En el deporte la energía cuenta
Con el transcurrir del tiempo y el avance de la tecnología, el ajedrez se ha convertido en una actividad competitiva de alta complejidad; una acción en la que participa no solo la mente, el conocimiento y la voluntad de sus jugadores, sino el cuerpo; similar a otras disciplinas deportivas.
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta en la actividad física y en el rendimiento deportivo, es la energía utilizada. Ocurre que, en el deporte, al igual que en el ajedrez, las fuentes de energía primaria son: el glucógeno y la grasa.
En el caso del ajedrez la energía necesaria para la actividad cerebral procede en primer lugar de las reservas de glucógeno encontradas en el propio cerebro, los músculos y el hígado e, inclusive, en el tejido adiposo. De tal manera que, cuando el cerebro necesita energía extra, los músculos y el hígado comparten su energía con él.
Así mismo, cuando los músculos necesitan energía adicional, el cerebro satisface la solicitud de los músculos. Esto nos lleva a considerar que, durante un torneo de ajedrez, los jugadores deben estar bien alimentados y en buena condición física.
Tal como hemos visto, en el ajedrez y demás deportes, el cerebro, la médula espinal, los nervios y los músculos cooperan en completa armonía en la realización de tareas específicas. El cerebro lo domina todo; por ejemplo, en el ajedrez el desplazamiento de las figuras; mientras que, en la generalidad de los deportes de rapidez, fuerza y potencia, los receptores celulares (b, aro-, lactato-, gluco-, metabo-, quimio-, termo-, respiratorio-) "envían" señales a través de los ojos o de cambios metabólicos al cerebro; entonces, el cerebro decide qué h. En general, hacerlos músculos reaccionan según la demanda.
Fatiga mental y física
La fatiga mental y física comienzan con estados metabólicos similares como es la privación de glucógeno. Adicionalmente, los perfiles mentales de los ajedrecistas y otros atletas se correlacionan con procesos como la atención, el control de conflictos, la memoria, la motivación y el reconocimiento.
Por otro lado, aunque en el ajedrez no existe una discrepancia específica en torno al género; sin embargo, la disponibilidad de glucógeno está menos desarrollada en las ajedrecistas.
Algunos autores como Golf (2015), han estimado que, durante el desarrollo de partidas de ajedrez en torneos de 7, 9 o más rondas, se observa que la captación de oxígeno molecular y la producción de dióxido de carbono, tienden a ser similares a los obtenidos durante un maratón.
Asociada a esta situación existe la fatiga; un estado fisiológico en el cual el deportista no puede mantener el nivel de rendimiento o entrenamiento esperado, produciendo en su psicología una alteración cognitiva, emocional y conductual.
La especialista Zoraida Rodríguez Vílchez (2017), psicóloga de IDEAL Granada, nos reporta en su Blog que, este escenario puede deberse a uno o tres síntomas combinados; a saber:
- Fatiga en general: el deportista se encuentra cansado, agotado emocionalmente, embotado. Tiene una sensación de falta de energía y su rendimiento, por tanto, se ve afectado. Pero ya no es sólo en competición dónde se puede observar este decaimiento, sino incluso, en los entrenamientos. El deportista ya no entrena igual, empieza a dejar incluso parte de lo programado a medias o no llega al 100% en ellos.
- Hastío hacia su deporte: lo que antes era un placer, una diversión, ya se convierte en un suplicio. El problema de este hastío es que se generaliza. El deportista ya no sólo odia el deporte en sí, odia el lugar dónde entrenas (el club, la sala de juego, el campo, la piscina, el tapiz…), la gente, a tu entrenador y hasta esa parte de ti.
- Devaluación deportiva: esta carga mental te impide concentrarte, tener reflejos, gestionar mentalmente la exigencia de la competición, saber controlar tu nivel de activación o tu estrés… Y claro está, los resultados comienzan a decaer. Nace aquí el tercer pilar que se carga todo lo que habías construido hasta este momento: lo que tú considerabas como “tu valía deportiva”. De repente, la autoeficacia decae, el deportista se siente poco válido en su deporte, “malo” y sin posibilidades de éxito, lo cual, junto con ese hastío y ese cansancio, lo empujan fácilmente a la retirada deportiva.
La fatiga en ajedrecistas
Entonces, en el caso de los ajedrecistas, se ha observado que la fatiga generalizada, el hastío hacia su disciplina y la devaluación deportiva, conjuntamente con otros factores como el sobre entrenamiento mental, conspiran seriamente contra la salud mental de estos atletas y su rendimiento deportivo.
Debemos destacar que variables como fallas reiteradas en la toma de decisiones, ambiente de trabajo desordenado y exceso en los compromisos personales y/o con terceros (por ejemplo, con patrocinantes), inciden decisivamente sobre el desarrollo de cuadros de fatiga mental. Adicionalmente, tomemos en cuenta que el sobre entrenamiento mental es un evento mucho más complejo porque, a su vez, produce síntomas negativos como: sentimiento de fatiga o cansancio permanente, insomnio, depresión, ansiedad, pérdida de vigor, déficit en la planificación del volumen de horas adicionales de entrenamiento en horarios y fechas inadecuadas, alto volumen de contenido teórico, resolución de problemas y análisis de partidas, etc. Además, tomemos en cuenta que el exceso de ejercicio y la falta de recuperación también influyen a la hora de desarrollar este cuadro.
Opina la fisiología
Desde el punto de vista fisiológico, la fatiga también se define como la dificultad para iniciar o mantener actividades voluntarias y se considera un mecanismo de seguridad para evitar cambios en el metabolismo que podrían provocar daños irreversibles en los músculos y el cerebro.
En 1992 Newsholme EA, Blomstrand E, Ekblom B, descubrieron que algunas causas metabólicas de la fatiga son la disminución del creatinfosfato en los músculos, el agotamiento de las reservas de glucógeno en el cerebro, el hígado y los músculos, y la hipoglucemia en el organismo.
La fatiga en el deporte puede clasificarse en dos categorías, la fatiga central es la que entendemos por fatiga mental debido a que afecta al sistema nervioso central. Y la fatiga periférica o fatiga física, que hace referencia a nuestros músculos. En una palabra, la fatiga puede observarse a nivel corporal y/o mental.
En este último caso, Smith EE, Jonides J (1999), concluyeron que la fatiga mental se caracteriza por un rendimiento cognitivo más lento y un deterioro de la atención selectiva, debido a la menor disponibilidad de energía rápida procedente de la glucólisis anaeróbica. El alto nivel de esfuerzo mental introduce un mayor nivel de deterioro del control de los la resolución de problemas o conflictos de diferentes tipos, que es de importancia elemental para los ajedrecistas que se enfrentan a problemas en continuo desarrollo y cambio a lo largo de la partida.
Más adelante, autores como Chaudhuri A, Behan PO (2004) encontraron que-en general- la fatiga disminuye la eficacia en la realización de tareas; mientras que la fatiga mental puede interpretarse como un fracaso potencial en la realización de tareas mentales.
En consecuencia, la fatiga mental es una disminución de la capacidad física y mental de un individuo después de haber realizado una tarea durante un período de tiempo determinado. Puede manifestarse como un cansancio extremo, dificultad para pensar correctamente, olvidos frecuentes, desorientación y problemas para recordar detalles: pudiendo ser causada por situaciones de mucha presión y estrés psicológico, emocional o intelectual.
Ahora bien. como los procesos de atención selectiva activan el córtex cingulado anterior (ACC) y el córtex prefrontal dorsolateral (DLPFC), donde se localizan las estructuras de la cognición ajedrecística, entonces la fatiga general está asociada a estas estructuras. Por tanto, según Tanaka M y otros (2012) la fatiga provocará un deterioro del rendimiento cognitivo a través del deterioro de las funciones de estas regiones cerebrales, con una reducción de la atención, del control de los conflictos y la toma de decisiones.
Continuará...
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