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Más allá de cualquier otra consideración, el deporte también ha sido dividido a partir de acciones concretas tomadas por el Comité Olímpico Internacional (COI), contra la organización deportiva rusa y bielorrusa. Posteriormente se sumaron federaciones internacionales como la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y la propia Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), entre muchas otras.
Probablemente, en el ajedrez se ha vivido con gran intensidad lo ocurrido en Ucrania y sus repercusiones en el mundo.
Y es que el ajedrez de Ucrania goza de una larga y rica tradición al crear la Escuela Ucraniana de Ajedrez, contar con nombres rutilantes como los de David Bronstein, Efim Geller, Alexander Beliavski, Oleg Romanishin, Alexandr Onyuschuk, Vassily Ivanchuk y Ruslam Ponomariov entre muchos otros. Además de haber sido medallista olímpico en múltiples oportunidades y alcanzado títulos mundiales por categorías en distintos certámenes oficiales.
También debemos reconocer las nuevas generaciones podemos destacar a los grandes maestros: Antón Korobov, Antón, Andrei Volokitin, Andrei, Yuriy Kryvoruchko, Pável Eljanov, Pável, Illya Nyzhnyk, Igor Kovalenko, Alejandro Areshchenko, Kiriil Shevchenko, Yuriy Kuzubov y el excampeón mundial Ruslan Ponomariov. El promedio rating de estos 10 jugadores es de 266 puntos, lo que les ubica en el puesto 5 de la clasificación general FIDE.
De hecho, FIDE prohibió a los jugadores rusos participar en torneos oficiales de la organización; suspendió todas competencias y eventos FIDE tanto en Rusia como Bielorrusia (por ejemplo, la LXIV Olimpiada de Ajedrez se trasladó desde Moscú a Chennai en la India; prohibió mostrar la bandera o el himno nacional rusa y bielorrusa en eventos internacionales de ajedrez; la Comisión de Ética FIDE condenó las declaraciones públicas dadas por los grandes maestros Sergey Karjakin y Sergey Shipov, sanción que llevó a Karjakin perder su cupo en el Candidatos 2022 y su participación en eventos oficiales durante los próximos seis meses.
Entra las malas noticias recibidas recientemente, está la relativa al bombardeo sistemático sobre la ciudad de Mariúpol por parte de las tropas rusas; acción que ha generado una importante cantidad de bajas civiles y la destrucción, casi definitiva, de la infraestructura de dicha ciudad.
En una de las últimas incursiones de la fuerza aérea, una niña de 11 años llamada Katya Dyachenko de 11 años, joven promesa de la gimnasia rítmica de Ucrania, falleció bajo las ruinas de su casa en uno de tales bombardeos.
Anastasia Meshchanenkov, entrenadora de Katya, expresó en su cuenta de Instagram:
Tenía que conquistar el mundo, pero ha muerto enterrada en escombros. Tenía que conquistar el escenario y regalar sonrisas al mundo. ¿De qué tienen la culpa los niños?.
Por su parte Anna Purtova, parlamentaria ucraniana, expresó:
Esta es nuestra gimnasta Katya Dyachenko. Tiene 11 años. Murió bajo los escombros de su casa en Mariúpol cuando un misil ruso la alcanzó ese mismo día. Podría haber tenido un futuro brillante por delante como joven campeona de Ucrania. Pero en un segundo ella se había ido.
Este fatídico hecho nos hizo recordar lo sucedido con la primera campeona mundial de ajedrez y nueve veces titular Vera Menchik (1906 - 1944), de origen ruso y de padre checo y madre inglesa. Casada Vera Menchik casada con un inglés con quien residió en Londres. El 27 de junio de 1944, en uno de los bombardeos nazis sobre dicha ciudad, con apenas 28 años Vera Menchik y otros de sus familiares perdieron la vida.
Al momento de escribir esta nota, más de 400 niños han resultado heridos o muertos desde que Rusia inició la ”Operación Especial” contra territorio ucraniano; esto, sin incluir los casi 4 millones de niños y jóvenes desplazados, muchos de ellos huérfanos. Hechos como este son violatorios de la dignidad humana.
El término dignidad humana está relacionado con hechos negativos cometidos por los hombres contra miembros de su propia especie; tal es el caso de la guerra entre naciones.
La dignidad es una cualidad propia del ser humano; no otorgada por persona o institución alguna y relacionada íntimamente con la libertad del individuo. Siendo sinónimo de “digno” y “grandeza” puede ser abordada desde muy diferentes ángulos.
La dignidad humana no es un constructo etéreo o una palabra hueca; de hecho, aparece indicada en la gran mayoría de las constituciones o cartas magnas de las naciones. Es un concepto discutido ampliamente en el seno de organizaciones multilaterales como las Naciones Unidas; tratado en investigaciones filosóficas, científicas y periodísticas que no cesan de multiplicarse.
Por ejemplo, algunos filósofos como Kass (2002), aseveran que “La dignidad humana es una propiedad metafísica poseída por todos los seres humanos que sirve de base fundamental para el conjunto de la moralidad”.
Efectivamente, nos estamos refiriendo a que a menudo- el papel de la dignidad humana se identifica con el fundamento supremo de la moralidad y los valores éticos de la persona.
En tal condición podemos señalar el cometimiento de tratos humillantes y degradantes de la condición humana; como, por ejemplo, las guerras, las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, el secuestro, la esclavitud, la tortura, la explotación sexual, tráfico de personas y de órganos, entre muchas otras atrocidades cometidas por el hombre.
Antiguos textos sagrados, guías espirituales, filósofos y legisladores de diversas épocas. han convertido la idea o concepto de dignidad, en el centro de su atención desde tiempos inmemoriales. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento puede leerse una de sus más conocidas expresiones:
Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer”. Esta concepción de que cada ser humano fue creado por Dios, es muy poderosa porque le otorga –a la humanidad- un origen divino.
Lo cual es reforzado con la expresión “a imagen de Dios”. Estas dos ideas dominantes, han sido utilizadas por la iglesia católica y sus sectas, para prevalecer y aniquilar todos los rangos o diferencias sociales.
De tal manera que la dignidad humana -en la tradición bíblica- compartía dos características destacables: la primera, es que la dignidad era considerada como algo de alto valor y, la segunda, que hizo fuertes exigencias a quien fuera portador de la dignidad en sí misma.
En la antigua Roma, "Dignitas" era un concepto de carácter social, referido principalmente al papel particular que una persona representaba ante la sociedad. Los portadores de este rol y la gente que los rodeaba, tenían que pagar el deber de este ejercicio social a través de su comportamiento. Sin embargo, debemos comprender, que este criterio se ha ido acomplejando en el devenir evolutivo de nuestras sociedades; por lo que, en nuestros días, el concepto de dignidad humana ha adquirido cualidades filosóficas y políticas muy amplias y complejas; insospechadas hasta bien entrado el Renacimiento.
Veintidós siglos antes, el filósofo romano Marco Tulio Cicerón ya se planteaba la cuestión de la dignidad humana, en los siguientes términos: “¿Dónde está la dignidad a menos que haya honestidad?” Cicerón, a quien se le considera uno de los más originales y profundos pensadores de la dignidad humana, escribió una famosa carta a su hijo Tulio, titulada "De Officiis".
Los historiadores creen que dicho documento se convirtió en una importante guía para el ejercicio de las numerosas consideraciones y deberes que debían corresponder a la vida digna de un aristócrata romano. En dicho escrito, calificado como el documento fundacional de la dignidad humana, destaca su afirmación relativa a que parte de nuestras obligaciones para con nosotros mismos y para con los demás, se debe simplemente a nuestra esencia de ser humano; lo que significaba para él en primer lugar: ser racional.
La presente guerra, con amenaza en convertirse en Mundial, es un atentado contra la libertad y la dignidad humana. Es injustificada, innecesaria e irracional.
