ChessBase 16 - Mega package Edition 2022
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En una nota anterior (ChessBase, 06.01.2021), afirmábamos que “entre los entrenadores de alto nivel técnico que han aplicado algunos de estos hallazgos –de manera empírica o intuitiva- y con resultados impresionantes, se encuentra el maestro internacional moscovita Mark Izrailovich Dvoretsky (1947 - 2016)”. Nos referíamos a la aplicación de algunas novedades provenientes de la investigación cognitiva, relacionadas con el tema de las habilidades y la experticia en el ajedrez. Y es que
Dvoretsky había nacido en la Moscú, a finales de 1947, en tiempos del inicio de la guerra fría entre las dos grandes potencias vencedoras en la II Guerra Mundial; la Unión Soviética de Iósif Stalin y los EE.UU. liderados por Harry S. Truman. Pero también era la larga y dolorosa reconstrucción d Europa mediante la aplicación del Plan Marshall.
Para esa fecha, el título de campeón mundial de ajedrez estaba vacante por el fallecimiento –en la ciudad del Estoril, Portugal 1946 y en extrañas circunstancias, de su cuarto titular Alexander Alekhine (de origen ruso, nacionalizado francés).
Ante tal imprevisto y no habiendo compromiso formal alguno por la celebración de un nuevo match, la FIDE decide ejercer su administración.
Es por ello que da inicio a la organización de lo que meses después se conocería como el Campeonato Mundial de Ajedrez de 1948. Un evento que se desarrollara entre las ciudades de La Haya y Moscú, con el objeto de determinar quién sería el nuevo campeón mundial después de la desaparición de la escena del gran maestro Alekhine. Entre los convocados estuvieron Mijaíl Botvínnik, Vasili Smyslov, Paul Keres, Samuel Reshevsky, Max Euwe y Reuben Fine; quien finalmente declino su participación. Este evento se consagró el ruso Mihail Botvinnik como nuevo campeón del mundo del ajedrez; el 5to de la lista oficial. Botvínnik. Comienza así, una nueva etapa del empoderamiento de la escuela soviética de ajedrez sobre todo el ajedrez de máximo nivel.
Una escuela en la cual era fundamental la perfecta y profunda preparación de aperturas, el tratamiento dinámico de las posiciones del medio juego, el conocimiento exhaustivo de la técnica del final; en particular los asociados a torres y peones y la iniciativa, expresada en una agresividad contra la posición enemiga, provenientes de precursores como Chigorin y Alekhine.
Con el tiempo, esta “escuela” genero varios los productos de más alta calidad técnica, conocidos en la historia del ajedrez: Smyslov, Tal, Petrosian, Spassky, Karpov, Kasparov, Kramnik, Khalifman, Korchnoi, Svidler y otros grandes de la élite.
Repetimos, en ese ambiente creador y dominante nace Dvoretski quien, aprendería la dinámica de los trebejos a los seis años; hacia los 10 ya estaba jugando sus primeros torneos y a los 12, ya formaba parte de la familia del Club Central de Ajedrez de Moscú; uno de los más prestigiosos del mundo. Es allí donde se desprende de su primera gran pasión, la matemática, y comienza a estudiar seriamente ajedrez. Interés y arduo trabajo que le lleva a alcanzar el título de campeón de la ciudad de Moscú en 1973, al 5to/7mo lugar del 42 Campeonato de Ajedrez de la URSS celebrado en la ciudad de Leningrado (ahora, San Petersburgo), detrás de gigantes del tablero como Beliavski, Tal, Polugaievsky, Vaganian y Romanishin; y todo, sin titulación internacional.
Sin embargo, su gran año estaba por venir. En 1975 FIDE le otorga el título de Maestro Internacional de Ajedrez; gana el torneo de maestros “B” de Wijk aan Zee de los Países Bajos y un decoroso 11/16 en el 43 Campeonato de la URSS de Yerevan 1975, evento ganado por el local Tigran Petrosian, excampeón del mundo.
Sin embargo, aunque había cosechado algunos títulos en eventos de menor categoría, el maestro Dvoretsky decide dedicarse de lleno a un nuevo interés; uno en el que ya había incursionado en sus tiempos de estudiante de la Universidad de Moscú. Una pasión que –en un futuro no lejano- le llenará de satisfacción y glorias por la calidad de sus aportes teóricos y resultados prácticos: el de oficiante como entrenador de ajedrez.
De hecho, en su alma mater –de la cual se graduó en Matemática- ya había trabajado con cientos de jugadores a quienes había tratado con una nueva visión y metodología; logrando un importante crecimiento en su fuerza de juego e incrementos en sus ratings y posiciones en la clasificación universitaria y de la ciudad. Este hecho le condujo a la primera línea de trabajo con talentos en pleno desarrollo y maestros ya conocidos; inclusive, algunos de ellos, miembros distinguidos de la crema ajedrecística internacional.
Entre los nombres que podemos citar están los grandes maestros Arthur Yusupov (quien posteriormente llegaría a ser su referente y colaborador más inmediato), además de Sergey Dolmatov, Aleksey Dreev, Peter Svidler, Evgeny Bareev, Valery Chekhov y Maxim Dlugy; algunos de los cuales ganaron el campeonato mundial juvenil bajo su tutela.
También colaboró con maestros de la talla de Viorel (Víctor) Bologan, Ernesto Inarkiev, Alexander Motylev, Loek van Wely, Joel Lautier, y la campeona Nana Alexandria; entre otros.
Así mismo, campeones mundiales como Garry Kasparov, Viswanathan Anand y Veselin Topalov, fueron asistidos por Dvoretsky.
Pero más allá de la excelente labor desarrollada, Dvoretsky se destacó por su obra escrita; una de las más prolíficas e innovadoras en la historia del ajedrez como deporte.
El contenido de sus libros tenía por objeto el entrenamiento del ajedrez y llego a sumar más de 20 títulos; entre los que destacan:
Muchas de estas obras fueron reconocidas por los más importantes grandes maestros del tablero; otras premiadas por casa editoriales o blogs especializados.
Con un pensamiento crítico altamente desarrollado, el maestro Dvoretsky daba gran importancia a las opiniones y comentarios de otros autores de la especialidad. En ocasiones cas tomaba como base para el desarrollo de un artículo de su nuevo libro.
Al respecto, en una oportunidad expreso:
“Pensamientos valiosos para nuestro desarrollo como ajedrecistas están dispersos en los comentarios del juego escritos por los grandes ajedrecistas. Al estudiar tales comentarios, me fijo en las palabras más que en las jugadas. Tan pronto como veo el brillo de una idea original e interesante, nueva para mí de alguna manera, la escribo junto con la posición en la que se lleva a cabo. De la misma manera, escribo ejemplos que demuestran exitosamente ideas conocidas en forma clara y memorable. Así he logrado reunir una amplia colección de las más variadas ideas de ajedrez, ilustradas con ejemplos sobresalientes.
Continuará…
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