además, al evaluar al personal considerado en capacidad de iniciar tales proyectos, generalmente encontramos que su nivel de conocimiento y experticia con esta disciplina es insuficiente. Entonces, es evidente que uno de los factores que influyen en la calidad de la enseñanza depende en gran medida de la formación del personal docente; en nuestro caso, docentes, profesores o instructores de ajedrez.
Los expertos consideran que la diferencia entre el conocimiento y dominio de habilidades ideales comparados con las de la realidad, es la brecha que la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), está dispuesta a minimizar. En su seno, hemos propuesto que el o los programas de capacitación de la Comisión de Ajedrez y Educación (EDU), identifiquen claramente las necesidades y objetivos, tanto de FIDE como de sus entes afiliados. Que establezcan metas bien definidas, que estimulen el liderazgo y del trabajo en equipo, permitan un manejo efectivo del tiempo, genere refuerzo de lo aprendido y evaluación permanente; entre otras variables importantes.
Esta situación nos lleva a considerar algunos aspectos del proceso de formación de formadores de ajedrez como política a ser desarrollada por la Comisión EDU y las distintas comisiones de trabajo de las federaciones nacionales de ajedrez.
En esta oportunidad, vale señalar que el término docente es polisémico y lo usamos en Iberoamérica como sinónimo de profesor o instructor. En general, también se utilizan como sinónimos de “docente” los siguientes: maestro, pedagogo, formador, educador, adiestrador, maestro, asesor, consejero, facilitador, promotor, orientador, coordinador, tutor, gestor, mentor, guía, etc.
Además, el docente, reconoce que la enseñanza es su oficio o profesión fundamental; en consecuencia, sus habilidades consisten en enseñar de la mejor forma posible al educando o alumno.
Al referirnos a la formación de formadores, hablamos del proceso mediante el cual los futuros docentes son habilitados para conocer la pedagogía (didáctica y metodología), necesaria para aprender a enseñar una disciplina determinada.
Sobre este tema, el Ilustre Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Valencia opina que:
“La figura del formador de formadores la encontramos en el ámbito de la educación no formal, específicamente en lo que se denomina formación ocupacional y formación continua. Resulta significativo que, en este ámbito, a diferencia del contexto escolar en el que se prefiere la palabra profesor a la de formador, hablamos de formadores. Con ello nos referimos a aquellos profesionales, con mayor o menor experiencia profesional, que se dedican a organizar la formación a los dos niveles que nos hemos referido anteriormente: ocupacional y continua”.
En ese mismo sentido, Jiménez, (1996), sostiene:
“El término formador, por extensión, se refiere a toda persona que de alguna forma o manera tiene relación con la formación desde la óptica de la responsabilidad de la concepción o de la realización de la misma. Comprende un grupo heterogéneo de personas, con profesiones muy distintas, difícil de discernir, conceptualizar y de establecer responsabilidades y de asignación de funciones. La distinta procedencia, su formación inicial, su concepción teórica y práctica de la vida y del trabajo, la diversidad de situaciones en las que tienen que operar (formación profesional reglada, no reglada), los niveles y modalidades de formación, las especialidades, los materiales que deben emplear o diseñar, la diversidad de grupos destinatarios, no hacen sino añadir complejidad a una “Profesión” nueva y no perfilada en la mayor parte de sus competencias”.
La formación de formadores en el ámbito de la educación no formal se dirige a la capacitación, acreditación, reciclaje y desarrollo profesional continuo de aquellos profesionales que trabajan para la formación de aquellas personas que han dejado atrás la etapa escolar y que se encuentran sin trabajar (formación ocupacional) o están trabajando (formación continua). En pocas palabras un formador es una persona que instruye o enseña a otras.
Insistimos en que una de las grandes limitaciones que tiene la promoción de nuevos cuadros docentes para el ajedrez, está -precisamente- en la falta de centros de formación docente en ajedrez. Este hecho, ampliamente extendido en el mundo, ha restringido el avance del ajedrez en las escuelas.
Excepto en naciones como Rusia, Armenia, Cuba, Argentina y otros pocos países del Orbe, los centros de formación docente (pedagógicos y facultades de educación), carecen de programas dirigidos a la formación de docentes en el área del ajedrez. Este es un serio problema que ralentiza en crecimiento del ajedrez -en tanto innovación educativa- en nuestros planteles.
Efectivamente, mediante una encuesta desarrollada por la Comisión EDU entre los años 2020 y 2021, esta comisión consiguió que hay limitados centros de formación docente en el mundo, especializados en la formación de recursos humanos para la enseñanza y el entrenamiento del ajedrez y, que pocas federaciones de ajedrez en el mundo, tienen experiencia en la formación de docentes de ajedrez y, mucho menos, en la creación de programas de “Formación de Formadores” para el ajedrez. Sin embargo, algunas de tales federaciones han logrado articular algunas experiencias positivas, están: Argentina, Armenia, Cuba, España, Rusia y Venezuela, han adelantado experiencias interesantes en estas áreas profesionales.
Al respecto, reconocemos el modelo armenio de formación de formadores en ajedrez como uno de los más exitosos de los últimos años.
Por ejemplo, dada la relevante experiencia de la Republica de Armenia, respaldamos la afirmación de las autoridades armenias según la cual:
“La clave para una educación de ajedrez efectiva y enriquecedora es principalmente el maestro, cuyo carácter y habilidades profesionales son de vital importancia. La calidad y habilidad del maestro determina la productividad de las clases de ajedrez. Por esta razón, desde el principio de la introducción del ajedrez en el programa escolar, se ha hecho hincapié en la importancia del proceso de contratación y formación de los maestros”.
Es importante señalar que aun cuando la integración institucional ocurre en algunos países con federaciones afiliadas a la FIDE, se hace difícil evaluar la calidad del proceso de formación de formadores; con el objeto de conocer la marcha de dicha acción y optimizar sus resultados. En todo caso, debería realizarlo el ministerio de educación, cultura y/o deportes, conjuntamente con la Comisión de Ajedrez y Educación FIDE.
Vale señalar que entre las funciones más importantes de esta comisión están las de:
Esta pregunta aún es de difícil contestación; es un asunto que depende de lo establecido en las distintas constituciones nacionales, las leyes de educación, cultura y deportes y las políticas de formación docentes de los distintos países del Orbe.
Además. en lo que respecta a la formación del profesorado del ajedrez, el docente debe conocer la estructura de la disciplina y los procesos de investigación con el propósito de aprender a enseñarla; de tal manera que debe incorporar el conocimiento del contenido pedagógico de las diferentes disciplinas.
Opinamos que probablemente sea la Orientación Académica, un tipo de concepción de la enseñanza basada en la transmisión de saberes disciplinares y al desarrollo de la comprensión del contenido, la tendencia con la cual trabajemos en futuros programas de formación de formadores.
Aprende y entrena ajedrez. El clásico entre los programas de enseñanza de ajedrez para niños. Pensamiento estratégico, gimnasia para el cerebro, emoción por la competición, jugar y pasarlo bien con una enorme ración de conocimientos ajedrecísticos. Esta extraordinaria y galardonada aventura de ajedrez incluye todo eso y mucho más.
¿Se acuerda de cómo aprendió a jugar al ajedrez? ¿Tal vez fue de la manera típica, clásica: con el abuelo como profe que nunca perdía la paciencia? ¿O en el club de ajedrez, en uno de esos cursillos dados por un tío algo raro pero a la vez simpático? ¿Quizá fue un autodidacto, que aprendió con la ayuda de un libro de bolsillo? Ahora ChessBase y la renombrada editorial alemana Terzio, especializada en software para niños, acaban de publicar un programa interactivo de enseñanza para aprender y entrenar ajedrez.
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