Los ajedrecistas estamos inmersos en una biósfera degradada

por Uvencio Blanco Hernández
28/11/2023 – Los ajedrecistas estamos llamados a contribuir, mediante acciones concretas e innovadoras, con la preservación de la biosfera y la sostenibilidad de la vida en el planeta. Artículo por Dr. Uvencio Blanco. | Foto: Nadja Wittmann (ChessBase)

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Una breve reflexión

Según lo divulgado por la ciencia oficial, no parecen existir formas de vida similares a la nuestra por este sector de la galaxia. De allí la percepción de que somos únicos e irrepetibles en el universo. Pero pudiera ser peor, si la humanidad se empeña en desconocer las advertencias que desde distintos dominios científicos y tecnológicos (e inclusive exopolíticos y religiosos), nos advierten sobre los ingentes peligros que nos acechan pero que nuestra ignorancia insiste en desconocer.

Tal es el caso de lo que en el último siglo ha venido sucediendo con nuestro ambiente. Hemos alterado, deteriorado y empobrecido nuestro entorno vital; en una palabra, lo hemos degradado hasta límites irreconocibles; y esos actos de vandalismo han generado la crisis ambiental y climática que nos ha estado atosigando durante el último decenio. Hechos en los que todos tenemos algún grado de participación y responsabilidad. Evidentemente, esto incluye a los miembros de la comunidad ajedrecística global.

La biosfera, un problema cada vez más complejo

La degradación de la biosfera es un problema global que se manifiesta en la agresión y degradación sistemática de reservas de biosfera, la pérdida de áreas naturales, la contaminación ambiental y la disminución de la biodiversidad. Ejemplos de esta problemática incluyen la Reserva de Biosfera Pereyra Iraola en Argentina, que sigue siendo agredida y degradada sistemáticamente, así como la Biósfera del Río Plátano en Honduras, que ha experimentado degradación.

Al hablar de biosfera nos referimos al sistema formado por el conjunto de seres vivos del planeta Tierra y sus relaciones. Está constituida por la vida y su entorno físico, incluyendo tanto zonas de la atmósfera, como de la litosfera y la hidrosfera donde es posible la vida. La biosfera es importante porque proporciona un ambiente favorable para todas las especies de vida terrestre, permite la vida en la Tierra, limpia el ambiente de tóxicos, proporciona materia prima y alimentos, permite formar cadenas alimentarias, proporciona compuestos farmacéuticos y puede ser utilizada para el turismo y la recreación.

Con base en la información disponible, la biosfera es única en el Sistema Solar, ya que la Tierra es el único planeta hasta la fecha donde hay vida. La energía proveniente del Sol en forma de luz es capturada por las plantas, algunas bacterias y protistas, mediante el fenómeno de la fotosíntesis. La energía capturada transforma al dióxido de carbono en compuestos orgánicos, con generación de oxígeno molecular.

Una biósfera degradada

Así mismo, cuando hablamos de amenazas endógenas que potencialmente pudieran afectar a la humanidad, nos estamos refiriendo a un conjunto de factores presentes en la biósfera que influyen negativamente sobre la diversidad biológica en general y, la salud de los seres humanos en particular.

Discutimos sobre contaminantes del aire, aguas y suelos, pandemias, plásticos, pesticidas, plaguicidas, vulcanismo, terremotos, ciclones, tsunamis, cambio climático, etc. Todos ellos, juntos o por separado, ponen en peligro la vida misma y la permanencia de la especie humana en el planeta.

Esta amenaza –compleja y diversa- implicaría en el largo plazo, la extinción de la humanidad; algo que nos ha preocupado por generaciones; pero no por la ocurrencia de un desastre natural de grandes proporciones, sino por nuestra persistencia en el cometimiento de los mismos errores en nuestro trato con el medio ambiente natural.

Esta situación, cuyos números se incrementan día a día, agrava el impacto de la contaminación ambiental y el cambio climático sobre las personas generando múltiples crisis humanitarias y, en no pocos casos el desplazamiento de grandes contingentes de migrantes.

En tal sentido, la Organización Mundial de la Salud inició en 2019 el plan estratégico quinquenal; esto es, el 13º Programa General de Trabajo, el cual se orienta hacia un objetivo de tres mil millones de personas. Dicho plan implica que:

- 1.000 millones más de personas se beneficien del acceso a la cobertura de

   salud universal.

- 1.000 millones más estén protegidas de emergencias de salud.

- 1.000 millones disfruten de mejor salud y bienestar. Evidentemente para   

   alcanzar este objetivo se deberá afrontar las diferentes amenazas a la salud   

   desde una variedad de enfoques.

Vale recordar que la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el metano y el gas natural, es la causa principal de la contaminación del aire. Además, es el factor que más aporta al cambio climático, lo que repercute negativamente en la salud de las personas. En este sentido, la OMS reporta que diariamente nueve de cada diez personas, respiran aire contaminado. Estima que la contaminación del aire es el mayor riesgo ambiental para la salud.

Los contaminantes microscópicos en el aire pueden penetrar los sistemas respiratorios y circulatorios, dañando los pulmones, el corazón y el cerebro, matando a 7 millones de personas en forma prematura cada año por enfermedades como el cáncer, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades cardíacas y pulmonares. De hecho, “alrededor del 90% de estas muertes se producen en países de ingresos bajos y medios, con altos volúmenes de emisiones de la industria, el transporte y la agricultura, pero también por artefactos hogareños y combustibles” (OMS, 2019).

En relación con posibles pandemias por virus, la OMS informaba a mediados de 2019 que “se desconoce la fecha en que la misma se inicie, el lugar de origen y su gravedad”. Casualmente, la pandemia del COVID 19 comenzó a desarrollarse pocos meses después, a partir del mes diciembre de ese mismo año.

Hasta esta fecha, la OMS ha confirmado el fallecimiento de 7,0 millones de personas entre 772,2 millones de infectados (0,0093% de letalidad). Sin embargo, un informe de las Naciones Unidas de finales de 2021, sugería la posibilidad de que para esa fecha el número de fallecidos pudo haber superado los 10 millones.

Esta organización “supervisa constantemente la circulación de los virus de la influenza para detectar posibles cepas pandémicas: 153 instituciones en 114 países participan en la vigilancia y respuesta globales”. (Ibid).

La amenaza plástica

En “La amenaza endógena”, Blanco (2021), afirma que: “Otra amenaza real contra el ambiente y la humanidad está representada por los plásticos; los cuales están acabando con los mares y océanos de todo el mundo.

La producción de objetos plásticos es abundante y variada (botellas, bolsas, vasos, platos, juguetes, etc.).

Según datos de Greenpeace, la estadística señala que:

-Cerca de un 80% de los plásticos desechados hasta hoy ha finalizado en

  vertederos o el medio ambiente.

-Se ha reciclado menos del 10% de todo el plástico que hemos    

  producido hasta la actualidad a nivel mundial.

-Los plásticos que flotan en la superficie de los mares y océanos   solo  

  representan el 15% de todos los plásticos que se encuentran en ellos.

-Se han identificado cinco zonas de concentración conocidas como “sopas”

  de plásticos:

-1 en el océano una en el Índico,

-2 en el Atlántico (Norte y Sur).

-2 en el Pacífico (Norte y Sur).

-Entre un 21% y 54% de todas las partículas de micro plásticos del mundo

  se encuentran en la cuenca del Mediterráneo.

-Cerca de 700 especies de organismos marinos se ven afectados por la  

  presencia de plásticos.

-Cada año, más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos

  mueren como consecuencia de todos los plásticos que contaminan los

  mares.

-Se han conseguido plásticos en lechos marinos de hasta 10 mil           metros   

  de profundidad. (Greenpeace, 2019).

El gran problema generado por la presencia de plásticos en aguas lacustres, fluviales, marinas y submarinas, está relacionado con el proceso de biodegradación de los mismos. En general, más largo que en tierra. Por lo tanto, no es fácil predecir el tiempo de degradación debido a una serie de variables que influyen sobre el proceso.

Una vez los objetos de plástico llegan al medio marino tardan entre décadas y cientos de años en degradarse. El tiempo de degradación depende del tipo de plástico y de las condiciones ambientales a las que se expone (luz solar, oxígeno, agentes mecánicos). En el caso de los océanos, la radiación UV           procedente de la luz solar es el principal agente que degrada el plástico. La acción del oleaje acelera este proceso y como resultado los fragmentos más grandes se van rompiendo en trozos más pequeños, generando micro plásticos. (Ibiden)

Otro factor adverso: los plaguicidas. Los plaguicidas son compuestos químicos orgánicos cuyo uso racional -en el control de las enfermedades en los diferentes sistemas agrícolas del mundo- ha aportado beneficios importantes al ser humano. uso excesivo e indiscriminado afecta dramáticamente la salud y el ambiente.

Por su alcance, los gobiernos del mundo deben tomar en cuenta el efecto nocivo que, sobre el ambiente, la salud y seguridad humana, tienen dichos compuestos”.

El papel de los ajedrecistas a favor del medio ambiente

El ajedrez es un juego popular a nivel global, con una amplia base de jugadores aficionados y profesionales. La popularidad del ajedrez se refleja en la cantidad de torneos, clubes, publicaciones y recursos educativos dedicados a este juego en todo el mundo.

La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), estima en 600 millones de personas practicantes del ajedrez en todo el mundo. Se trata de una cifra en crecimiento, en un mundo en el cual existe una población de 8.125.000.000, lo cual implica la presencia de un 7,4% de practicantes.

Esta cifra es importante y nos lleva a reflexionar sobre el trabajo conjunto que pueden desarrollar los ajedrecistas a favor de aspectos importantes de nuestra vida en medio de las múltiples crisis que se están desarrollando a principios del siglo XXI.

En un artículo titulado “¿Los ajedrecistas debemos preocuparnos por el cambio climático?” Blanco (2023), concluía que:

… siendo ajedrecistas, debemos preocuparnos seriamente por el cambio climático y desarrollar una conciencia y acción ecológica tal, que contribuya con el logro de las metas establecidas en las últimas Cumbres Climáticas.

Estimamos que los ajedrecistas pueden contribuir al cuidado del medio ambiente de diversas maneras, incluyendo la promoción de la educación ambiental a través del ajedrez, la participación en actividades de conservación y la concienciación sobre la importancia de la sostenibilidad.

Es de tomar en cuenta ciertas medidas específicas que los ajedrecistas pueden apoyar a favor de la biósfera; las cuales incluyen:

Concienciación sobre el cambio climático.

Participar en la concienciación sobre el cambio climático y sus impactos, promoviendo la adopción de prácticas sostenibles tanto en el ámbito del ajedrez como en la vida cotidiana.

Promoción de la sostenibilidad.

Fomentar la adopción de prácticas sostenibles entre la comunidad ajedrecista, como el uso responsable de los recursos, la reducción de residuos y la promoción de estilos de vida respetuosos con el medio ambiente.

Concienciación sobre la contaminación del aire.

Informar sobre los impactos de la contaminación del aire y promover la adopción de medidas para reducir la huella ambiental, tanto en el ámbito del ajedrez como en la vida diaria.

Campamentos de ajedrez y medio ambiente.

Organizar campamentos de ajedrez que incluyan talleres de reciclaje, actividades de ahorro energético, consumo responsable, repoblación y la identificación de especies, para fomentar la conciencia ambiental entre los participantes.

Ajedrez ecológico.

Promover el ajedrez ecológico como una herramienta para fomentar la educación ambiental en estudiantes, vinculando las piezas del ajedrez con asignaturas y componentes del medio ambiente, con el objetivo de incrementar los conocimientos ambientales y la educación ambiental de los escolares.

Conclusiones

La degradación de la biosfera es un problema que afecta a diversas regiones del mundo, y su recuperación requiere la implementación de planes específicos y la participación de expertos en consultoría ambiental.

Educar a la población sobre la importancia de la biodiversidad es fundamental para promover prácticas sostenibles y conservar los ecosistemas. La concienciación y divulgación, la educación formal e informal, la restauración de ecosistemas, los incentivos económicos y la participación ciudadana son algunas de las medidas que se pueden tomar para lograr este objetivo.

La humanidad tiene derecho a un medio ambiente ecológicamente equilibrado; como derecho vital posee titularidad colectiva y carácter trans individual. Este derecho comprende toda la humanidad; es una de las obligaciones más importantes de Estado y de la propia comunidad. Por lo tanto, está obligado a defenderlo y preservarlo, en beneficio de las presentes y futuras generaciones. (ChessBase. 2023).

Los ajedrecistas estamos llamados a contribuir, mediante acciones concretas e innovadoras, con la preservación de la biosfera y la sostenibilidad de la vida en el planeta.

Fuentes y enlaces


Uvencio Blanco Hernández, Venezuela. Comisión Ajedrez y Educación FIDE. Escritor, Investigador, Conferencista, Árbitro Internacional, Organizador Internacional, Entrenador, Profesor de Ajedrez ECU y Lead School Instructor FIDE.