La utopía del ajedrez como arte

por Uvencio Blanco Hernández
25/01/2021 – El presente artículo expone un punto de vista diferente al que tradicionalmente se asocia al ajedrez con el arte; el cual la considera como tal. Al respecto, presentamos algunas consideraciones que contradicen esta afirmación y proponemos una discusión abierta, soportada en una concepción científica que permita aclarar, definitivamente, este asunto. Artículo por Dr. Uvencio Blanco. | Imagen: ChessBase

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  • Se encuentra muy arraigada en la comunidad ajedrecística, la declaratoria y aceptación de la noción del ajedrez como arte.
  • En el ajedrez se cuentan cuatro “virtudes teologicas”: juego, arte, ciencia y deporte. De estas, solo dos superan el análisis más severo; el ajedrez como juego y como deporte. Y las otras dos, asociadas a los dominios del arte y la ciencia, parten de premisas inconsistentes, falsas o que muy poco tienen que ver con la naturaleza y fines del arte y la ciencia; propiamente dichas.
  • En el ajedrez el objetivo de cada jugador es rendir al rey contrario. Y alcanzar varias metas: el punto, incrementar el rating, mejorar el ranking y ... el premio (metálico o no). Mientras que el arte, siendo una actividad creativa, su finalidad principal es estética y comunicativa”.

Dogmas y utopías propias del ajedrez

Se le atribuye a Confucio, pensador chino del S. VI a.C. la expresión: “El camino de la verdad es ancho y fácil de hallar. El único inconveniente estriba en que los hombres no lo buscan”.

En esta oportunidad la traemos a colación porque durante largo tiempo se ha aceptado, en forma acrítica, la afirmación de que el ajedrez es un arte. Excepción hecha de algunos ensayos y opiniones, no parece existir un análisis formal de esta expresión, su impacto y consecuencias en la evolución del juego de ajedrez. Tampoco, hemos podido verificar qué implica –para los estudiosos del ajedrez- el término “arte”. O qué juicios determinarían tal definición.

Por lo tanto, al no existir ninguna discusión general sobre este interesante contenido, intentamos a través de varios escritos publicados en el portal de ChessBase (“El discreto encanto del ajedrez”, 28.12.2020 y “Si el ajedrez es juego, entonces no es arte”, 08.01.2021), generar opinión respecto a este tema; aun cuando entendemos que se encuentra muy arraigada en la comunidad ajedrecística, la declaratoria y aceptación de la noción del ajedrez como arte. Postura que parece haber sido asumida por varias generaciones de ajedrecistas, escritores, filósofos e, inclusive, oficiantes de las propias artes.

En este sentido, estimo que –probablemente- con el transcurrir del tiempo hayamos adoptado y reforzado una actitud dogmática o utópica sobre este tema y considerado –desde nuestra zona de confort- innecesaria o irrelevante su discusión. Lo damos por hecho, cuando es improbable su existencia o realización.

Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), un dogma es una "Proposición que se asienta por firme y cierta, como principio innegable". También lo podamos entender como “Aspecto fundamental de una doctrina o un sistema de pensamiento, que es percibida e impuesto como cierto y que no puede ponerse en duda dentro de tal sistema”.

Así mismo, el DRAE considera el termino utopía, en su segunda acepción como: “Proyecto, deseo o plan ideal, atrayente y beneficioso, generalmente para la comunidad, que es muy improbable que suceda o que en el momento de su formulación es irrealizable”.

Muchos de los campos del conocimiento humano han construido y reforzado sus propios dogmas. Por ejemplo, en Biología Molecular, está la noción del ADN y su expresión génica.

En general, la mayoría de tales dogmas tienen un carácter eminentemente religioso. De allí que iglesias como la católica, habla de las llamadas virtudes teologales o virtudes teológicas. Se refiere a aquellos hábitos que Dios infunde en la inteligencia y en la voluntad de los hombres con el objeto de conducir sus acciones hacia Dios mismo. Al respecto se cuentan tres: la fe, la esperanza y la caridad.

Y así llegamos al ajedrez; actividad que posee sus propias “virtudes teologales”. Tradicionalmente se contaban tres: juego, arte y ciencia, pero a mediados del S.XIX se anexó formalmente la cuarta: deporte.

De estas cuatro, solo dos superan el análisis más severo; el ajedrez como juego y como deporte. Y las otras dos, asociadas a los dominios del arte y la ciencia, parten de premisas inconsistentes, falsas o que muy poco tienen que ver con la naturaleza y fines del arte y la ciencia; propiamente dichas. Es por ello, que tales aspectos merecen una seria revisión con base en criterios científicos y el estado actual del conocimiento.

Interrogantes a ser respondidas

Aquí, es pertinente hacer algunas preguntas con el objeto de aclarar el tema:

¿Existe alguna duda respecto a que el ajedrez es un juego?

¿Conoces algún juego que este clasificado como arte?

¿Conocemos algún arte en el cual se manifieste el enfrentamiento entre dos individuos?

¿Conoces algún arte que –a su vez- este clasificado como juego?

¿Existe alguna duda respecto a que el ajedrez es un deporte?

¿Conocemos algún deporte que este clasificado como arte?

¿Pudiera probarse –más allá de cualquier duda razonable- que el ajedrez es un arte?

El ajedrez es un juego y un deporte: soporte legal

La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), es la organización deportiva, sin fines de lucro, rectora del ajedrez mundial desde 1924 cuya asamblea general alberga a más de 190 delegados de igual número de federaciones nacionales de ajedrez afiliadas.

Ha sido testigo del triunfo de los últimos 16 campeones mundiales de ajedrez; tiene sus propias normativas expresadas a través de leyes, reglas y procedimientos y reconoce al ajedrez como juego y lo administra como deporte.

En la presente exposición, vale señalar que el Handbook FIDE (2020), Parte I: Previsiones generales y principios; el Art. 2 Misión y papel de la FIDE, establece:

2.1 La FIDE promueve las actividades ajedrecísticas, en todas sus formas.

2.2 El ajedrez es uno de los juegos intelectuales y culturales más antiguos, una combinación de deporte, pensamiento científico y elementos de arte; es también un medio útil para mejorar las habilidades cognitivas y crear capacidades para personas de cualquier edad.

2.3 La práctica del juego del ajedrez está plenamente reconocida como deporte por el Comité Olímpico Internacional, que reconoció a la FIDE como Federación Deportiva Internacional desde 1999.

En este documento fundamental aparecen los términos: juegos intelectuales y culturales, deporte, pensamiento científico y elementos de arte; habilidades cognitivas, capacidades para personas de cualquier edad, juego del ajedrez y deporte,

Como se observa, el texto habla de: pensamiento científico y elementos de arte; en ningún momento categoriza a este juego como ciencia y arte respectiva y simultáneamente. Porque, una simple revisión lógica nos demostraría que, si es arte entonces no es ciencia, pero, si fuera ciencia, entonces no sería arte. O es ciencia o es arte, pero no ambas categorías a la vez. Solo habla de “… una combinación de deporte, pensamiento científico y elementos de arte …” Nada más.

Así mismo, según lo establecido en “Las Leyes del Ajedrez FIDE, 2018”.

Artículo 1: Naturaleza y objetivos de la partida de ajedrez:

1.1. La partida de ajedrez se juega entre dos adversarios que mueven alternativamente sus propias piezas sobre un tablero cuadrado, llamado “tablero de ajedrez”.

Como podemos verificar, este articulo habla de la “naturaleza” del ajedrez; para lo cual utiliza los términos: partida, juega y adversarios. Esto es, un juego entre dos antagonistas, contrincantes o competidores.

También es importante conocer ¿cuál es la finalidad del juego de ajedrez? Según el Artículo 1.4. de las “Leyes del Ajedrez” vigentes,

“El objetivo de cada jugador es situar al rey de su adversario “bajo ataque”, de tal forma que el adversario no disponga de ningún movimiento legal.

Adicionalmente debemos destacar que el jugar ajedrez implica enfrentamiento entre dos voluntades; una competencia que en ocasiones se trona muy dura y hasta brutal por alcanzar varias metas: el punto, incrementar el rating, mejorar el ranking y ... el premio (metálico o no).

Por otra parte, ¿cuál es la finalidad del arte? Siendo una actividad creativa, su finalidad principal es estética y comunicativa. Visto así, entonces ¿en que coinciden los fines del ajedrez y del arte?

Reflexiones acerca del arte

En varios de nuestros artículos y conferencias hemos expresado que:

  • La psicología ha demostrado algo que desde hace siglos intuíamos: a partir del análisis de las obras de arte, existen reglas estéticas que influyen en que consideremos bello un objeto artístico.
  • El arte esta intrínsecamente relacionado con el placer; en particular, el placer intelectual. Entendido este, como la satisfacción de las necesidades espirituales y/o intelectuales de quien le aprecia.
  • El arte, se manifiesta a través de una característica que le es fundamental: estimula en nosotros una respuesta emocional. Generalmente este impacto en nuestras emociones, que en muchos casos nos agita y exacerba el espíritu, está a su vez asociado a otros sentimientos y nociones como el de belleza, perfección y estética del ser humano.
  • El arte esta intrínsecamente relacionado con el placer; en particular, el placer intelectual. Entendido este, como la satisfacción de las necesidades espirituales y/o intelectuales de quien le aprecia.
  • De tal manera que al hablar de arte nos estamos refiriendo a un conjunto de ideas compartibles, que además tienen una influencia emocional también compartible, entre sus cultores o simples observadores.

Algunas conexiones entre el arte y el ajedrez

En “Ajedrez patrimonio cultural de la humanidad” hemos dicho que:

  • "El ajedrez está en el origen de obras notables que constituyen pruebas reales por su belleza, armonía y síntesis de alto intelecto humano; obras indestructibles, que el paso del tiempo hace cada vez más vigorosas. Un legado que se transmite de generación en generación”.
  • Para que un individuo pueda sentir tales emociones provenientes de, por ejemplo, un estudio de E. Podosyants, G. Kasparyan o H. Rinck, debe tener conocimiento previo de ajedrez, sus leyes, normas generales y aspectos particulares como los relacionados con la composición ajedrecística.
  • Siendo el ajedrez un juego de tipo intelectual, es imprescindible un conocimiento anterior; a veces hasta especializado.
  • Esto implica que, en el ajedrez, la belleza no es un fenómeno externo al observador porque se trata de una interacción entre el conocimiento y la intuición de los principios y leyes del ajedrez, la comprensión del juego mismo, aunados al estilo y gustos particulares del ajedrecista que la contempla’
  • La belleza de un estudio, combinación o partida de ajedrez, tiene un importante efecto cognitivo; porque la misma es generalmente apreciada tanto por los ajedrecistas en general, como por los compositores en particular.
  • Defensores de la tesis del ajedrez como arte, nos han impresionado con ejecuciones consideradas bellas; producciones que han exaltado nuestros espíritus, generándonos una sensación de placer y gozo intelectual duradero. Sinn embargo, estos elementos no convierten a este milenario juego en un arte.
  • En general, podemos afirmar que ambos requieren imaginación creativa, implican lucha psicológica, son un fin en sí mismos y muestran propiedades estéticas y expresivas que exaltan nuestro espíritu.

Breve conclusión

Séneca (el Joven), filósofo y orador romano del S. I d.C. afirmo que: “El lenguaje de la verdad debe ser simple y sin artificios. Intentemos entonces, actuar en consecuencia:

  • El ajedrez es un juego que con el tiempo ha adquirido status de deporte; pero no de arte. De hecho, no conocemos algún juego que este clasificado como arte; ni arte alguno clasificado como juego. Luego, no existe duda alguna respecto a que el ajedrez es un juego.
  • El ajedrez es, sin duda alguna, un deporte y desconocemos algún deporte que este reconocido y clasificado como arte.
  • El ajedrez involucra pugna entre dos deportistas por alcanzar el punto; y, en consecuencia, rating, ranking y el premio. En ninguna de las formas de arte reconocidas, existe confrontación entre dos individuos o inteligencias, para dicho “arte” pueda manifestarse. Entonces, al no existir algún arte en el cual se manifieste el enfrentamiento entre dos individuos, el ajedrez no puede ser incluido en dicha categoría.
  • La composición ajedrecística de estudios, finales, etc. es lo más cercano a la relación de un artista respecto a su oficio. Sin embargo, es producto resultante es un reto, un problema a resolver, por parte de alguien que domina los principios generales del ajedrez. Eso tampoco lo convierte en arte, independientemente de las necesidades espirituales o estéticas que hayan sido satisfechas.
  • Por su naturaleza, organización y fines, el ajedrez no puede ser considerado arte; aunque en ocasiones manifieste “elementos” o aproximaciones a lo que estimamos como expresión artística.
  • El ajedrez nació y permanece como juego intelectual y como deporte. Para quienes le conocen y comprenden, estimula emociones propias del arte y un discurso cercano al científico. Estas cualidades no lo convierten ni en arte ni en ciencia. En consecuencia, no podemos probar –más allá de cualquier duda razonable- que el ajedrez es un arte.

Fuente:  Blanco, U. (2020). ”Ajedrez patrimonio cultural de la humanidad”          

Enlaces


Uvencio Blanco Hernández, Venezuela. Comisión Ajedrez y Educación FIDE. Escritor, Investigador, Conferencista, Árbitro Internacional, Organizador Internacional, Entrenador, Profesor de Ajedrez ECU y Lead School Instructor FIDE.