ChessBase 16 - Mega package Edition 2022
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En nuestro artículo anterior (Blanco, U. ChessBase, 29.01.2021), señalamos que:
La práctica deliberada de una tarea en particular, es una estrategia intencionada en la cual la destreza o pericia está enfocada en ir más más allá del punto en el cual un individuo se encuentra. Intenta superar el nivel actual; obligando a trascender su usual zona de confort. Es una variable muy importante que debe ser tomada seriamente en cuenta por los instructores y entrenadores de ajedrez, interesados en optimizar el desarrollo del talento y las habilidades de los jóvenes ajedrecistas bajo su cuidado.
El término “practica deliberada” fue introducido a comienzos de los 90s del siglo pasado, por el psicólogo sueco Anders Ericsson. Y lo hizo después de estudiar cómo las personas –en distintas disciplinas o especialidades- pasan del nivel novato al de experto.
Una de las conclusiones de su trabajo demolió un antiguo mito según el cual, los expertos en una práctica específica, presentan talentos innatos fuera de lo común. Y lo hizo al exponer que los especialistas alcanzan su máximo rendimiento practicando de una determinada forma; con una metodología diferente; esto es, realizando un esfuerzo voluntario, intencionado y planificado para convertirse en un verdadero experto. Estas personas se focalizan en la tarea para alcanzar la pericia y lo hacen empleando todo su conocimiento e interés, de manera deliberada.
En general este esfuerzo –voluntario- se caracteriza por disgregar las habilidades requeridas en partes más pequeñas y practicar dichas partes en repetidas ocasiones.
La investigación indica que, entre práctica y práctica, se observan diferencias de las que –por pequeñas que estas sean- los expertos pueden obtener retroalimentación. En estos casos, el concepto de retroalimentación lo circunscribimos a la noción de información valiosa; en el sentido de “aquella información de vuelta o que regresa a nosotros, como una comunicación efectiva”.
Luego, nos preguntamos ¿qué uso le dan los expertos a esta nueva información? Básicamente repasan y reflexionan sobre los datos significativos aportados por información relativa a su propio rendimiento. En consecuencia, estos nuevos elementos les orientan y guían para su puesta en práctica en otra ocasión.
Ericcson, profesor emérito de la Universidad del Estado de Florida, afirma que la experiencia juega un papel importante en el desarrollo del desempeño experto; por lo que es necesario que los expertos aprendan a desarrollar habilidades de auto-control, auto-monitorización y auto-regulación, lo cual facilita la evolución de la práctica deliberada en un dominio dado.
Aquí también nos podemos preguntar, ¿por qué un entrenador de ajedrez debe interesarse en optimizar el desarrollo del talento y las habilidades de sus jugadores? Una respuesta elemental, es aquella que afirma que parte importante de su trabajo está dirigida a la búsqueda de vías para convertir sus entrenados, en deportistas más competitivos que puedan alcanzar la expertez y la maestría en esta disciplina.
De tal manera que un entrenador, con base en los principios de este tipo de estrategias, debe explorar las posibles aplicaciones que pueden ser ensayadas con sus entrenados. Además, debe tener conciencia, junto a los aspirantes a expertos, que la excelencia no es el resultado directo de practicar a diario durante años o incluso décadas. La excelencia es la consecuencia de un tipo de práctica particular, la llamada práctica deliberada, cuyo efecto está en desarrollar, lo más ampliamente posible, la pericia.
Llegados a este punto, estimamos importante diferenciar entre dos situaciones que parecen similares, pero que no los son. Nos referimos a que cuando la mayoría de la gente se ejercita o practica, se centra en las cosas que ya sabe hacer. En cambio, cuando se trata de la práctica deliberada, la situación se torna diferente; porque implica un esfuerzo adicional considerable, específico y sostenido en el tiempo; para hacer algo que no se sabe hacer bien o que simplemente no se sabe hacer.
Los reportes de varios estudios sugieren que sólo trabajando en lo que no sabes hacer, te puedes convertir en el experto que quieres ser. Los entrenadores también deben tomar en cuenta que la exposición repetida a una tarea no asegura que se pueda alcanzar altos niveles de rendimiento.
Por otro lado, la evaluación de sujetos participantes en dichos estudios, muestra que las estrategias inadecuadas –utilizadas en procesos de entrenamiento deportivo- a menudo resultan en la falta de mejoras.
Imaginemos que un joven ajedrecista –aspirante a experto- es evaluado con base en criterios relativos a su desempeño deportivo en torneos, dedicación al estudio, habilidad para resolver problemas, tiempo de reacción, etc. logrando que sus evaluadores le indiquen que se encuentra en el punto o nivel A.
Entonces, este aspirante, para poder acceder al siguiente nivel de conocimiento y habilidad B, está obligado a superar el nivel actual; por lo que deberá ir más allá de su usual zona de confort.
Es comprensible que abandonar su zona de confort tradicional de logros, requiere -en cualquier disciplina, pero muy en particular en el ajedrez- una motivación y dedicación considerables. Ante esto no hay alternativas; porque es un proceso necesario para acceder a mayores niveles de pericia.
De tal manera que, al entrenador y su entrenado, se les presenta una situación de toma de decisiones; porque ocurre que sólo cuando ambos comprendan que la práctica deliberada es el medio más eficaz para alcanzar la mejora, podrán entonces planificar un nuevo trabajo que apunte a tal fin. Y partiendo de aquella antigua sentencia según la cual “la practica hace al maestro”, ambos dispondrán de una nueva herramienta que les compromete con la excelencia.
Al hablar de comprender, nos referimos a que ambos miembros de la ecuación entiendan y perciban el verdadero sentido de lo que es lo deliberado e intencional en este tipo particular de práctica y el esfuerzo consciente y sostenido que la misma amerita,
De tal manera que encontrándose este joven novato en A y mostrando un verdadero interés por sobresalir y aspirar posiciones importantes en el ajedrez, entonces debe superar la comodidad y complacencia que le ofrece su “segura” zona de confort. Para ello, solo debe tomar la resolución de salir y enfrentar un nuevo plan de trabajo con sus dificultades y retos.
El salir de la zona de confort en la cual se encuentra un ajedrecista novato, le llevara a redefinir sus prioridades en relación con sus necesidades de crecimiento. En este caso, el joven aspirante no produce una nueva realidad, sino que se inserta en ella y entonces, sólo entonces, comprende como la misma puede influir positivamente en su desempeño deportivo.
Finalmente, en cuanto al tiempo necesario para alcanzar los resultados de las diferentes aplicaciones de la practica deliberada (que permita dominar y destacar en esta disciplina deportiva), depende también de la posible influencia de otra serie de factores intervinientes. Según esto, el proceso para alcanzar la expertez pueda durar semanas, meses o años.
En este sentido, Simon y Chase (1973), establecieron que los ajedrecistas del más alto nivel de desempeño, “contaban, en todos los casos, con al menos una década de intensa preparación”.
De hecho, aunque el máximo rendimiento en el ajedrez suele tener lugar a mediados de los treinta años de edad o incluso más tarde (Charness & Bosman, 1990; Roring & Charness, 2007), es a partir de los 12 años cuando la participación de los ajedrecistas en la práctica deliberada aumenta de forma constante y, al mismo tiempo, los resultados en el desempeños en torneos de ajedrez mejoran.
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