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Desde una perspectiva motivacional, es probable que en el ajedrez de rendimiento las mujeres se encuentren en desventaja, no porque carezcan de conocimientos o habilidades cognitivas especiales, sino porque generalmente abordan la competición con menor confianza y con una actitud más cautelosa que sus oponentes masculinos.
Sagarzazu, I. y Olaizola, I. (2012), señalan en su investigación que:
Los estereotipos de género tradicionales han influenciado la vida social de las mujeres y especialmente, han condicionado su participación deportiva basándose en argumentos arcaicos como la debilidad física o lo que se considera más adecuado al ideal tradicional femenino. El deporte no tiene género, pero las definiciones de masculinidad y feminidad han sido impuestas socialmente en las actividades deportivas y los medios de comunicación deportivos han colaborado en su reproducción juzgando negativamente a las deportistas que no encajan dentro de este ideal, e incluso poniendo en duda su sexualidad.
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Los estereotipos de género influyen en la práctica deportiva de mujeres y hombres de diversas maneras; entre ellas destacan la influencia en la participación, la cobertura mediática, la elección de deportes y la intensidad de la práctica.
Los estereotipos de género tradicionales han influido en la vida social de las mujeres y han condicionado su participación deportiva basándose en argumentos arcaicos como la debilidad física o lo que se considera más adecuado al ideal tradicional femenino. Por ejemplo, si socialmente las mujeres se perciben como menos competentes en los deportes que los hombres, una niña puede aprender esta percepción e interferir en su desarrollo de habilidades atléticas por su creencia previa. Las niñas aprenden roles de género de su entorno y cuantas más referencias de modelos femeninos deportistas tengan, más fácil será para ellas identificarse con estos modelos y sentirse motivadas para practicar deporte.
La cobertura de los deportes femeninos suele estar dominada por referencias a la apariencia, la edad o la vida familiar, mientras que los hombres son representados como poderosos, independientes, dominantes y valorados como atletas. Los medios de comunicación tienen la capacidad de desafiar estos estereotipos, promoviendo una cobertura equilibrada de los deportes de hombres y mujeres y una representación justa de los deportistas, independientemente de su sexo. En este sentido, las autoras Sagarzazu, I. y Olaizola, I. (2012), observan que:
… Sin embargo, el binomio deporte-comunicación es un arma de doble filo, dado que el deporte es una práctica cultural que contribuye al mantenimiento de las desigualdades de género, pero a su vez puede ser un mecanismo para desafiar esas mismas desigualdades; y los medios han reproducido durante años las desigualdades de género en el deporte, pero son un gran potencial para poder cambiar estos valores tradicionales y promover nuevas imágenes a favor de la participación deportiva femenina.
Los estereotipos de género también influyen en la elección de deportes que hombres y mujeres practican. Por ejemplo, los deportes de equipo como el fútbol o el baloncesto se consideran deportes masculinos; mientras que deportes individuales como la gimnasia o la natación sincronizada se consideran deportes femeninos. Esta percepción puede llevar a que las mujeres se sientan menos motivadas para practicar deportes que se consideran masculinos.
Pero también puede ocurrir que los estereotipos de género puedan influir en la intensidad con la que hombres y mujeres practican deportes. Por ejemplo, se espera que los hombres sean más agresivos, belicosos y competitivos en los deportes, mientras que las mujeres se espera que sean más suaves y menos agresivas o competitivas. Esto puede acarrear que las mujeres se sientan menos motivadas para practicar deportes que exigen mayor intensidad en su desempeño.
Hemos visto que los estereotipos o prejuicios de género juegan un papel importante en la discriminación de las mujeres en el deporte y, por supuesto, siendo el ajedrez un deporte, nuestras ajedrecistas no escapan a ello.
Los estereotipos de género pueden limitar la participación y el éxito de las mujeres en el ajedrez, ya que se espera que las mujeres sean menos hábiles en el deporte. A menudo las mujeres en el ajedrez enfrentan discriminación y una brecha de oportunidades en comparación con los hombres, lo que puede limitar su participación y éxito en el deporte.
También se ha observado que, a pesar de los avances, todavía existe hostilidad hacia el ajedrez femenino y muchos cargos femeninos son apreciados como adornos. En este sentido, debemos considerar que las barreras culturales e ideológicas pueden limitar la participación de las mujeres en el ajedrez, ya que se espera que las mujeres se dediquen a otras actividades consideradas más "femeninas". Según esto, los prejuicios de género pueden afectar significativamente el desempeño de las mujeres en el ajedrez debido a que ellas no se sienten cómodas practicando esta disciplina, o a que se les subestime en su capacidad de competir en la misma.
Para romper con los estereotipos de género en el deporte y, por extensión, la sociedad se pueden aplicar las siguientes estrategias:
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