Master Class Vol.4: José Raúl Capablanca
El ajedrecista cubano marcó un hito en su época y en todas, en una época en la que el ajedrez romántico daba sus últimos estertores, pasando al ajedrez psicológico y empezando a vislumbrarse el ajedrez científico. Para aprender, entender y apreciar.
Luego de que fuera conducido al hospital “Monte Sinai” y declarado oficialmente fallecido a las 6:00 am del día 8 de marzo de 1942, su cuerpo fue embalsamado. Allí la funeraria Cooke, ubicada en el 117 de West 72nd Street de Nueva York, se hizo cargo de su cuerpo y de la celebración de un primer funeral. Al mismo, y de manera diligente y hasta por curiosidad, asistieron los más destacados ajedrecistas, dirigentes deportivos y líderes políticos de la ciudad; todos consternados por el inesperado deceso de esta prominente figura del deporte de los reyes.
Después de resueltos los trámites consulares correspondientes, fue transportado por carretera desde Nueva York hasta Miami; para después ser embarcado en un vapor en ruta hacia su ciudad natal, La Habana.
Una comitiva liderada por Aurelio Concheso, su viuda Olga Chagodalf y su hermano menor Aquiles, fue testigo –en la tarde del 14 de marzo- de la presencia de cientos de cubanos que muy callados, les esperaban en el viejo puerto de La Habana y ante una gran bandera a media asta, en señal de respeto y profundo duelo.
Horas después y para un segundo funeral, su féretro era recibido en el “Salón de los pasos perdidos” del Capitolio Nacional; luego de que, en el ínterin, Florencio Gelabert –extraordinario artista plástico cubano- lograra hacerle dos mascarillas que muestran los rasgos de un hombre joven, fuerte, sereno y bien parecido.
“Salón de los pasos perdidos” es un lugar exótico y de romántico nombre, muy adecuado para una despedida. Allí le fueron otorgadas las condecoraciones “Coronel caído en campaña” y “Manuel de Céspedes” respectivamente; las más altas distinciones para la época.
Una vez más, ante él se dieron cita destacadas figuras del deporte, la cultura, la política y sociedad en general, para ofrecerle un último adiós.
En la mañana del día 15 y ante una multitud que contaba miles de seguidores, fue acompañado hasta el mausoleo de su familia ubicado en el cementerio de Colón en La Habana.
Recuerdo que estando de visita en ese lugar y guiado por el maestro Luis Pedro Cuervo, en junio de 2010, vino a mi memoria una frase del poeta romano Virgilio que, en mi opinión, encaja perfectamente con esta sobresaliente personalidad del ajedrez cubano: “Tu honor, tu nombre y tu gloria perdurarán eternamente”.
¿Su nombre?, José Raúl Capablanca; quien justo 21 años antes de su partida, había logrado convertirse en el tercer campeón mundial de ajedrez. En ese momento me prometí escribir la presente nota en homenaje al primer centenario del logro de su hazaña.
1921: Condiciones para la disputa del título de campeón mundial
Durante diez años Capablanca estuvo intentando, por las más diversas vías, acordar un enfrentamiento con el gran maestro prusiano Emanuel Lasker, por el título de campeón mundial de ajedrez.
Aún no había sido fundada la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE); por lo que para que este tipo de duelos pudiera efectuarse, eran necesarias largas conversaciones y acuerdos entre las partes en relación con algunos de talles técnicos importantes; como el número de partidas a jugar, los controles de tiempo, los relojes a utilizar, el árbitro, etc. y, por supuesto, el fondo de premios.
En varias reuniones, los organizadores cubanos resaltaron el hecho de que La Habana ya había sido sede de la disputa de un campeonato mundial de ajedrez. En 1889 y luego, en 1892, los maestros Wilhem Steinitz (AUS) y Mihail Chigorin {RUS), se habían enfrentado con sendas victorias del austriaco.
Finalmente, ocurrió que Lasker y Capablanca acordaron la celebración del match por el máximo título el día 23 de enero de 1920. Sin embargo, 5 meses después, en junio de ese mismo año y estando en La Haya, Lasker declina el título a favor de Capablanca; ofrecimiento no aceptado por el cubano. Pero como Capablanca insistió en ganarlo mediante un match, entonces, retomaron las conversaciones llegando a un acuerdo respecto a las siguientes condiciones generales:
Sin embargo, el encuentro no llegó a las 24 partidas porque antes de celebrarse la número 15, el doctor Lasker decidió no continuar alegando razones de salud.
Efectivamente, solo se habían realizado 14 partidas con un score favorable al retador con 4 victorias, 10 tablas y 0 derrotas; para un parcial de 9,0 puntos sobre 14 posibles. Pero, a los efectos de las condiciones establecidas, el marcador estaba 4 – 0 a favor del retador.
Lasker | ½ | ½ | ½ | ½ | 0 | ½ | ½ | ½ | ½ | 0 | 0 | ½ | ½ | 0 | 5 |
Capablanca | ½ | ½ | ½ | ½ | 1 | ½ | ½ | ½ | ½ | 1 | 1 | ½ | ½ | 1 | 9 |
Curiosamente el consumo de tiempo a lo largo de las 14 partidas del match fue aproximadamente igual: Capablanca, 35 horas y 55 minutos y Lasker, 36 horas con 9 minutos.
En vista de su comprometida situación y entendiendo que Capablanca había pasado a controlar las acciones, Lasker redacta la siguiente comunicación dirigida al árbitro del torneo, el doctor Alberto Ponce:
La Habana, abril 27 de 1921.
Presente
Estimado señor:
En su carácter de juez del match, me permito dirigirle la presente, proponiéndole resignar el match. Le agradeceré se sirva manifestarme si esta determinación es aceptada por mi adversario, la comisión y por su persona.
De usted atentamente,
(Fdo.) Emmanuel Lasker”.
Luego de haber sido discutida la respuesta, se llegó a un acuerdo que fue transmitido por el árbitro Ponce al maestro Lasker, en los siguientes términos:
La Habana, abril 27 de 1921.
Doctor Emmanuel Lasker.
Estimado señor:
En contestación a la carta que usted me ha dirigido, asiéndome presente su deseo de resignar el match con el señor Capablanca, tengo el gusto de hacerle presente que tanto el señor Capablanca como el Comité Organizador del match aceptan su proposición, a la que por lo tanto imparto yo mi aprobación, quedando por consiguiente terminado dicho match.
(Fdo.) Alberto Ponce”.
Con esta decisión, Capablanca –quien se había preparado a fondo para participar en este magno evento- se convirtió a los 32 años en el tercer campeón mundial de ajedrez; ocurriendo el hecho de que el ex campeón Lasker había declarado renunciar al derecho de exigir una revancha por dicho título.
El acto de clausura y declaración del vencedor, se celebró a las 9:00 pm del día miércoles 27 de abril de 1921, en la sala de recepciones del “Unión Club”. En el acto estuvieron presentes: el árbitro Alberto Ponce, los padrinos Rafael de Pozos y Boada y Manuel Márquez Sterling’ además de varios directivos del club. Los grandes maestros Lasker y Capablanca no asistieron a la reunión.
Aunque en la nota enviada por el maestro Lasker al árbitro del torneo, Sr. Ponce, el excampeón no expone “razones de índole médico” extra oficialmente se ha afirmado que acusaba gran cansancio y agotamiento causados por el clima y otros factores.
Hay quienes ponen en duda esta afirmación. Sin embargo, me permito expresar que tales “razones” ciertamente pudieron haber sumado a la decisión de abandonar el match; por lo que estimo pertinente puntualizar lo siguiente:
Originalmente el match estaba propuesto para ser disputado en enero de 1921. Pero, a solicitud de los organizadores cubanos, el mismo fue pospuesto para mediados de marzo de ese mismo año.
Hacia el 25 de enero, Lasker inició la tramitación del visado USA, para él y su esposa Martha, con el objeto de viajar a La Habana desde Nueva York.
El 1 de febrero, el Departamento de Estado y el consulado estadounidense en Berlín le negaron el visado solicitado.
Lasker intento apelar a la medida, pero la solicitud fue ratificada.
Considerando su origen alemán, el Departamento de Estado que esta medida sería aplicable a los Lasker, para cualquier ciudad portuaria americana.
Entonces, los Lasker viajaron desde Berlín hasta Ámsterdam para embarcarse hacia América.
Finalmente, el 15 de febrero se trasladan hacia Cuba en el vapor “Hollandia” (barco de la de la Royal Holland Lloyd; botado en 1909).
Luego de más de tres semanas en alta mar llegan al puerto de La Habana en horas del mediodía del 9 de marzo.
Al finalizar la primera ronda del match (tablas), el equipo de Lasker solicitó cambio de local de juego, por lo que de inmediato se hicieron arreglos en un salón del “Casino de la Playa”, lugar en el cual se desarrollaron las partidas 2 – 14.
Así mismo, los Lasker solicitaron cambio de alojamiento; por lo que fueron trasladados desde el hotel “Trotcha”, ubicado en la intersección de las calles Calzada y 2, en floreciente barrio de El Vedado, a una pensión de la comunidad judía de La Habana en la cual dijeron sentirse más “en familia”.
Entonces e intentando ser objetivos, si sumamos la superioridad de juego de Capablanca mostrada durante el decenio 1911 – 1920, su buen nivel de preparación técnica para enfrentar a un Lasker ya mayor y titular por más de dos décadas y media (lo que probablemente le restaba cierta motivación por una lucha a fondo), la diferencia de edad a favor del retador (21 años y quien además era el local), su propuesta de cesión del título mundial en 1920, el stress causado por el tema del visado, el viaje de más de tres semanas desde Europa, el cambio de residencia y el calor (27 Celsius con 90% de humedad), que comenzaba a reinar por esas fechas y un marcador adverso de 9-5, pudiéramos comprender –a partir de la ponderación de estas variables- que las precitadas “razones médicas” estaban plenamente justificadas.
Evidentemente, estos hechos ni desmeritan ni quitan brillo al triunfo de Capablanca; ni al desempeño deportivo de Lasker; un acontecimiento que –repetimos- había estado pendiente por 10 años.
Emmanuel Lasker es considerado una de las diez figuras más relevantes de la historia del ajedrez, no solo por el aporte teórico a la educación y entrenamiento para las nuevas generaciones sino por su rico legado deportivo. Un filósofo y matemático que supo llevar lo académico y su pasión por el ajedrez al más alto nivel posible.
Fue campeón indiscutido durante 26 largos años e inclusive, después de perder el título ante Capablanca, siguió jugando un ajedrez de alta categoría.
Entre 1894 y 1921 Lasker participó en siete (7) matches por el campeonato mundial enfrentando a varios de los miembros de la crema y nata del ajedrez mundial: Steinitz, Marshall, Tarrasch, Schlechter, Janowsky y Capablanca.
Seguidamente presentamos una síntesis de su rendimiento:
Año | Retador | + | - | = | Puntos |
1894 | Wilhelm Steinitz | 10 | 5 | 4 | 12 |
1896 | Wilhelm Steinitz | 10 | 2 | 5 | 12,5 |
1907 | Frank Marshall | 8 | 0 | 7 | 11,5 |
1908 | Siegbert Tarrasch | 8 | 3 | 5 | 10,5 |
1910 | Carl Schlechter | 1 | 1 | 8 | 5 |
1910 | David Janowsky | 8 | 0 | 3 | 9,5 |
1921 | José Raúl Capablanca | 0 | 4 | 10 | 5 |
Totales | 45 | 15 | 42 | 66 |
De tal manera que en 102 cotejos acumuló un 64,71% de los puntos en disputa.
Es oportuno recordar que, en 1920, Lasker había declinado la corona a favor del joven Capablanca; a quien consideraba el más fuerte y consistente ajedrecista de la época y su legítimo sucesor. En su propuesta, le habría dicho "Usted ha ganado el título no por la formalidad de un desafío, sino por su brillante maestría".
Por otro lado, vale resaltar el gran espíritu deportivo de Capablanca, quien había considerado que el título de campeón mundial de ajedrez debería ser expuesto anualmente; obligando así al titular a mantener su forma deportiva, abriendo oportunidades a nuevos retadores y mejorando la difusión de esta disciplina a través de los medios.
De hecho, apenas 5 meses después de alcanzarlo en La Habana, recibió una carta del maestro polaco Akiba Rubinstein en la cual retaba a Capablanca por el título mundial.
De inmediato, en septiembre de ese mismo año, Capablanca aceptó el desafío de Rubinstein. En dicho match, el primer jugador en alcanzar 6 victorias sería el campeón mundial de ajedrez.
Sin embargo, el retador debería reunir un fondo de premios de diez mil dólares americanos; meta que finalmente Rubinstein no alcanzó; por lo que dicho match nunca se celebró.
Tal y como ya hemos afirmado en un artículo sobre Capablanca:
Estimo que 1921 fue el año estelar e irrepetible de Capablanca porque conquistó invicto el título de campeón mundial, alcanzó el más alto rating de la historia para un periodo de un año con 2.921 puntos en el sistema de clasificación EDO y publicó “Chess fundamentals”, un clásico de la literatura ajedrecística.
Y en relación son su vida privada, a finales de diciembre de ese mismo año, se casó con Gloria Simoni Betancur, con quien pocos años después procrearía a sus únicos hijos, José Raúl y Gloria de los Ángeles.
Con la obtención del título en 1921, el nombre y figura de Capablanca se agigantaron, recorriendo todos los rincones del mundo. Desde Cuba, los pueblos de América e Iberoamérica tenían su primer campeón mundial de ajedrez; hecho del cual hoy celebramos su primer centenario.
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