Historias de mujeres y más de la FIDE

El diario de Leontxo (XII)

Si lo que publica hoy The Times es verdad (he pedido a Judit que lo confirme, y espero respuesta, pero quizá no quiera hablar hasta mañana, porque Hungría va segunda), se cierra una de las trayectorias más brillantes de la historia. La Gran Dama del ajedrez deja el listón altísimo, y no sólo porque es la única mujer que ha estado entre los diez mejores del mundo; por cierto, me temo que yo no veré a quien supere o iguale esa marca: la campeona actual, Yifán Hou, de 21 años, tiene un talento prodigioso pero su determinación no parece tan grande como la que tenía Judit a esa edad.

Ya digo, Judit no sólo merece que nos inclinemos ante ella por sus logros puramente deportivos, sino por haber dado una imagen magnífica de cómo debe comportarse una estrella del ajedrez: de inteligencia extraordinaria, muy amable, elegante y sencilla a la vez, luchadora hasta el límite incluso después de ser madre dos veces… siempre comprendió la importancia de atender bien a los profesionales de la comunicación, intermediarios entre los jugadores y los aficionados y patrocinadores. Ahora mismo no soy capaz de recordar una sola crítica mía sobre ella en los 26 años que han pasado desde que la conocí, en la Olimpiada de Tesalónica (Grecia) 1988, cuando las tres hermanas empezaron una revolución del ajedrez femenino arrebatando el oro a las –hasta entonces- invencibles soviéticas. Más allá del ajedrez, el experimento pedagógico que sus padres hicieron con ella, Sofía y Susan es una referencia imprescindible, aún hoy, en muchos debates sobre la manera de educar a niños y niñas.

Por fortuna, me consta que el retiro de Judit –si se confirma- sólo será en su faceta competitiva. Al igual que Gari Kaspárov, está muy mentalizada y bien informada sobre el enorme potencial del ajedrez como herramienta educativa. Lo comprobé el pasado noviembre, cuando ambos nos reunimos con la ministra y la viceministra de Educación de Panamá. De hecho, puso su granito de arena para convencer al Parlamento Europeo en marzo de 2012, ha sido fundamental para que el Gobierno húngaro decida introducirlo masivamente en los colegios (aunque de momento no es asignatura obligatoria) y cada año organiza un festival enorme en Budapest con niños de toda Europa, por no hablar de sus libros, vídeos, conferencias, etc. Gente así, y no otros que yo me sé y el lector adivina, es la que necesitamos para caminar en la dirección correcta.

Hablando de caminar, ¿adónde habrán ido las desparecidas burundesas? Todo indica que tratan de quedarse en Europa como indocumentadas, pero no podemos descartar que el misterio tenga causas muy distintas. En el primer caso, van a necesitar mucha suerte, tal como están las cosas en el viejo continente, y se la deseo de todo corazón. Conozco un poco Burundi, un país bellísimo pero paupérrimo, y además muy castigado por diversas tragedias. Bujumbura, su capital –donde, por cierto, hay restaurantes magníficos, por la influencia francesa y porque muchos soldados de la ONU viven allí-, es el único sitio de África donde he tenido que ponerme en guardia para no ser asaltado: jóvenes y adolescentes que fueron reclutados como niños de la guerra, y adiestrados a cometer toda clase de salvajadas, andaban ahora sueltos por la calle sin oficio ni beneficio. Tiene cierta lógica que las ajedrecistas piensen que en Europa les irá mejor, pero también es cierto que en la Burundi profunda –no en la capital- como en muchos entornos rurales del África negra, las necesidades básicas están naturalmente cubiertas siempre que el agua esté cerca y no haya sequías.

Ante las chicas españolas también hay que quitarse el sombrero –aunque la reverencia no sea tan grande como ante Judit-, incluso si pierden mañana con Armenia. Si ganan creo que será la mejor actuación de España en la historia de las Olimpiadas, porque el bronce de Haifa 1976 (Nieves García, Mª del Pino García Padrón, Pepita Ferrer y Mª Luisa Cuevas) tiene el importante matiz de que todos los países comunistas boicotearon esa Olimpiada y organizaron otra oficiosa en Libia; aún así, aquellas cuatro guerreras merecen gran admiración porque los éxitos que lograron (sextas en Buenos Aires 1978; varias veces entre las doce primeras; plata individual de Mª Pino en Medellín 1974; Nieves se clasificó para el Interzonal de Moscú 1985…) en una España aún muy machista no eran precisamente coser y cantar. Pero entonces la URSS sólo era un país, y Yugoslavia otro; luego se convirtieron en 22, y la mayoría de ellos con gran fuerza en ajedrez, lo que encareció las medallas una barbaridad.

Confiemos en que el día de descanso sirva para que Sabrina Vega, Olga Alexándrova, Ana Matnadze y Amalia Aranaz, con la importante ayuda psicológica de Yudania Hernández y del capitán David Martínez, puedan acumular la suficiente energía para ganar a Armenia, un rival a su alcance. Si logran eso habrá que sacar la calculadora, porque un poco de suerte en las carambolas de otros resultados podría dar a España una increíble medalla de bronce, con Irene Nicolás, subcampeona del mundo sub 16, en su casa cuando debería estar aquí.

Sobre la extraordinaria tensión extradeportiva que rodeó ayer el duelo Rusia-Ucrania femenino ya he dado los detalles esenciales en mi crónica de anoche para El País. Puedo añadir que ayer mismo un tribunal noruego ha rechazado la demanda presentada por la Federación Rusa de ajedrez contra los organizadores de Tromso, que pretendían impedir la participación de las rusas por inscribirse fuera de plazo; luego intervino el presidente Iliumyínov con gran energía y ordenó lo contrario. Este tremendo lío viene de tres artículos de las normas: uno dice que el plazo de inscripción acaba el 1 de junio; otro, que las inscripciones posteriores pagaran 100 euros de multa por cada jugador; y el tercero viene a decir que el presidente puede hacer lo que le dé la gana en casos excepcionales. Necesito que un abogado me explique cómo encajan esas tres reglas. Pero tengo claras dos cosas: muchos ucranianos estarán celebrando desde anoche esa victoria; y las rusas, que, si se cumple la lógica, ganarán mañana a Bulgaria sin grandes problemas, deberían invitar a las españolas a una cena por todo lo alto porque su empate con las chinas casi garantiza que el oro irá a Moscú, a pesar de la derrota con sus enardecidas vecinas.

En este momento me dan ganas de que el punto y aparte con el que acabo de cerrar el párrafo anterior sea el punto final. Pero mi profesionalidad me lo impide: si uno levanta una historia, debe hacer un seguimiento de ella mientras se produzcan noticias interesantes, por mucho que el periodista esté ya harto de escribir sobre la oscuridad de la FIDE (que encima presume de transparencia). Los lectores recordarán (véanse mis diarios anteriores) el culebrón de Agon, la empresa a quien la FIDE ha vendido los derechos del Campeonato del Mundo y otros torneos, así como el famoso “memorándum” (precontrato) firmado por Iliumyínov y Andrew Paulson –y posteriormente anulado- en el que se determina que el propio Iliumyínov tiene el 51% de las acciones, y Paulson el 49%.

Pues bien, una fuente muy fiable me dijo anoche que Ilya Merenzon, directivo de Agon para quien el citado precontrato reservaba algunos honorarios extra –al igual que para Makrópulos y Borg, directivos de la FIDE-, posee ahora el 100% de las acciones. En un intercambio de correos muy amable, Merenzon no lo niega, pero matiza: “El proceso de venta de Agon entre Andrew y yo está en marcha, pero no ha terminado, porque si continúa requerirá la confirmación de la FIDE y otras acciones. Habrá un anuncio oficial cuando todo esté cerrado”.

Todo correcto en principio, porque una empresa privada puede hacer lo que quiera con sus acciones. Pero ni Iliumyínov ni Makrópulos dijeron nada de esto el lunes cuando, visiblemente nerviosos, hablaron sobre el asunto en la Asamblea General y cortaron varias preguntas con la excusa de que no había más tiempo. Unos minutos después hablé con Paulson, y tampoco citó nada sobre Merenzon. La sospecha fundada que muchos tenemos es que Agon –empresa que de momento sólo ha producido pérdidas- es una vía de escape (si no ilegal, totalmente contraria a la ética) para que Iliumyínov, Makrópulos y sus mariachis se apoderen de los derechos de los torneos oficiales más importantes cuando desaparezcan –parece imposible, pero algún día ocurrirá- de sus actuales puestos directivos. Es decir, que si Kaspárov hubiera ganado las elecciones se podría haber encontrado con que los derechos del Mundial son de Iliumyínov o un testaferro suyo.

El asunto huele mal, y más aún si tenemos en cuenta algo que me ha llegado por diversas vías: el Gobierno de Rusia no quiere que Iliumyínov sea presidente más tiempo del inevitable, por los aspectos negativos de su imagen y porque Andréi Filátov, mecenas de importantes torneos, presidente de la Federación Rusa y probablemente vicepresidente de la FIDE desde hoy, es un hombre de la absoluta confianza de Vladímir Putin. Aunque el plan inicial era que Filátov sustituya a Iliumyínov en 2018, algunos apuntan a maniobras para que eso ocurra antes.

Por cierto, ¿qué pasará con el supuesto Mundial de Sochi en noviembre? Carlsen no está por la labor de jugarlo en esa fecha, y supongo que tampoco le hace mucha gracia pasar un mes en Rusia tal como está la situación política. No he podido hablar con Anand pero es probable que él sí quiera tener cuanto antes la oportunidad de recuperar el título. De momento no hay un solo papel oficial firmado; sólo la palabra que Iliumyínov dice que le dio Putin.

Y es obligatorio que hable otra vez de los famosos 20 millones de dólares que Iliumyínov garantizó para la FIDE “hoy mismo” cinco minutos antes de que empezara la votación el lunes. Mis sospechas (véase el diario de ayer) se han confirmado: el flamante presidente tuvo la desfachatez de afirmar –en una entrevista con la televisión noruega VG- que esos 20 millones se referían a los 19,5 que, según él, ya ha invertido en la Comisión de Ajedrez en las Escuelas en lo que llevamos de año. Yo pensaba que tras 31 años de profesión, mi capacidad de asombro con la FIDE era ya muy limitada, ¡pero cuán equivocado estaba! En primer lugar, si es cierto que Iliumyínov ha invertido 19,5 millones este año en Ajedrez en las Escuelas (que además está patrocinada por Rosneft), una de dos: 1) Jamás en la historia ha habido una comisión de un organismo donde esa fortuna se haya empleado tan mal; 2) O bien (esto es una broma), quienes la dirigen se han comprado sendos castillos en la Costa Azul, disfrutan de caviar y champán francés todos los días y utilizan los billetes de 100 dólares sobrantes como papel higiénico. En segundo lugar, quedó clarísimo el lunes que Iliumyínov garantizaba una inversión inmediata (“Not tomorrow, today!”) de 20 millones en la FIDE; en ningún momento dio a entender que hablaba del pasado. Conclusión: el presidente engañó a la Asamblea General poco antes de recibir el apoyo de 110 federaciones; entre ellas, probablemente las 22 de habla hispana. Si alguien no puede creer lo que está leyendo, y entiende el inglés, que pinche aquí:

Mañana se resolverán dos grandes incógnitas: ¿Se llevarán los chinos su primera medalla de oro en la competición absoluta? ¿Nos darán las españolas una enorme alegría? Ojalá pueda concentrarme en ellas, y no tenga que volver a escribir de las oscuridades de la FIDE, por decirlo en lenguaje florentino.

Texto: Leontxo García

[Nota de la redacción: tras la publicación de este artículo, Judit ha confirmado la noticia a ChessBase]

Todos los díarios de Leontxo desde Tromsø

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• Diario III - "Enfados de diversa índole" (03.08.2014)
• Diario IV - "Los rescoldos de la URSS ya queman menos" (05.08.2014)
• Diario V - "Si Jomeini levantase la cabeza" (06.08.2014)
• Diario VI - La FIDE ve, ¡por fin!, lo obvio (07.08.2014)
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• Diario IX - veinte años no es nada… en la FIDE (11.08.2014)
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