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Son creencias preestablecidas –parcialmente ciertas- que “se aplican de manera general e indiferenciada a un grupo social, con base en su diferencia, esto es: nacionalidad, etnia, clase socio-económica, edad, sexo, orientación sexual, profesión oficio u otros”.
Por lo tanto, los estereotipos, nos brindan una visión distorsionada de la realidad al engrandecer o exagerar algunos rasgos o atributos específicos de algunos conjuntos humanos; utilizándolos con el objeto de caracterizar a miembros del mismo.
Una imagen convencional o un prejuicio popular sobre diferentes grupos de personas. En tal sentido podemos encontrar diferentes tipologías de estereotipos como, por ejemplo: de sexo, nacionalidad, raza, clase o de grupos. Establecer un estereotipo es un método de categorizar a diferentes grupos por su aspecto, conducta, costumbres o sexo. De esta forma cuando se identifican los rasgos más característicos de un grupo se utilizan para representar su totalidad, dando lugar a un estereotipo de clasificación, que puede ser bueno o malo. Todas estas deducciones nos llevan a afirmar y establecer que detrás de los estereotipos encontramos diferentes juicios de valor”.
“Historias y estereotipos”. 1997
Estos autores afirman que los estereotipos pueden clasificarse de diferente manera; pero la principal es en positivos y negativos; aunque también, los hay neutros. Un estereotipo positivo es, la noción de que todos los ajedrecistas son inteligentes. Por el contrario, uno negativo es, que los ajedrecistas se muestran despistados en otras áreas de su vida diaria.
Ocurre que, en ocasiones, algunos estereotipos se convierten en protocolos insultantes, despectivos o humillantes; lo cual conlleva una serie de actitudes socialmente indeseables’ Ejemplo de ellos es el racismo, la xenofobia, la homofobia, la intolerancia religiosa o política, discriminación y la intolerancia contra los migrantes, etc.
Hemos citado la homofobia; estereotipo que puede ser ubicado en la categoría “estereotipo de género”. Los estereotipos de género son aquellas ideas o creencias arraigadas en la sociedad relacionadas con cuál es o cuál debería ser el rol de los hombres y las mujeres. No tienen ninguna justificación científica o demográfica y, por lo general, se dictan de forma inconsciente. ¿Cuántos serías capaz de enumerar?
Sobre este tema, ya hemos escrito en relación con los ajedrecistas:
Ahora bien, si los estereotipos son una imágenes o construcciones mentales muy simplificadas y de carácter colectivo, ¿los mismos pueden alcanzar a los deportistas? Si, tal como lo podemos encontrar en el boxeo, la gimnasia artística, el sumo o el ajedrez. En todos ellos existen estereotipos bastantes generalizados y difundidos en nuestra sociedad.
ChessBase, “Estereotipo del ajedrecista en la sociedad moderna”
La fuerza y alcance de los estereotipos de género, provienen de la cantidad de personas que los comparten; lo cual –por su volumen- los transforma en creencias inamovibles. En una palabra, en afirmaciones difícilmente refutables. Por ejemplo, en relación con la mujer; el estereotipo está asociado a sustantivos como pasividad, frivolidad, dependencia, la fragilidad, la inestabilidad y la falta de control de sí misma, entre otros
En el caso del ajedrez:
Desde finales del S XIX, la opinión publica acepta la idea de que el ajedrez favorece el desarrollo mental de sus practicantes. Que fortalece procesos básicos percepción, atención, memoria, etc. Pero que también estimula destrezas más complejas como los pensamientos lógicos, creativos y críticos; además de la resolución de problemas y la toma de decisiones.
ChessBase, “La valoración FIDE no tiene género”.
Pero, al tratarse de la mujer ajedrecista, comenzamos a conseguir una serie de situaciones que llevan a considerar la “minusvalía” de la fuerza del juego de las mujeres ante sus colegas masculinos. Y para respaldar este tipo de afirmaciones, son utilizadas las frías estadísticas relacionadas con el rendimiento deportivo; por ejemplo, el rating de los jugadores; una medida cuantitativa altamente confiable.
De forma tal que si hacemos una revisión del Rating FIDE al 01.03.2021, conseguimos que solo una mujer se encuentra ubicada entre los primeros 100 del mundo y, solo 13 de ellas, entre los 1000 primeros. Esto nos lleva a una estadística desoladora: solo el 1,3% de las ajedrecistas forma parte de la elite ampliada) del ajedrez mundial.
Entre los estudios más relevantes sobre este interesante tema, está el realizado por lanne Maass, Claudio D'ettoley y Mara Cadinu de la Universidad de Padua, Italia. El título de la misma ¿Mate? El papel de los estereotipos de género en el deporte intelectual supremo (2007).
En el resumen nos informan que:
Las mujeres están sorprendentemente infrarrepresentadas en el mundo del ajedrez, representando menos del 5% de los jugadores inscritos en torneos de todo el mundo y solo el 1% de los grandes maestros del mundo. En este artículo se argumenta que los estereotipos de género son los principales responsables del bajo rendimiento de las mujeres en el ajedrez. Cuarenta y dos parejas de hombres y mujeres, reunidas por habilidad, jugaron dos partidas de ajedrez a través de Internet. Cuando los jugadores estaban sin saber el sexo del oponente (condición de control), las mujeres jugaron aproximadamente tan bien como los hombres. Cuando se activó el estereotipo de género (condición experimental), las mujeres mostraron una drástica caída del rendimiento, pero solo cuando se dieron cuenta de que estaban jugando contra un oponente masculino. Cuando creyeron (falsamente) que estaban jugando contra una mujer, se desempeñaron tan bien como sus oponentes varones. Además, nuestros hallazgos sugieren que las mujeres muestran una menor autoestima específica del ajedrez y un enfoque de promoción más débil, los cuales son predictivos de un rendimiento de ajedrez más pobre.
Respecto al rendimiento de las mujeres en el ajedrez, durante el desarrollo de la introducción, los autores nos señalan que ellas:
A tal efecto y considerando solo factores cognitivos y motivacionales generales, los investigadores se plantean la siguiente interrogante: ¿existen características que predicen el éxito?; y si estas características ¿son menos comunes en las mujeres?
Sin embargo, hacen una declaración importante:
Charness y Gerchak (1996) han argumentado que la sub representación de las mujeres entre los rangos superiores, es simplemente una función de tasas de participación relativas; ya que los puntajes extremos tienden a aumentar de manera desproporcionada a medida que aumenta el tamaño de la población.
Además, argumentan que:
La clave más importante del éxito parece ser el esfuerzo y el compromiso.
El número de horas que un jugador dedica a la práctica deliberada, es el mejor predictor de la habilidad ajedrecística. Igualmente, el número de horas dedicadas a la participación en torneos y a los años de instrucción privada. Se ha planteado la hipótesis de que las mujeres pueden estar menos dispuestas a dedicar su tiempo de manera mono-temática al ajedrez; lo que lleva a mayores tasas de abandono.
Charness, Tuffiesh, Krampe, Reingold y Vasyukova (2005)
Al respecto, indican que Chabris y Glickman (2006), consiguieron tasas de abandono iguales en muestras emparejadas de hombres y mujeres. Descubrimiento que parece refutar las afirmaciones de Charness y su equipo.
Estos autores agregan que el segundo factor que se cree que juega un papel importante en el ajedrez es la memoria. Sobre esta habilidad afirman:
Los jugadores de ajedrez deben recordar una impresionante cantidad de conocimiento teórico de la memoria a largo plazo, incluyendo un gran número de aperturas, aunque pueden no sobresalir en habilidades mnemotécnicas fuera de este dominio específico. Menos intuitivo es el papel central de la memoria de trabajo, incluida la memoria espacial-visual. Tenga en cuenta que en el ajedrez los jugadores tienen que calcular una gran cantidad de movimientos potenciales, lo que implica una impresionante capacidad de la memoria de trabajo teniendo en cuenta que las posiciones de múltiples piezas deben memorizarse de una serie de movimientos consecutivos (imaginarios). Por lo tanto, la memoria para la ubicación es crucial en el análisis hacia adelante. De hecho, los ajedrecistas expertos tienen una notable capacidad para memorizar posiciones (De Groot, 1965).
Según esto, lanne Maass y su equipo se preguntaron si ¿hay razones para esperar que las mujeres estén en desventaja en términos de sus habilidades mnemotécnicas? La literatura argumenta en contra de esta hipótesis, debido a que no se encuentran diferencias de sexo y si un mejor desempeño en las mujeres en las pruebas de memoria en general (Jensen,1998; Stumpf y Jackson, 1994).
Por razones de espacio, sugerimos leer directamente el experimento completo direccionado en la fuente del presente artículo, No sin antes, presentar las conclusiones generales de estos autores:
Del presente estudio surgen una serie de hallazgos novedosos que complementan la orientación cognitiva investigación sobre ajedrez.
Fuentes
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