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Días antes del inicio del Open de Australia 2022, ha surgido una polémica en torno al Nº 1 del ranking mundial de tenis profesional, el serbio Novak Djokovic. La misma está relacionada con el incumplimiento -por parte del propio Djokovic- de alguna las restricciones impuestas por el gobierno australiano, respecto al ingreso de no vacunados contra Covid-19 en su territorio.
Los diferentes gobiernos del mundo, luego de dos años de convivencia y lucha contra el SARS-cov-2, han decidido apoyarse en programas de vacunación masiva y el establecimiento de una serie de estrictas medidas sanitarias cuyo objeto es la preservación de la salud de sus ciudadanos.
Precisamente, Australia un subcontinente que forma un territorio insular de más de 7,75 millones de kilómetros cuadrados y una población ligeramente superior a los 25 millones, al carecer de frontera terrestre, tiene focalizados los accesos aéreos y maritimos del país; con el fin de evitar la expansión de nuevas variantes del virus.
En este sentido, la información es que Novak Djokovic no se ha vacunado y tampoco ha mostrado intención de hacerlo aunque, en esta oportunidad, ha presentado ante las autoridades aduanales y de inmigración “un permiso de exención médica que le fue concedida por dos comités independientes de expertos”, documentos con los que aspira le permitan jugar la edición del Open de Tennis Australia 2022.
Efectivamente, se trata de una exención a la regla de que los jugadores deben vacunarse para jugar en el Abierto de Australia; aunque los funcionarios del gobierno afirman que tienen el poder de anularlo.
Ante su actitud, Ben Solomon del The New York Times, ya había escrito sobre la actitud del campeón: “Desdeñoso hacia la pandemia, se ha convertido en el escéptico de las vacunas más prominente del tenis professional”.
En un principio las autoridades habían procedido a retenerle en el aeropuerto de Melbourne e iniciar el trámite de deportación; sin embargo, un juez dictaminó sobre el derecho del campeón serbio en participar en dicho evento y revirtió la cancelación de su visado.
Recordemos que en 2020, el astro del tenis mundial afirmaba que:
"Personalmente, yo me opongo a la vacunación y no quisiera ser forzado por alguien a ser vacunado para poder estar en condiciones de poder viajar. Pero, si esto se transforma en algo compulsivo yo debería tomar una decisión. Yo tengo mis propios pensamientos sobre este asunto y no sé si esos pensamientos cambiarán en algún momento".
Este tipo de declaraciones por parte de Djokovic, ofrecidas en un ambiente de incertidumbre y de lucha contra nuevas variantes del virus, ha mantenido encendidas las alarmas y dividido las opiniones de la familia del tenis profesional.
En tal sentido, la prensa recuerda que las actuales medidas sanitarias, tomadas ante la presencia de variantes como la Delta y la Ómicron, obligan a ser más estrictos en cuanto al ingreso de turistas al país. Por ejemplo, en 2021 el proceso de vacunación apenas empezaba y el control en las fronteras se realizaba mediante pruebas de PCR, situación que ha cambiado drásticamente un año después.
La situación planteada es interesante desde varios puntos de vista. Visiones encontradas e inclusive, polarizadas. Estamos hablando de temas como la libertad de opinión, la libertad de tránsito y movimiento a través de un territorio, de las consideraciones anti-vacuna, del patrocinio deportivo, del deporte como negocio, del momento politico que vive el partido de gobierno, de racismo y, por supùesto, de sanidad.
En mi opinion, la “solución” a este lamentable impasse provendrá del ámbito politico; la cual probablemente dejará nuevas dudas y grietas sobre esta temática; debilitando la institucionalidad gubernamental y a la organización del propio Open de Australia.
Ahora bien, e independientemente de la decisión que finalmente tome el gobierno de Camberra, respecto a este polémico caso y la participación de “Djoko” en el torneo, estimamos que lo verdaderamente importante es la percepción y sentimientos que deportistas de la talla de Novak Djokovic y otros extraclase como Lewis Hamilton en automovilismo, Cristiano Ronaldo en fútbol o el propio Magnus Carlsen en ajedrez, puedan expresar en relación con el tema de la pandemia, el confinamiento prolongado, las restricciones de viaje, la asistencia a eventos masivos y el impacto que sobre el rendimiento general tienen estos factores sobre los deportistas; sean profesionales o no.
En este sentido y bajo estas circunstancias derivadas de la pandemia por Covid-19, podemos plantearnos una serie de interesantes preguntas, como por ejemplo:¿el confinamiento afecta la actividad física y el rendimiento deportivo en disciplinas de fuerza, velocidad y potencia?, ¿en deportes de la mente como el ajedrez, puede observarse disminución en habilidades como la atención, la resolución de problemas y la toma de decisiones? o, ¿rasgos importantes de la personalidad como la extraversión, el neuroticismo y la inflexibilidad psicológica afecta el desempeño experto?
Además, de sus consecuencias no solo en el entrenamiento y rendimiento deportivo, sino en nuestra salud mental, emocional y física; nuestras relaciones sexuales y sociales, transtornos alimentarios y del sueño y la estructura de la civilización que conocíamos y que ahora se transforma y hace casi irrecoinocible ante nuestros ojos.
Esta percepción o visión que estos atletas notables expresen sobre esta realidad, es importante conocerla y evaluarla por el efecto que la misma pueda tener entre sus seguidores, medios y público en general.
En relación con esta temática, es pertinente destacar un interesante trabajo de Fuentes-Patiño, Villafaina y Clemente-Suárez, titulado “El efecto del confinamiento COVID-19 en los patrones de comportamiento, psicológicos y de entrenamiento de los jugadores de ajedrez” (2020).
En el mismo, sus autores señalan que el objetivo del estudio es “Analizar el efecto del confinamiento por COVID-19 en los patrones de comportamiento, psicológicos y de entrenamiento de los ajedrecistas en función de su género, nivel de educación y nivel de ajedrez”.
En el resumen de la investigación, estos investigadores consideran que:
El brote de COVID-19 ha desencadenado una pandemia que pone en peligro la salud mundial.
El mundo del deporte también está sufriendo enormes consecuencias, como la suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio o, en ajedrez, la cancelación del Torneo Mundial de Candidatos 2020.
Aquí debemos aclarar que para la fecha de publicación de dicho artículo, el Comité Organizador de los JJ.OO. Japón 2020 mantenía la esperanza de celebrar dichos juegos, los llamados “de la reconstrucción”; actividad que finalmente se desarrollaría con éxito entre julio y agosto del 2021.
Pero también identifican algunos de los problemas que se han presentado en la organización del ajedrez internacional, como fue el caso de la suspención temporal del Torneo de Candidatos 2020; el cual clasificaría al ruso Ian Nepomniamchi ante el noruego Magnus Carlsen; quien le derrotaria a finales de 2021.
En cuanto a las exigencies del ajedrez como deporte competitivo, los autores afirman que:
El ajedrez es un deporte que se caracteriza por una alta exigencia psicofisiológica derivada de la larga duración de los entrenamientos, los torneos y las partidas, lo que conlleva un estrés mental, emocional y físico. Estas características podrían proporcionar a los ajedrecistas una cierta ventaja a la hora de enfrentarse a situaciones de cuarentena.
Estos investigadores analizaron distintas poblaciónes de ajedrecistas. Trabajaron con muestras de jugadores de ajedrez en países donde el confinamiento era obligatorio, ajedrecistas profesionales, jugadores de alto rendimiento, jugadores de competición y jugadores aficionados.
Entre los resultados más destacables del estudio, podemos citar:
Con base en estos resultados, los autores concluyeron lo siguiente:
Extraversión o extraversión: rasgo de personalidad en la que el sujeto está más concentrado en desarrollar una relación con el exterior. Requiere de una mayor conexión social y por eso mismo tiende a desarrollarse en entornos que le permitan un acercamiento a otros individuos o grupos.
Neuroticismo o inestabilidad emocional: rasgo psicológico relativamente estable y que define una parte de la personalidad, el cual conlleva, para quien puntúa alto en este rasgo: inestabilidad e inseguridad emocional, tasas elevadas de ansiedad, estado continuo de preocupación y tensión, con tendencia a la culpabilidad y generalmente unido a sintomatología psicosomática.
Inflexibilidad psicológica: actitud que dificulta el funcionamiento normal y adaptado y es uno de los factores que más precipitan o intensifican el sufrimiento. Esta viene definida por seis procesos que forman el lado contrario de los procesos vistos en la flexibilidad psicológica: atención inflexible, quiebra de los propios valores, inactividad o impulsividad, identificación con un yo conceptual, fusión cognitiva y evitación vivencial.
