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Amigos lectores,
En esta oportunidad tenemos el placer de entrevistar a uno de los periodistas especializados en ajedrez, más reconocidos en el mundo; me refiero a Carlos Alberto Ilardo.
Nacido en Buenos Aires Argentina un 12 de abril de 1960, está casado con Graciela con quien ha procreado dos hijos, Melody y Jonás; siendo su residencia permanente la hermosa ciudad Buenos Aires.
Carlos es una persona enérgica, inteligente y creativa; con dotes artísticas y de comunicación; una persona de gran corazón, un amante de la paz y a quien le incomoda el egoísmo, egocentrismo y la falta de sentido común.
Lector empedernido, es seguidor de la obra del Nobel Gabriel García Márquez y de Tomás Eloy Martínez, de quien leyó recientemente su novela “Santa Evita” publicada en 1995.
Al respecto, Carlos Alberto nos comenta que la lectura de esta novela es apasionante, se centra en el calvario del cadáver de Eva Perón, presuntamente secuestrado y ultrajado por militares argentinos durante 16 años. Además, ocurrió que, en 2022, 70 años después de la muerte de Evita, se estrenó una serie basada en la novela, siguiendo la historia del secuestro y profanación de los restos embalsamados. Recomienda su lectura.
Es graduado universitario como Periodista en 1982, desarrollando una interesante actividad en diversos medios, tanto en su país (Diario La Nación, INFOBAE, Radio Continental y Radio Porteña 89.7 FM) como en el exterior siendo articulista de ChessBase.
Su formación profesional, aprendizaje permanente, habilidad para sortear momentos y situaciones difíciles y su indeclinable pasión por el ajedrez, le convierten uno de los comunicadores del ajedrez más importantes de los últimos 40 años.
Hoy, en "Conversando con…" le damos la bienvenida a nuestro colega y amigo Carlos Alberto Ilardo.
Carlos Ilardo | Foto: del archivo particular de Carlos Ilardo
Uvencio Blanco: Carlos, ¿Qué te motivó a convertirte en periodista especializado en ajedrez?
Carlos Ilardo: Quizás fue la unión de dos pasiones; desde niño (más o menos a partir de los 12 años) comenzó mi sueño de ser periodista. El ajedrez, por entonces, era un vínculo de unión con mi padre. Nos divertíamos mucho jugando juntos. Ya de grande y recibido de periodista a los 22 años, creí que lo mejor era especializarme en un área. El fútbol hubiera sido lo más fácil, pero tal vez también lo más difícil porque la mayoría de los jóvenes egresados de las universidades o escuelas de periodismo se inclinan hacia esa disciplina convencidos de que pronto alcanzarán un puesto de trabajo en ese ámbito. Fue entonces cuando pensé que el ajedrez podría ser una variante interesante, por cierto, con menos competidores, pero con baja demanda laboral. Sin embargo, confié en mi instinto y el ánimo se vio reforzado cuando descubrí el interés de los lectores de las columnas de Miguel Najdorf en el diario Clarín. Eran buenos sus análisis de las partidas, pero lo mejor, lo que más destacaban sus lectores, eran las anécdotas e historias de vida que Don Miguel transmitía cada semana. Allí pensé que tal vez no debía ser un periodista técnico hablando o comentando las partidas, sino, acaso, lo más interesante, las historias de vida de los personajes del mundo del ajedrez.
¿Cómo estimas que ha evolucionado el interés por el ajedrez en Argentina desde los inicios de tu carrera?
De manera profesional comencé a trabajar en 1989; allí empecé a pulir los primeros rudimentos de mi profesión como periodista en un programa de radio. Por entonces, ya había pasado el furor que tuvo el ajedrez en esta zona entre los años 1950, 1960, 1970 y 1980: los grandes torneos, la aparición continúa de nuevas figuras en el ámbito local, las visitas de jugadores internacionales, la figura de Fischer, o el buen desempeño de los equipos argentinos en las olimpíadas de ajedrez. Recién en los noventa comenzó una apuesta fuerte en la actividad con la creación de los Magistrales Najdorf. También en 1992, un argentino (Pablo Zarnicki) llegó a la cima en el Mundial Juvenil. Dos equipos argentinos ganaron los Mundiales Sub26, en 1993 y 1997. También tuvimos varias visitas, tres o cuatro de Garry Kasparov (en dos ocasiones jugando con el equipo olímpico nacional), más la de Peter Leko enfrentándose con los dos mejores talentos argentinos de ese momento: Pablo Zarnicki y Hugo Spangenbereg. También hubo otras visitas como las de Judit y Susan Polgar o la de Anatoly Karpov. Creo que todo ello ayudó a que en la prensa se escribiera y se retomará a hablar de ajedrez. Pero los espacios fueron mucho más reducidos que los ocupado 30 o 40 años atrás.
¿Cuál consideras que ha sido el mayor cambio en la cobertura del ajedrez en los medios de comunicación?
Los avances informáticos sin dudas renovaron el impulso y el ajedrez se adaptó a ello de maravillas. Por ejemplo, en 1990 en un Magistral Najdorf, y en 1993, en un Torneo en San Martin (con la participación de Smislov y Sorokin) yo hacía el envío de mis notas a través de un fax. Cuando Leontxo comenzó a comentar las partidas en vivo, desde un lugar muy próximo a las salas de juego eso despertó un gran interés y un cambio de rutina. Creo que los organizadores comenzaron a darse cuenta de que no era necesario una sala de Teatro para jugar las partidas. Había que llevar el ajedrez a las gentes. No me gustan las redes sociales, pero trato de adaptarme; el buen manejo responsable y educado es fundamental. En cierta manera son de utilidad para nuestro trabajo ya que los protagonistas a veces no son sencillos de contactarlos, pero a través de sus cuentas, con un posteo o publicación pueden dejar una opinión que nosotros luego transmitimos. Sin dudas Internet y ahora los streaming nos ha permitido llegar a un nivel de audiencia inimaginable. Hoy se leen y se compran menos diarios, hoy el periodismo vive en el nuevo mundo digital. Pero todavía despierta interés una entrevista interesante; le gente no es tonta y sabe dónde debe recurrir si quiere leer un buen libro o una buena nota. Sin embargo, hay muchas cosas por hacer aún. Pero es verdad me esfuerzo mucho por lograrlo. Él (Gabo) nunca lo supo, pero para mí ha sido un espejo de lo que intento hacer en cada trabajo escrito.
Carlos Ilardo en la Olimpiada de Ajedrez 2012 en Estanbul | Foto: del archivo particular de Carlos Ilardo
El presente periodo histórico, la Era Digital, ha transformado profundamente nuestra sociedad. ¿Qué papel crees que juega la tecnología en la popularización del ajedrez hoy en día?
Ligado con la respuesta anterior. Su aporte ha sido decisivo. No sólo se pueden ver las jugadas, sino que además se pueden ver a los protagonistas casi en directo. El tema es, para mí, que ahora debemos enfocarnos de la manera que queremos comunicar todo esto. Dicho con respeto, porque todos quieren o necesitan trabajar y cada uno lo hace como puede o como sabe. Pero es fundamental que la comunicación llegue a la mayor cantidad de personas, no sólo a los especialistas. Noto que en muchas transmisiones sólo se habla para quien es un experto. Así no sumaremos o no despertaremos el interés de más gente por el ajedrez. No creo en el periodismo de los gritos o de risas forzadas, preocupados más en ser graciosos que en parecer un periodista. El profesional debe estar informado como para sostener una transmisión de puede extenderse, cuatro o cinco horas. Un chiste, decir algo gracioso puede ser un recurso de unos minutos, pero no más de eso. Pero, obvio, respeto y entiendo a otros, porque esta es sólo mi opinión.
El ajedrez es un deporte de la mente no identificado con el espectáculo. ¿Qué aspectos del ajedrez crees que son más atractivos para el público en general?
Si por “público general” nos referimos a los que son ajedrecistas, indudablemente las Olimpíadas, los Mundiales clásicos, y los Mundiales de rápidas y blitz, seguramente serán los eventos más atrayentes. Ahora, si hablamos de “público general” a la inmensa mayoría que no juega ajedrez, las historias de vida, contarles quién es Faustino Oro, ese niño de 10 años que hace maravillas sobre un tablero, o por qué fue una muerte dudosa la del campeón mundial Alexander Alekhine o por qué un chino, Ding Liren por primera vez ganó un Mundial, tal vez serán las más atractivas para introducirse al juego.
En tu día a día como periodista, ¿cómo preparas tus notas?
Como consecuencia de los cambios en el mundo del periodismo, uno también debe adaptarse o aceptar algunas reglas del juego. En una época anterior, el trabajo era de investigación y demostrar o convencer a “tu jefe” de la importancia de dar a conocer esa información. Hoy, ya no trabajo en un medio gráfico, lo hago para un medio digital como INFOBAE, donde el interés a veces no pasa por el contenido sino por lo atrayente. Muchas veces creo que un tema es valioso o interesante, por ejemplo, en Argentina, el gran maestro Oscar Panno tiene un Canal en YouTube, donde a sus 89 años realiza una tarea magnífica, magistral sacando a la luz toda su pedagogía en su rol de maestro en la enseñanza del juego. Sin embargo, contar esta historia no parece atrayente para muchos y los lectores digitales, prefieren las historias cortas, breves, risueñas o extrañas. Así que ahí es donde uno debe decidir si estas de acuerdo con las reglas de juego, o no.
De tus entrevistas, ¿cuáles han sido las más significativas en tu carrera?
Ha sido y lo continúa siendo, afortunadamente, una carrera larga que me ha regalado la posibilidad de compartir momentos muy lindos junto a jugadores como Najdorf, Fischer, Tal, Sosonko, Spassky, Ubilava, Larsen, Anand, Ivanchuk, Illescas, Bellón, Shirov, Kamsky, Salov, Lombardy, Smislov, Guimard, Rossetto, Panno, Karpov, Kasparov, Kramnik, Topalov, Aronian, Polgar o Carlsen, apenas son algunos de los tantos que conocí gracias a esta profesión. Pero sin duda, lo más significativo, para mí es el reconocimiento del lector u oyente. Cuando te manifiestan la satisfacción de la lectura o de lo que comunicaste desde un micrófono y esa mezcla de pasión y emoción les ha llegado profundamente. O cuando un artículo, una nota de 6000 u 8000 caracteres, puede convertirse en una ayuda para alguien o cambiar el rumbo de su vida. Una vez hice una nota a un niño argentino, que con los años se convirtió en una de sus mejores figuras del ajedrez local y del continente. El diario la tituló “El precio de una pasión”. En ella conté todo el sacrificio humano y económico que habían hecho sus padres durante un año para que su hijo pudiera participar en diferentes torneos incluso campeonatos mundiales de menores. Al día siguiente de la salida de la nota, un empresario llamó a la familia y se ofreció para hacerse cargo de todos los gastos de la carrera del niño. Eso en verdad no tiene ni tendrá precio alguno.
¿Y la más memorable?
La posibilidad de charlar con Spassky y con Korchnoi fueron muy importantes. Sus vidas realmente se merecen una película. Pero tal vez un reportaje a Bent Larsen, en 2004, nunca habíamos conversado, y en la que yo me presentaba contándole de mi orgullo de poder conocerlo y que él me dijera que el orgullo era recíproco porque había leído todos mis artículos del diario La Nación, sin dudas es uno de mis grandes recuerdos.
¿Qué desafíos enfrentan los periodistas deportivos al cubrir eventos de ajedrez en comparación con otros deportes?
Todo depende de lo que uno quiera hacer. Las cosas en la vida son así, uno decide dónde y cómo quiere llegar. La manera y las formas. La cobertura de una actividad como el ajedrez, que puede ser popular en nuestro ámbito porque hay millones de personas que juegan al ajedrez, tiene el desafío como dije anteriormente de atrapar el interés de los miles de millones que no juegan al ajedrez. Si solamente te vas a ocupar de decir porqué es mejor el caballo blanco en e2 en lugar de f3, yo creo que seguiremos encerrados en el mismo guetto; nadie se va a interesar de nuestro trabajo. El fútbol, el básquetbol, el tenis, incluso el golf, tienen la ventaja de la imagen que te permite entender lo que está pasando, aunque no conozcas todas sus reglas de juego. Nosotros, los periodistas de ajedrez, no tenemos esa ventaja, el que no sabe jugar o incluso jugando modestamente no va a entender si en una posición hay un jaque mate en cuatro, tres o dos movimientos. Enfrentamos otros desafíos, pero tenemos la ventaja con relación a los otros deportes que nuestra historia es más rica, con mayores ejemplos y es allí donde debemos sumergirnos y saber transmitir. Pero, claro, una cosa es escribir para un medio masivo y otra hacerlo, por ejemplo, para una revista especializada.
Y en lo personal, ¿Cuáles son los principales retos que has debido enfrentar a lo largo de tu carrera?
Tal vez la lucha por un mayor espacio para la difusión de esta querida actividad. Tanto en los medios gráficos como radiales, trabajar en una sección llamada “Deportes” para muchos de sus conductores, el ajedrez está más asociado al juego, pasatiempo o entretenimiento. Cuando consigues explicarles la diferencia de por qué también es un deporte, entonces, surge el tema de por qué no se lo incluye en los Juegos Olímpicos. Allí comienza un nuevo debate. Por eso, me facilitó mucho para mi trabajo sumergirme en las historias de vida, bucear y conocer a sus personajes. Cito sólo un ejemplo para no hacer más larga esta charla, pero el caso de Phiona Mutesi creo que es la mejor muestra de la versatilidad y valor pedagógico que tiene el ajedrez.
Continuará…
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